No tenía como seguir mintiendo sobre sus sentimientos, era obvio, estaban allí y le dolía tener que soportar como si nada pasara.Ya había aceptado su lado pervertido con los herbívoros a louis.
Pero no fue toda la verdad, todos los sabemos, el amor que profesaba a la linda coneja no eran mas que patrañas al lado del intenso amor que le tenía a louis.
Ahora, con ese olor encima del ciervo rojo, no podía concentrarse.
El conocía el olor que louis tenía encima, ese olor que combina para nada con la esencia del herbívoro.
No podía dejarlo pasar, pero tampoco podía estar olfateando al "líder" enfrente de sus seguidores.
- hey, perro. ¿Estás tomando atención a lo que digo? - la voz de louis lo sacó de sus pensamientos.
Entonces, por fin y sin poder detenerse, supo de donde era aquel olor.
Abrió la boca y de ella no salió mas que esa estúpida y celosa pregunta.
-¿por que tienes el olor de ibuki encima, louis? - el felino, que estaba al otro lado de la habitación, levantó la Cabeza inmediatamente.
Louis se paralizó por menos de un segundo antes de responder con lo que legosi y sus seguidores leones sabían era molestia.
- estoy completamente seguro que no es el único olor que tengo encima, perro tonto.
Y aún así, con la amenaza en la voz de louis, legosi siguió con su instinto estúpido.
-pero es mucho mas intenso..., es como si estuviera impregnado en ti.
-será mejor que te calles, legosi - advirtió el ciervo.
- callame.
Entonces todo se desató.