4

14.6K 1.2K 758
                                    


-ha, es suficiente, legosi- aunque quisiera sacarlo de donde le tenía empotrado no podía.

Con suerte había dicho esa frase en diez minutos en los que legosi movía su cola de una lado al otro, abrazando con fuerza - no brusco - a su amado.

Lamiendo sin parra el cuello de este.

Y aunque no lo hacía con lujuria, lo hacía con amor.

Eso era suficiente para que el rostro de louis se sintiera caliente y aunque sabía que por el pelaje el lobo no podría verlo le era raro sentirse así.

Tan dependiente, tan... Enamorado, y le asustaba.

Sabía que el perro tonto que tenía no le haría daño, nunca, pero el miedo estaba allí.

Sintiendo las manos de legosi irse de su cintura Frunció su ceño.

-¿sucede algo? - preguntó jadeante.

Legosi se tapó la boca con una mano y soltó pequeñas risitas.

-¿de qué te ríes tonto? - gruñó, "gruñó", louis.

Legosi le miro con sus ojitos brillantes contento de que las manos del ciervo, aunque sea inconscientemente, estuvieran en su cuello.

-me has dicho que me detenga, louis- louis desvío la mirada -. Estas tenso ahora y tu olor cambió, ahora es...

-¿asqueroso? - completó louis, legosi frunció el ceño.

-no, incluso preocupado u enojado sigues oliendo hermoso. Es solo que ahora se a hecho más denso de una forma pesada.

Louis la de planta cabeza en un gesto adorable para el lobo.

Tomándole de la barbilla hizo que louis le mirara de forma correcta, el lobo en su altura máxima y el ciervo empotrado encima de escritorio.

-algo te molesta y sé que tiene ver conmigo. Por favor dime que es - louis rió bajito cerrando sus ojos.

Se sentía patético y quería llorar, mucho, de una forma en que todos le oyeran pero no haría tal cosa.

Así que luego de suspirar abrió sus ojos miel y respondió.

-¿tienes claro las cosas con Haru? No quiero problemas con ella- susurró.

El lobo no respondió inmediatamente, así que esa era un respuesta para louis.

Comenzando a moverse fuerza de los brazos del lobo fie detenido en el acto.

-podemos ir los dos y contarle - los ojos llenos de ilusión del perro tonto hicieron que el corazón del ciervo diera un vuelco.

-está bien, si. Creo que sería lo mejor - sonrió, legosi y su cola estaban contentos.

Ya era de noche por lo que louis podía ver, era hora de dormir, con la misa sonrisa que tenía volvió a a mirar a su lobo.

Un roce de ambas narices hizo que se sintiera lleno de amor, llenos de ese algo que buscó siempre.

-vamos a dormir, lobo tonto- bajando con ayuda del mismo lobo tonto llegó al suelo.

Tomó la mano del lobo con decisión y comenzó a caminar.

Contento el lobo le siguió hasta que...

-¡espera, louis! - el ciervo le miró - ¿¡en la misma cama?!

La sorpresa grabada en la cara de louis hizo que legosi se sintiera incómodo.

Luego de sorpresa a burla hizo que legosi se sintiera tonto.

quierela a ella, no a mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora