o n c e

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YangYang sonrió. Esa sonrisa que tanto Kun amaba.

—¿me amas, kun-ge?

Pregunto el pequeño, arrugando su nariz como era su costumbre. Sus manos, que habían sido antes soltadas al fin por el mayor, tomaron las mejillas de este.

—te amo, me encantas ovejita.

Kun rió, divertido y enternecido ante las reacciones que su pequeña ovejita hacia.

Los escasos centímetros que los separaba fueron desapareciendo lentamente. Sus labios al fin se habían encontrado.

Ante el punto de vista de Kun, los labios de Liu sabían tan dulce, eran suaves, como si fueran un algodón de azúzar.

Y ante el punto de vista de YangYang, los labios de Kun eran una maravilla, sabor a cereza, tan suaves como un malvavisco.

☁︎ˊ˗  𝐂𝐎𝐋𝐃 ♡ ִֶָ⊹ lyy ˖ qk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora