TODO SUCEDIÓ BAJO COPOS DE NIEVE.

TODO SUCEDIÓ BAJÓ COPOS DE NIEVE.

CAPÍTULO 3.

¿Qué llevaría a un médico aislarse en la montaña? Candy no paraba de preguntarse, Era un hombre tan interesante, aparte de su atractivo, ¿Paraque había elegido ocultarse del mundo ? Tal como había hecho ella. Terry volvió en seguida con la botella y dos copas.

-- No hay vasos de licor -- explicó

--Más cantidad mejor --replicó ella con una sonrisa pícara --Terry le sirvió un cuarto de la copa y se la entregó. Candy la bebió antes de que el terminase de servirse la suya. Ella echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y emitió un sonido de satisfacción. Terry se quedó quieto con la botella en la mano. El cuello de Candy era blanco, delicado y seguramente tan suave como sus pechos llenos y redondos. Le pareció seductora en esa pose, con la columna arqueada y una expresión de completo placer. ¿Porque miraba de ese modo a una mujer a la que acababa de conocer? Nunca imagino que esa noche inesperadamente iba a sentir deseo.

-- Ahora sí entré en calor. --Dijo trayendo la cabeza hacia delante--. Hacía mucho que no tomaba alcohol. Esta rico. ¿Qué es? No importa.

--¿Quieres más?

--No sé si deberia. --Como nunca bebía, no tenía mucha resistencia al alcohol, además aunque estaba segura de que podía confiar en Terry, no quería hacer papelones en caso de que se pusiera ebria.

-- Una copa más No puede dejarte mal --contestó él y le sirvió.

Nunca imagino que se equivocaba. Quince minutos después Candy reía entre lágrimas, era evidente que aunque no estaba ebria, el alcohol la había afectado, y que tenía aun más la necesidad de hablar y hablar después de dos copas.

--Siempre fuiuna persona demasiado responsable. Empecé a los seis años a los ocho quería ser enfermera y a los diez me ilusione con ser bailarina, poco después ya practicaba seis horas por día. A los quince años ocho horas, a los diecisiete tuve mi primera audición, desde ese momento. Me resigne y Luche para ser bailarina, pero me lo negaron también. Siempre había una bailarina estilizada, la más talentosa. En el último tiempo la más joven. Pero como dicen que en el ballet si no alcanzas un lugar en tus dieciocho y veinticinco años. Tu carrera se acaba más rápido que la del resto. Y sabes hoy a mis veintiséis, ya se que es verdad, cuando cumpla treinta las posibilidades de conseguir mis objetivos serían imposibles. Aunque logre extender mi carrera tres años, justo cuando se acercaba la fecha de renovación del contrato, me llamaron para avisarme que ya no formaba parte del elenco del teatro. Quince años dedicados al valet para que de un día para el otro en un segundo yo ya no valga nada.

--¿No existen otras compañías? --Preguntó Terry.

--Claro las regionales si tengo suerte las nacionales e internacionales, pero ya no me contratarían. Nunca llegué a ser primera bailarina. Como nunca seguí mi sueño y ahora soy vieja. Terry río.

--¿Vieja?

-- Cuanto más crees que podría bailar con los pies y las rodillas como las tengo. Como compito con las más jóvenes..

--Supongo que todos los profesionales con una prospección de carrera corta hacen planes.

--Mi plan era ser primera bailarina o llegar algún internacional.

--Por lo que tengo entendido el ballet es un mundo competitivo y con pocas plazas disponibles. Que hayas llegado a ser parte del elenco estable del teatro, no es poca cosa. Candy agachó la cabeza y la movió en un gesto negativo.