No soy. -STONY-

Cap. 6

"Te amo, Steve."

¿Era una broma? Se estaba pasando de pesado.

- Eres muy malo mintiendo, basta Anthony suéltame.

- ¡No miento!

-Tú no puedes amarme, entiende por favor.

- No me rechaces

- Ésto es una broma.

- ¡Mierda Rogers, no es una broma!

- Solamente déjame ir.

-No quiero, tienes que entender que eres mío desde que te vi.

-No sigas Anthony, no me gusta tu juego.

- ¡¿Juego?! ¡Puta madre Rogers!

Stark se había alterado, le resultaba muy doloroso que Rogers continuara tomándolo como una broma, dolía como el carajo. Su ceño fruncido se incrementó, quería llorar, suena cursi pero quería hacerlo.

- Lenguaje.

- Ah, lo que me faltaba.

- Déjame salir.

- ¡Agh! ¿Sabes qué? Si tanto deseas irte ¡Vete, eres libre!

- ¡Desátame!

- No.

Un silencio se formó antes de ser roto por la carcajada del hombre de hierro, que buena forma de quitarse lo alterado: ver a Steve frustrado.

El rubio casi tenía una vena saltando en furia, pero más que nada tenía miedo. Miedo de la confesión del hombre de hierro, eso estaba mal ¡¿Cómo es que ve normal el que dos hombres se amen?! ¡No! No, no.

Para él era incorrecto, inclusive el admitir que desde hace tiempo le encantaba la risa de Tony, (Pocas veces lograba escuchar una carcajada real por parte del moreno, siempre era él quien hacía las bromas de las cuales los otros se reían) sería descabellado, Dios, ¡¿Acaso no se da cuenta?! Anthony solo tenía una risa agradable, punto y final, nada extraordinario.

Admitir que adoraba ver su rostro moreno presa de una sonrisa, las ligeras arrugas al lado de sus ojos que delataban su edad... No sería correcto.

-Ja-ja-ja. Muy gracioso. - ironizó el rubio rodando los ojos, no por el simple hecho de que le "gustaba" su risa iba a permitir que se siguiera burlando.-

-Debiste ver tu cara, Rogers ¿Ves porqué te amo? Es tan sencillo...

Al rubio un escalofrío le recorrió el cuerpo de pies a cabeza pues al acabar de decir eso Tony pasó lentamente una mano por el contorno de su pálido rostro que rápidamente se tiñió de un rojo notable, hermoso en él (según Stark), la mano morena delineaba con cariño la mejilla colorada de Steve.

-¿Por qué no me das una oportunidad?

- No es correcto, no.

- Vamos soldado, ¿No te enseñaron que en la guerra cualquier hoyo es trinchera?

- Ésto no es una guerra.

- Podría ser una pelea de espadas, ¿Te interesa?

- No.

- Te amo tanto, haría cualquier cosa por tí...

- ¡Desátame!

- Ah no, eso no.