6

1.8K 273 32
                                    

NamJoon llegó a la hora acordada al escuela, percibió aquel aroma que lo volvió loco desde la primera vez que lo detecto, solamente que ahora.era mucho más fuerte.

Fresas...

Siguió caminando hasta el patio, en el centro podía ver la silueta de una persona, cabello negro, delgada, con cintura estrecha y usaba ropa que la hacía lucir mucho más. Un suéter rosa que le cubría hasta las manos, fajado en su pantalón negro acinturado. Era perfecta. 

Caminó hacia ella, pero entre más se acercaba su pensamiento cambiaba.

_¿Tú qué haces aquí?_ era aquel beta que recordaba haber confundido, pero estaba segura esta vez que aquel olor pertenecía a él_ o tú eres...

_Si, yo soy tu destinado_ le confirmó.

El más alto apretó su puños enterrando sus uñas en las palmas de sus manos.

_¡No puede ser!_ gritó tan fuerte que hizo dar un salto del susto al otro_ ¡Tú no puedes ser mi pareja destinada!_ el lugar comenzaba a llegar gente que se quedaba a ver aquella escena.

¿Cómo era posible que alguien como ese chico existiera?

_¿A qué te refieres?, Yo soy tu-

_¡No lo digas!_ empujó al azabache con fuerza tirándole al suelo_ ¡Tú ni siquiera deberías existir!_ pateó a SeokJin en las costillas_ ¡Eres un error de la naturaleza!_ otra patada, Jin se quejó_ Te atreviste a jugar conmigo..._ pateó el estómago del bajo dejándolo sin aire y después se fue. Nadie de los que espectadores se acercó a ayudar al pobre Omega que lloraba por el dolor físico y emocional que sentía. Su destinado lo había rechazado.

La gente comenzaba a dispersarse e irse cada quien por su lado, dejando a SeokJin tirado a medio patio.

_¿Te duele mucho?_ un chico de cabello castaño oscuro se colocó en cuclillas_ Ven, te ayudo_ le tomó la mano al Omega y le ayudó a levantarse_ Será mejor que regreses a casa, te pateó con demasiada fuerza.

_Gracias..._ sollozó, pero no sé atrevía a levantar la mirada.

No entendía porque Namjoon, su destinado, le había rechazado.

Se tendría que quedar ahí hasta que su chófer fuera a recogerlo.

_¿Puedes caminar?

_Si, gracias_ murmuró y se talló el rostro con la manga de su suéter para borrar el camino de lágrimas que se había formado.

_Hey, no hagas eso, te vas a lastimar_ aquel extraño lo detuvo. Le hizo sentarse en una jardinera_ Espera aquí, voy a conseguirte papel_ salió corriendo.

Tal vez el chófer podía irlo a recoger ya, tan sólo debía decirle que se sintió. Eso hizo y no tardó en volver a casa, seguramente aquel sujeto ni si quiera había vuelto.

Pequeño Omegaʕ•ᴥ•ʔDonde viven las historias. Descúbrelo ahora