03- REUNIÓN FAMILIAR

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┏━━━━━━━━━━┓
(CAPITULO TRES)
REUNIÓN FAMILIAR
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[La vida da tantas vueltas como un carrusel, uno acaba mareado, con un sabor nauseabundo

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[La vida da tantas vueltas como un carrusel, uno acaba mareado, con un sabor nauseabundo.]
Victoria Anderson—.

VICTORIA ESTABA DISPUESTA A IRSE
CUANDO LA VOZ DE CHARLIE LA HIZO FRENAR DE GOLPE.

—Victoria, una cosa más— la llamó Charlie antes de que ella saliera por la puerta.

Ella le dedicó una última mirada, estaba totalmente expectante— Dígame, Charlie.

Él la observo fijamente y soltó un largo suspiro antes de hablar— No he sido sincero del todo contigo—, confesó.

Ella frunció su ceño y se giró totalmente aguantando la compostura— ¿Cómo dice?

—Lo cierto, Victoria, es que el antiguo guardián de la mansión no se jubiló— hizo una breve pausa antes de continuar—, lo encontraron muerto.

Victoria perdió totalmente la compostura y su cara se transformó en una mueca llena de terror—¿Qué dice usted? ¿es una broma?

Él negó efusivamente— Era un hombre mayor y la policía del lugar pensó que la soledad terminó por hacerle perder la cabeza— musitó angustiado—, Contaba cosas extrañas, deliraba y hablaba sobre cosas fantásticas y terroríficas al mismo tiempo.

—¿Cree que estoy dispuesta a llevar a mis hijos a aquel lugar?— preguntó sofocada—, Porque si es lo que piensa está muy equivocado.

—Perdió la cabeza, simplemente. No crea en esas supersticiones— comentó con una sonrisa forzada.

—¿No ha entendido lo que le estoy diciendo? —volvió a preguntar mientras se acercaba peligrosamente a ese hombre, —Le he dicho que no pienso poner a mis hijos en ningún tipo de peligro ¿comprende?

Él negó y masajeó su sien con sus dedos— Lo comprendo, Victoria. Pero creo que la que no lo entiende, es usted— dijo ahora levantándose él de su asiento—, Nadie le obligó a coger este trabajo, pero como comprenderá, ya ha firmado un contrato.

Victoria sintió como sus ánimos caían al suelo de repente ¡el contrato! Lo había firmado y ya no tenía otra opción. Y aunque quisiera negarse no podía meterse en un juicio que no podría ganar, no podía demostrar que sus hijos correrían peligro, si la versión que contaba a del hombre de los hechos, era como la relataba.

Ella intentó serenarse, volvió a sentarse en la silla delante de su supuesto jefe, y él imitó su gesto. Ambos se miraban fijamente.

—Lo comprendo.

Charlie sonrió satisfecho— No quería sonar tan brusco, señora. Pero la palabra es la palabra y usted ya aceptó el trato. La quiero antes de la fecha límite allí— Él le pasó un papel junto a un bolígrafo por encima del escritorio—, Si lo que le preocupa es la seguridad y el bienestar de sus hijos, usted y yo tendremos que llevarnos bien. Y yo me aseguraré de que a ellos no les falte de nada.

Ella observó el documento confusa— ¿Y esto qué es?

—El documento que le garantiza esta seguridad para ellos, a cambio, necesito toda la intimidad posible ante este tema. A nadie le interesa lo que acaba de suceder, ni conocer el hecho anteriormente nombrado. Va a cubrir una jubilación como le dije desde un principio ¿entiende esto?

Victoria se echó sus manos a su cara, su día no podía ir a peor— Lo entiendo, señor.

—Pues firme, soy un hombre bastante ocupado, como supongo que usted también lo es.

Ella retiró las manos de su rostro, echó un breve vistazo al documento y sin dudarlo mucho, firmó.

Al fin y al cabo, Victoria ya se había metido en la boca del lobo. Solo quería que sus niños estuvieran bien.

—Muy amable por su parte, Victoria. Ahora si me disculpa, tengo que retirarme— expuso, mientras guardaba el papel en su maletín—, Buen día.

Victoria se levantó y abandonó aquel despacho lo más rápido posible.

Llamó a la única persona en la que podía confiar en momentos así.

—¿Samantha? Necesito tu ayuda.

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Victoria esperó paciente la llegada de sus niños al coche familiar. Lo cierto, es que era un día bastante frío y sus niños no llevaban las mejores ropas, detalle que la perturbó. Tenía miedo de este nuevo cambio, pero necesitaban el dinero con desespero. Quería lo mejor para ellos, la mejor ropa, el mejor hogar, la mayor felicidad y una gran salud. Así ella podría sentirse plena y feliz.

Sus hijos llegaron a la vez al coche. Una vez entraron pudo fijarse en las mejillas y las narices rojadas que ambos llevaban— Hola bonitos ¿qué tal vuestro día?

—Muy bien, mami—contestó el pequeño con una enorme sonrisa—, hoy hemos aprendido mucho en la clase de arte.

Ella abrió la boca asombrada— Vaya ¿y qué es lo que habéis estado haciendo?

El más pequeño no paraba de parlotear sobre su día. De lo bien que se lo había pasado, y lo mucho que había aprendido.

Pero a Victoria no pudo dedicarle toda su atención , pues gran parte de ella se desviaba al retrovisor para observar a su hija mayor, que estuvo todo el camino en total silencio.

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La familia al completo llegó justo a tiempo para la cena. Victoria los había reunido a todos para comunicarles la nueva noticia a la vez.
Sus padres, sus hijos, sus sobrinos, su cuñado y su hermana charlaban relajados en el salón.
Ella terminó de colocar la cena en la mesa cuando los hizo llamar a todos.

—Familia, agradezco mucho que hayáis venido todos.

Todos fueron acomodándose y posaron sus miradas sobre ella.

—Lo cierto es que tenía que daros una buena noticia, o al menos espero que resulte ser una buena— hizo una pausa antes de continuar y se puso de pie— He encontrado un buen puesto de trabajo. Conlleva un traslado, pero consta de su contrato fijo e incluso gastos incluidos.

Todos la miraron asombrados, los primeros en reaccionar fueron sus padres que le dieron la enhorabuena efusivos. Su pequeño se abalanzó sobre ella para abaratarla, mientras que la mayor, tan solo miraba seria la escena.

Su cuñado susurraba con su hermana.

—Lo malo, como ya he comentado, es que tenemos que mudarnos. No es definitivo pero sí que será durante un tiempo.

Las miradas cómplices que Sam y Victoria se dedicaban, demostraban a Estefany que algo no iba bien.

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