Cap 40. Lágrimas silenciosas

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Había mucho en juego... Wingdings Gaster lo sabía más que nadie. Sin embargo, por fin tenía en sus manos la carta en respuesta a su petición. La audiencia había sido aceptada... pero el tiempo que disponían era inmediato, literalmente hablando. No le había dado mucho tiempo de poder preparar algo más ni de negociar el punto de reunión más favorable. Le estaban pidiendo presencia en terrenos peligrosos donde no tenía ninguna clase de ventaja.

Era curioso el hecho de que hacía poco había recibido una carta muy similar, escrita a máquina pero amenazante a su manera que le había indicado el peligro que conllevaba ser tachados de enemigos de un sujeto muy superior en todos los aspectos. Pero ahora tenía la oportunidad de remendar todas las acciones catastróficas de sus hijos y continuar tal y como debía de ser el resto de sus días. Nada de conflictos innecesarios, nada de enemigos peligrosos. Sólo monstruos llevando a cabo sus asuntos con tal de ganarse la vida a su manera.

Revisando el reloj de su escritorio que marcaba la hora madrugadora, se dispuso a retirarse a su recámara para descansar un poco después de planificar con demasiada antelación todas sus bases a su favor con tal de salir victorioso. De vez en cuanto observaba al vaso cuya flor seguía sin reaccionar para ver si le convenía utilizarlo como uno de sus elementos a favor, sin embargo, en cuanto estuviera en tal estado deplorable no le convenía del todo en cuanto no tuviera nada más con lo que negociar. Lo mejor era atacar con todas sus ventajas y que la flor parlante fuera su as bajo la manga. Al fin y al cabo, todavía lo necesitaba para controlar de alguna forma a la irrespetuosa y anormal humana.

Sintiendo cómo sus cuencas se cerraban poco a poco ante un cansancio inminente, guardó la carta en su cajón junto con sus preciadas cosas y desapareció del lugar en el acto, dejando la lámpara prendida como única fuente de luz para la flor que aún no recuperaba todo lo perdido de su ser.

Flor que, tras varios segundos de haberse ido del lugar, abrió un ojo con la confianza de no topárselo en más tiempo. Sin saber todavía qué hacer para salir de ahí sin poder recuperar ninguna de sus raíces todavía. No con aquel intento de luz artificial que le daban, indicándole que lo querían con vida pese a todo.

Y aquello sólo le hacía pensar en que nada bueno podía salir de eso.


...

Era sorprendente cómo era que un lugar así acumulara tanto polvo tan rápido si carecía de ventanas, aun así Frisk sacudía todo sin protesta alguna y agradeciendo el silencio que reinaba en toda la casa de momento. Pero en más de una ocasión corría el riesgo de romper con aquella extraña paz tras más de una vez haber empujado uno que otro artefacto con el sacudidor, pero detenido con tiempo antes de que ameritara que la maltrataran más por arruinar algo.

En sus adentros lo admitía, se encontraba distraída tras pensar constantemente en lo que había pasado en la noche que no se daba cuenta de lo que hacía con su momentánea torpeza. En verdad que no sabía que pensar al respecto y por más que no quisiera darle importancia, seguía sin poder concentrarse al grado de que terminó encerrándose en el único lugar que tenía privacidad y cierto sentido de pertenencia en tan desagradable intento de hogar. Fue así como se dejó caer lentamente al suelo del baño, deslizándose en la pared poco a poco hasta llegar al suelo donde se tapó la cara como si con ello le ayudara a opacar todo pensamiento que no le dejaba seguir con lo suyo.

No comprendía muchas cosas de la vida ni mucho menos los actos extraños de los citadinos que le rodeaban, pero la forma en la que Sans se le había acercado de esa forma tan directa le había paralizado sin saber cómo poder reaccionar al respecto. ¿Era otra de sus jugarretas carentes de respeto al espacio personal? ¿O en verdad había intentado besarla? Y si era lo segundo... ¿Por qué? ¿Cómo si ni tenía labios? ¿O si había una forma en la que los esqueletos besaran? ¿Por qué se estaba preguntando eso último? Si Sans le había dicho que podía tocar instrumentos de viento, no cabía duda de que tenía su modo ¿cierto? ¿O tan sólo había sido un malentendido y ella se estaba atormentando con preguntas sin sentido?

Flapper Florist (Mafiatale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora