Ojo por ojo y diente por diente nunca había dolido tanto.
La venganza no siempre tenía que ser dulce y Katakuri lo había tenido que descubrir de una mala manera, sin importarle que tanto daño pudiera hacer al buscar su cometido.
SanjiKatakuriIchiji...
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Llegado a este punto no hay retorno, solo ver a donde las consecuencias de sus actos terminarían llegando. Katakuri miro el reloj, era temprano, las cosas en la empresa estaban bajo control, incluso Cracker había "bajado" la hostilidad con la que lo miraba después de algunas semanas, su hermano tenía la confianza de que por su propio peso las cosas caían.
Era uno de esos días en los que Katakuri no queria enfermar más su mente, así que Sanji estaba prohibido, solo iba a concentrarse en el ahora y él ahora era nada más ni nada menos que un pelirrojo de ojos azules y cara ceñuda.
El tiempo juntos lo había hecho acostumbrarse a la cara de "hastió" que estaba pegada a Ichiji, y no sabía como podía ser posible, pero iba bien en él.
Desde su auto esperaba a Ichiji, estaba estacionado en el estacionamiento de la universidad, la lluvia torrencial estaba siendo molesta, los universitarios que no tenían su propio carro, abrigos o sombrillas coincidían con él.
Despego los ojos de su IPhone y llevo la mirada al parabrisas cuando se encontró con la característica cabellera carmín en la salida de los edificios, el muchacho estaba parado en una esquina sosteniendo su mochila, no llevaba chamarra así que el frio se colaba en su ropa, tampoco platicaba con otros chicos ni era amigable, tenía la dignidad de un pura sangre aunque la billetera en decadencia.
No es que estuviera tan, taaan mal, no le faltaba de comer o de vestir, y podía darse ciertos "lujos", lujos de gente normal claro está, pero para niños que toda su vida habían sido ricos como los Vinsmoke, ser gente "promedio" debía ser duro.
Cuando el muchacho saco su celular para lo que Katakuri supuso seria llamar a un taxi, fue que bajo de su auto y camino hacia él quitándose su propia chaqueta mientras avanzaba.
-Este clima va a volverme loco, joder.-el pelirrojo refunfuño en voz baja.
Un cuchicheo irritante detrás de él hizo que Ichiji alzara los orbes del aparato, dos de sus compañeras y el capullo nerd que se sentaba a su lado estaban susurrando cosas guarras sobre alguien a quien definían como "objeto de sus deseos", que ridículos eran, rodo los ojos.
-¿Por qué siempre olvidas traer un abrigo?...-una voz ronca y profunda lo hizo estremecerse, a él y de paso a sus compañeros, se disculpó internamente por haberlos juzgado, él solía tener esos deseos de crio por ese hombre.
Su expresión inexpresiva cambio por completo con su sola presencia.
-Katakuri- Ichiji murmuro sorprendido de verlo, eran apenas las ocho de la noche, y esa era de las pocas sorpresas que a Ichiji de verdad le gustaban.
