No soy. -STONY-

Cap. 5

Poco a poco su mente fue tomando control mientras la inconsciencia de disipaba, estaba despertando.

Lo primero que vieron sus ojos al abrirlos fue el techo, nada anormal, al principio creyó que se había quedado dormido en la sala pero luego los recuerdos lo invadieron e hicieron reaccionar como si un balde de agua helada le hubiese sido lanzado en la cara.

Él no había caído dormido, ¡Alguien lo había envenenado!

Se alteró y de un salto intentó reincorporarse pero falló gravemente en el intento, sintió unas ataduras en sus muñecas y tobillos, al intentar tirar de ellas para romperlas pudo notar que éstas eran como cadenas de metal, siguiendo con su estudio del entorno notó que sus manos estaban encadenadas a la pared (juntas) por encima de la cabecera de la cama y los tobillos aparentemente al suelo, sus extremidades estaban extendidas, no tenía ni oportunidad de doblar un brazo, estaba atrapado.

— ¿Qué es éste lugar?

Se preguntó en un susurro mientras examinaba las paredes del cuarto que de alguna manera le resultaban familiares, parecía una lujosa alcoba, los muebles a simple vista finos, la pantalla plana a los pies de la cama, el suelo de madera pulida, era espaciosa y por lo que podía ver a través de una puerta entreabierta poseía baño propio, y prestando atención a la cama notó que el edredón era fino, se notaba en la tela y el colchón era tan suave que no sabía si estaba en un mueble o en una nube.

En eso estaba hasta que notó algo sobre la mesa de noche al lado de la cama, un reloj, ese dato debería ser irrelevante pero el detalle está en que él reconoció el reloj.

¿Y cómo no reconocerlo? Si era el mismo reloj que hace un año él le había obsequiado como regalo de cumpleaños ... A Stark.

— Agh, jodido Stark.

Si, valió madres el lenguaje. ¿Cómo no insultar? ¡Tony se pasa de pesado!

Sabiendo ahora dónde se encontraba comenzó a forcejear con mayor intensidad las "cadenas" provocando que éstas hicieran ruido al chocarse una con la otra.

— "Capitán Rogers, deténgase, podría hacerse daño."

Le provocó un susto mortal el escuchar la voz robótica pero ahora mismo parecía su boleto de salida.

— ¡Jarvis! Sácame de aquí.

— "Lo lamento Capitán, no puedo ayudarlo."

— ¡¿Cómo de que no?! ¡Sácame!

— "El señor Stark vendrá en breve, siento no poder servirle."

Luego de eso un sonido se escuchó, era como si algo se hubiese apagado.

— ¿Jarvis?... ¡Jarvis! ¡Ah, maldición!

Perfecto, la inteligencia artificial lo había abandonado a su suerte, ¿Algo más?

— ¡Cap! Que bueno que ya estés despierto.

No debió retar a la suerte, para colmo iba entrando el dueño de la habitación acompañado de su sonrisa y tono alegre, claro, como si la escena en la que estaban fuese de lo más normal.

— Créeme que me asusté, por un momento pensé que te había matado pero no, aquí estás y no puedo estar más feliz de ello.

—Stark, ¿De qué hablas?

Le estaba provocando un mareo, hablaba mucho y el pobre rubio no entendía nada.

— ¡Del sedante que te puse! Me tomó tiempo hacerlo ya que no eres alguien normal, en pocas palabras, creí que te había puesto en coma por otros setenta años, ¡Que alivio!