Cap. 9

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El metal "marca Stark" es muy resistente, de tal material están fabricadas varias armas que complementan sus armaduras y una que otra arma para uso del personal... Pero ¡Claro que ese poderoso metal debía ceder ante el mastodonte que es el Capitán América! Era como atar con 'lana' o hilo a un perro Bulldog, ridículo sencillamente.

Primer error: Tony subestimó la fuerza del capitán.

- ¡Mierda, no!

Exclamó Stark al ver que una mano (Específicamente la izquierda) del capitán había quedado libre de toda atadura, el moreno se congeló en su posición (Con el glande de Steve a punto de tocarlo)  esperando cualquier clase de reacción,  quizá un golpe, un ataque o un empujón, ¡Puede que todos los antes mencionados, juntos! Incluso cerró los ojos y giró el rostro al lado contrario para poder resistir y sobrevivir a lo que seguro vendría. A la paliza que le esperaba...

La expresión común "Vió su vida pasar frente a sus ojos" siempre sonó exagerada, incluso para Tony quién había estado en peligro múltiples ocasiones y en ningún momento vio nada parecido a la común escena donde tus momentos cruciales las ves en estilo película, es más, lo que pasaba por su mente eran métodos para salir con vida.
Pero en ésta ocasión fue distinto porque en el pequeño momento en que el Capitán se liberó y Tony giró el rostro pudo jurar ver en tercera persona todo lo que le había hecho a Steve, los motivos por los cuales ahora moriría a manos de su rubio amado... ¿Y saben algo? Valió cada maldito segundo.

Miles de posibilidades pero entre todas esas, Tony nunca, NUNCA en su puta vida, jamás, se esperó que fuera el mismísimo Steve quién colocara esa grande mano izquierda sobre su morena cadera y le diera un jalón hacia abajo para penetrarlo de un solo golpe.

Segundo error: Esperar lo peor.

- ¡AHHH! ¡STEVE!

Exclamó Tony al sentir como su interior quemaba, se estiraba a límites que ardían, si bien había tenido una dilatación previa ésta no lo preparó lo suficiente como para soportar tal esfuerzo de su entrada, punzaba en piquetes de dolor mientras sus músculos se contraían apresando al intruso.

Pero... ¿Para qué negarlo? Sentir ese caliente, duro, largo y grueso falo dentro suyo era como tocar el cielo (Y mira que Stark ha tocado el cielo cientos de veces gracias a sus armaduras) excitante y erótico, ambas palabras parecían quedar cortas ante la situación.

Pero, tercer error: No haber hecho las medidas correctamente, el misil de Steve no entraría en la cueva de Tony con una simple dilatación. ¡Era obvio! Joder, las matemáticas le habían fallado, ¿O era que él le había fallado a las matemáticas?

Cómo fuese, ahora el no poder sentarse o caminar por al menos dos días se lo recordarían al moreno.

- S-Steve...

Murmuraba Stark en una queja que sonaba más a súplica, sus manos cayeron apoyadas sobre los pectorales de Steve mientras su trasero estaba perfectamente sentado sobre la pelvis del capitán, el rubio jadeaba y sus ojos permanecían con un brillo peculiar, aquellos orbes oscurecidos de un azúl lujurioso observaban a Tony como si fuese una presa, como si tuviese que darle una lección, regañarlo... Castigarlo.

Y Anthony... No podía estar más feliz con esa vista, ¡Joder! El simple recuerdo del rostro que tenía enfrente (Que antes bien podría haberse confundido con el de un ángel inocente) ahora demostrando ser una criatura más que sensual, le daba material para masturbarse quince veces al día durante los próximos veinte años. Y no, no está exagerando, Anthony Stark jamás exagera.

El capitán relamió sus labios, movimientos que Tony no perdió de vista,  la moral en la mente de Steve se escondió tras tanto placer que se había acumulado, ¿Durante cuánto tiempo se negó éste gusto? ¿Durante cuánto tiempo se negó a ver de otro modo a Tony?... ¿Así que ésto se sentía al tener sexo con un hombre? Era tan... Estimulante.

Cuarto error de Tony: Haber desatado a la fiera y perderla de vista.

Pues, Stark había permanecido observando embelesado el rostro de Steve durante valiosos segundos, tiempo el cual el capitán aprovechó para atacar.

¿Cómo atacar? Un choque de pieles resonó en la habitación seguido por un gemido y quejido dicho en la voz del castaño, tan alto y a un nivel agudo que bien pudo haber servido de burla en otra ocasión, en otra situación.

Steve había comenzado a embestir, joder y follar a Tony, con ayuda de su mano izquierda mantenía fija la cadera del castaño mientras su propia cadera bajaba y subía creando un vaivén necesitado, chocando sus pieles, su miembro se sentía tan bien invadiendo esa cueva caliente y estrecha, sabía que no podía parar, el interior de Tony lo llamaba y atraía con fervor como si hubiera estado anhelando esa unión durante mucho tiempo.

Tony no estaba tan distante a las sensaciones que inundaban al Capitán; el miembro de Steve parecía específicamente diseñado para que encajase perfecto con él (A pesar del tamaño excesivo) pues tocaba puntos exactos que lo hacían ver estrellas y vibrar durante unos escasos pero preciados segundos, cada embestida parecía llegar más profundo, jodiéndole los órganos de una manera deliciosa.

Los movimientos de la cadera del rubio parecían expertos, ¿Cómo alguien que es considerado "virgen" puede tener tal control de esa parte del cuerpo? Y no, en los combates no se ataca a caderazos (Golpes de cadera), Steve no podía ser virgen, nadie puede follar tan bien siendo puro aún.

— Tony...

¡Mierda! Ese gemido ronco, joder, parecía un gruñido bestial, feroz, no podía pertenecer a nadie más que a la fiera encadenada a la cama, el interior de Tony casi vibra en placer puro, siempre se imaginó su nombre siendo gemido por Steve pero hay que aclarar de una vez por todas que la vida real y la imaginación eran totalmente distintas, la imagen creada mentalmente no llegaba ni a rozar los comienzos de la realidad.

Tony observó, con sus ojos acuosos, a Steve mientras éste último le devolvía la mirada totalmente dilatada, azul mar profundo y café chocolate amargo se observaron expectantes, reconociéndose sin hablar; las embestidas cesaron de un segundo a otro, cosa que descolocó a Tony y lo llevó a divagar... ¿Acaso Steve se había desalentado al verle el rostro?

El moreno mordió su labio inferior y se golpeó mentalmente, ¿Que no era ésto lo que él quería? ¿Acaso no deseaba a Steve? Sí, por eso había hecho todo este desastre. Debía dejar de autodespreciarse y reaccionar, quizá esa mirada en Steve sólo le decía: "Hey, tú eres quién quería mi pene, ¿No? Disfrútalo" o algo así, sí, eso debía ser.

Así que, volviendo a tomar su papel como "activo" (Entiéndase que nos referimos a que él hará todo el trabajo, pero siendo el pasivo) bajó su cadera hasta reposar su trasero sobre la pelvis de Steve, nuevamente envolviendo todo el largo del pene del Supersoldado; los dedos del rubio se cerraron alrededor de la cadera de Tony aferrándose de modo que seguramente mañana tendría un moretón su hermosa piel morena; el genio movió su cadera hacia delante y atrás, como si estuviese restregándose sobre el miembro del primer Vengador, montándolo. Los gemidos de Tony inundaron nuevamente el lugar acompañados de los gruñidos bajos de Steve quien no hacía más que observar al moreno montarlo con aquella pasión que parecía haber sido contenida.

Pero lo que Steve quería expresar con su mirada anterior no era una orden de movimiento (Orden oara que Tony hiciese algo), no, lo que el Capitán quería en realidad...

— Tony... Suéltame o me soltaré yo.

Era liberarse por completo.





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Olvidé que debía actualizar antes de que se acabe el año, quedan como cuatro o cinco capítulos más y debo comenzar a trabajarlos. Si no acabo para el 31 entonces saldrán en los primeros días de enero, pero ésta debe ser la primera historia que saldrá.

Lamento si no los gustó, creí que sería más fácil escribir escenas así. Mi error.

C_CH_F

No soy. -STONY-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora