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Me limpio la boca con el dorso de la mano mientras lo miro tratando de recuperar su respiración con los ojos cerrados.
La vista es magnífica, su pecho sube y baja pesadamente, sus labios están entre abiertos y rojos por sus mordiscos cuando trataba de esconder sus jadeos y su miembro se encuentra semi erecto sin perder su tamaño.

Luego de un minuto me mira con una hermosa pero diabólica sonrisa.—Joder eso fue impresionante niña.— me dice mientras me atrae a él y me sienta a horcadillas sobre él. — Ahora me toca devolverte el favor.— sin que me lo vea venir mi boca es vilmente atacada por la suya.

Comienzo a refregar mi coño húmedo en su miembro que empieza a crecer nuevamente; en determinado momento se levanta conmigo dándose la vuelta y dejárme sentada en el sillón, abre mis  muslos lo más que puedo y deja una mano ahí para mantenerlos abiertos.
Se separa de mi boca mordiéndome el labio inferior antes de mirarme fijamente y perderse entre mis piernas.
Puedo sentir como todo el aire sale de mis pulmones cundo siento que pasa su lengua desde mi ano hasta mi clítoris, y chupa fuerte de este último, su lengua repite este recorrido infinidades de veses que no puedo contar por el delirio en el que me encuentro por culpa del placer que me está dando.

—Ah! Dios, No pares— gimó y ruego presa del placer. Él gruñe y aumenta el ritmo de las lamidas y empieza a chupar y morder mi clítoris. — ¡Connor!— el que gima su nombre parece enloqueserlo, ya que en segundos lleva su mano libre hasta mi punto de placer que envía descargas eléctricas a todo mi cuerpo y con el dedo índice y medio empieza a trazar círculos rudamente y su lengua hace magia en mi raja bien lubricada por mis fluidos y su saliva. — Mmm que rico se siente....ah... ah...AH!!!— gimó como poseída y empiezo a mover mis caderas contra su cara a la vez que él aumenta sus movimientos y puedo sentir como estoy a nada del orgasmo. Un calor atraviesa todo mi cuerpo y se instala en la parte de mi cuerpo que palpita sin parar aclamando su liberación, puedo sentir como mi sangre corre por mis venas y mi mente se nubla por completo. — Dios ¡CONNOR!— grito su nombre cuando llegó a un orgasmo que arrasa con todo y deja a mi cuerpo y mente debilitado. —Eres increíble— digo sin pensar.

—Lo se nena, lo se.— dice con arrogancia mientras se levanta y pasa su lengua por sus labios limpiando mis fluidos. — Y eso no es nada con lo que puedo hacer con mi verga dentro de ti.—me toma en brazos y me lleva hacia las escaleras. — Pero no te preocupes que ya te lo voy a demostrar.— dice con una sonrisa mostrando todos sus blancos dientes.

Cuando llegamos a una habitación que supongo es la suya, soy lanzada bruscamente hacia la cama de sabanas azul oscuro, y en cuestión de nada lo tengo sobre mi comiendo mi boca, mandíbula y cuello, en este último dejara muchas marcas. Cuando su lengua esta en una batalla con la mía  puedo sentir mi propio sabor y misteriosamente no me desagrada sino que me excita y povoca que suelte jadeos descontrolados.
Él abre mis muslos doblando mis piernas y levantándolas, haciendo que mis rodillas toquen el colchón, entonces se acomoda entre ellas agarrando su miembro con su mano y acercando su cabeza a mi clítoris empieza a refregar nuestros sexos, provocando que suelte un gemido alto y él gruña tensandoce.

—Cuando dijiste que aceptabas lo que tenía para ti, eso incluía hacerlo sin condón.— él nota que me tenso y agrega.— Estoy limpio, a excepción de esta vez nunca lo eh hecho sin protección— habla con la voz tan ronca que podría tener un orgasmo con solo escucharlo, por lo cual solo asiento; soy una de las pocas mujeres que solo toma la píldora para regular su ovulación. —No era una pregunta de todas formas.— agrega mirándome fijamente con una mirada feroz a la vez que coloca una mano alado de mi cabeza y la otra en mi muslo, mientras su miembro baja hasta mi endidura recogiendo todos mis fluidos lubricandose. Me besa rudamente restregando su lengua con la mía y enredándose entre ambas, para luego alejarse y mirarme fijamente a los ojos.

Cuando lo siento en mi entrada abriéndose paso, un jadeó de dolor sale de mi por su tamaño, mientras él hace su mano puño creando los ojos y se tensa, soltando un casi silencioso gemido. Él sigue adentrándose en mi, lento pero preciso, sin titubear; cuando llega a esa barrera de la cual ya es dueño, me mira fijamente y en una fuerte escotada se entierra hasta lo más profundo de mi. Puedo jurar que siento hasta sus venas palpitar.

—¡AH!— lágrimas saladas escurren por mis mejillas por su rudeza, y en un acto de su parte que jamás esperé, besa mi frente y limpia mis mejillas.

—Tranquila, relájate ya pasó— dice mientras se queda quieto para que mi interior se acostumbre a su enorme polla. Él empieza a besar mi cuello y amasar fuerte mis pechos con sus grandes manos, sinchando mis necesitados pezones con sus dedos y pasa su lengua desde mi clavícula hasta el lóbulo de mi oreja, el cual chupa provocando que todo esto junto logren que más de mis fluidos de excitación se escurran por su polla. No se cuantas veces hace esto, pero cuando ya estoy notablemente muy, pero muy mojada, y él empieza a moverse, saliendo todo de mi y entrando hasta el fondo, repite esto hasta que empiezo a gemir alto disfrutando de la fricción.

—Ah! Si!... Así!—

—Maldicion Si— dice ronco, bajito casi un susurro.— Diablos tu coño es malditamente estrecho—.

Sus embestidas se hacen cada vez más aceleradas y rudas, a tal nivel que el ruido que hace el choque de nuestras pieles se escucha por toda la habitación, y el cabezal de la cama golpea constantemente contra la pared.
Contraigo mi interior cuando se entierra tan profundo que pareciera que va a partirme en dos y me aferro fuerte de su espalda marcando mis uñas en su piel

El gime ronco.—Ohh Mierda, has eso de nuevo.— acato lo que me dice logrando que su mandíbula, barazos y espalda se tenzen, bajando el ritmo de las embestidas pero entrando más fuerte y rudo.
No se cuánto tiempo pasa, pero ya tengo las piernas acalambradas y puedo sentir el inminente orgasmo.

—Ah ahh, no aguanto más.— digo cuánto siento una presión en mi bajo vientre y como mi clitoris se hicha mientras el lo masajea rápidamente. Me sujeto más fuerte de su musculosa espalda mientras apretó fuerte mis párpados y muero mis labios.

—Sueltalo.....Correte en mi polla Niña.— dice con la respiración agitada, mientras vuelve a acelerar las penetraciones y pellizcar mi botón punzante. Solo eso es necesario para lograr que me corra, con tal fuerza que siento como mis piernas se debilitan y todo mi cuerpo empieza a tiembla.
El levanta mis piernas un poco más y profundiza las embestidas, y luego de unos minutos el se corre con una ronca maldición, dejándose caer ensima de mi cuerpo.

|Deuda Que Pagar| -1ra Parte Completa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora