Se dice que ni cien años alcanzan para terminar de conocer a una persona, y menos si esa persona es alguien tan... complicada, como lo es Mean.
Nunca sabes que es lo que pasa por su cabeza o que es lo que hará de un momento a otro. Es tan impredecible que llega hasta ser ridículo, podrías contarle un chiste sin nada de gracia y él se reiría a carcajadas, o bien, te tiraría un diente por malgastar su tiempo. Así es como todos lo veían, por eso muchos de nuestros compañeros le tienen miedo, pero nunca fue de esa manera para mi. Él siempre fue muy transparente, solo es necesario ponerle atención. Y es aún más fácil cuando piensas de forma similar a él. Aunque cuando lo conocí no era así, era completamente diferente, era alguien dulce y bastante tímido, casi no hablaba y tampoco le gustaba destacar.
Su cambio surgió hace ocho años, poco después de haberlo conocido, cuando a su hermano mayor, Pavel, le detectaron cáncer y siendo él su única familia tuvo que dejar la escuela para ayudar con los gastos tanto de su casa como de la enfermedad de su hermano. Después de eso se volvió frío, ocultando su dolor detrás de sonrisas vacías y bromas pesadas. Peleándose con quien le hiciera un mal gesto o simplemente porque estaba aburrido. Aburrido de su vida llena de dolor. ¿Por qué tenía que ser él el único que sentía dolor? Él se encargaba de que los demás también lo sintieran.
Después de eso se volvió popular, al parecer a todos les gustan los tipos fríos e indiferente que te miran por sobre el hombro. Tenía muchas personas a su alrededor, ya sea que fueran por conveniencia, porque les parecía atractivo, por miedo, ya saben es mejor tenerlo de amigo que de enemigo, o simplemente porque era el del momento. Pero nunca considero a ninguno su amigo, a ninguno salvo por Gun, Mark, Saint y yo. ¿Por qué? porque nosotros conocimos a su hermano. Es triste, pero cierto.
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¿Cuándo me enamoré de él?
No estoy seguro. Tal vez fue cuando Mark nos retó a besarnos, quizá cuando lo encontré llorando en los baños después de haberse enterado de la enfermedad de su hermano, o podría haber sido cuando Pavel me lo pregunto. Tal vez... De lo que estoy seguro es que siempre admire su fortaleza, su valor.
Como cuando regresó a la escuela el año siguiente, trabajando por las tardes y fines de semana y, a pesar de eso, siempre tuvo buenas notas. También cuando lo acompañaba a ver a su hermano al hospital y sonreía tan genuinamente, aunque por dentro estuviera llorando a mares. Al igual que la forma tan madura de actuar ante las situaciones difíciles, habiendo sido tan solo un niño de catorce años. Y sobre todo, como salió adelante, graduándose de la escuela media y carrera. Siendo ahora todo un universitario con una beca deportiva completa.
Claro que habían momentos en que los problemas lo superaban y recurría a cosas como el alcohol; en días específicos como el cumpleaños de Pavel, el de sus padres y el aniversario de su muertes, solía tomar hasta que olvidaba quien era, lo peor de todo esto era que olvidaba las cosas que hacía, y eso me mataba porque en más de una ocasión intento besarme diciéndome lo hermoso que soy, ¿pero como yo hacía o le decía algo si él no recordaba nada al día siguiente? de igual manera siempre estuve con él, apoyándole en todo, siendo su leal y mejor amigo. Sosteniendo su mano para no dejarlo caer cuando se hundía en el dolor, dándole mi hombro para que llorara después de la muerte de Pavel, ofreciéndole mi casa para no tener que volver a la suya y ahogarse en los recuerdos de su familia cruelmente arrebatada. Siempre junto a él, siempre su apoyo.
Debo admitir que no fue fácil, el amor nunca será fácil. Menos cuando eres hombre y estás enamorado de otro hombre. Y este mismo carece de emociones o más bien le resulta difícil demostrarlas. Inseguro y cohibido de volver a querer a alguien y que se le sea quitado como a todas las personas que una vez amo.
Siete años son mucho tiempo y el corazón se puede llegar a cansar. Y sí de la nada llega alguien y te hace sentir que eres el centro de su universo, creó que es lógico, que tu amor llegue a flaquear. Más cuando es un amor unilateral. Aunque todo pasa por algo y gracias a ese pequeño tropiezo, en siete días, mi amor unilateral de siete años dio un gran giro. Un giro que fue posible gracias a Perth Tanapon, su pésima capacidad para las matemáticas, su altanería y su cara bonita.
No puedo decir que todo fue bueno porque no fue así. Descubrí una faceta de Mean que no conocía, lo posesivo que puede llegar a ser y debo admitir que no me gusto, bueno, no mucho. Digo, no es que no fuera un lindo gesto que la persona de la que siempre estuviste enamorado te defienda, pero no soy una niñata pequeña que no se sabe defender y por ningún motivo dejaría que me humillara de esa manera, mucho menos si me hacía quedar como su maldita hembra.
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¿Por qué me fui el día siguiente a ese acto?
Bueno, después de salir corriendo de Friday's deambule sin rumbo pensando en todo lo que pase junto a Mean y la manera en la que todos lo trataron y se burlaron de él momentos antes. Caí en cuanta que no quería que la reputación de Mean quedara arruinada por mi culpa, por algo como ser gay, y tal vez, solo tal vez, si me alejaba de él podría olvidar, o superar, mi enamoramiento. Pero nunca pensé que Mean iría a buscarme, que realmente sintiera lo mismo que yo y que todo lo que me decía estando tomado no sólo eran disparates de ebrios. Mucho menos imagine que me pediría ser su pareja.
No acepte de inmediato, claro que no, es más, le acuse de estar ebrio o algo como eso. Tampoco acepte después de escuchar todas y cada una de las palabras que tenía que decir. Si no hubiera dicho lo siguiente, juro que lo hubiera sacado a patadas de mi casa.
—No me importa lo que piense la gente, ni lo que digan. Solamente me importas tú.
Ni siquiera le había expuesto mis puntos y él supo exactamente lo que me afectaba. Apostaría que me puse más rojo que un tomate cuando me dijo que estaba consiente que yo era un hombre, y que ahora sería “su hombre” Mean sabía cómo hacer que mí corazón se pusiera a 200 de golpe.
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Ese mismo domingo por la tarde me pidió que lo acompañara al cementerio. Lo cual me sorprendió mucho, porque bueno, desde el entierro de su hermano nunca quiso volver, asumí que era muy doloroso para él volver a ese lugar, pero la verdadera razón estaba demasiado lejos.
—Tarde mucho, lo sé. Y lo siento —dijo Mean mientras se agachaba y dejaba una rosa blanca sobre la lápida—. Me tarde, pero tal como me lo pediste tiempo atrás... vine hasta el día en el que al fin acepte mis sentimientos. Al fin soy feliz, estoy completo.
Tragué saliva y sentí mis ojos humedecerse, mi garganta se seco al oírle decir esa palabras. Levantó la mirada y extendió su mano, invitándome a acompañarlo en la plática con su hermano.
—Me gusta Plan, tenías razón. Siempre la tuviste... —su voz empezaba a quebrarse. Pase mi mano sobre sus hombros apoyando su cabeza en mi pecho y limpiando las lágrimas que bajaban por sus mejillas. Sostuvo mi mano entre la suya y viéndome, me dijo:
—Te quiero Muay, mucho —para después juntar sus labios con los míos en un beso tierno, lento y lleno de amor.
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Cuando se ama de verdad el tiempo no importa, no importa la espera, no importa nada. No por nada se dice que el amor todo lo puede.
Llevamos ya un año como pareja y nada de lo malo que pensé paso. Por supuesto que la reputación de Mean ayudó, si alguien se atrevía a burlarse o hacer algún mal comentario, lo más seguro es que terminaría, como mínimo, con un hueso roto. Aparte de eso, realmente me siento orgulloso de ser el mejor amigo y novio de Mean Phiravich. Lo esperé por siete años, y de ser necesario, lo esperaría por siete más.
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SIETE 『Amor unilateral 1』
FanfictionMean Phiravich no era el típico chico popular por ser apuesto, inteligente, capitán del equipo de futbol o presidente de su clase. No, Mean Phiravich era popular por ser todo eso y más. Desde varios años atrás se le conoció por nunca haber perdido u...