Cap 42. Sola

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Desconocía por cuánto tiempo había estado esperando parada a lado de la mesa que tenía servida durante un buen rato. Frisk tenía sueño pese a haber dormido por una gran cantidad de horas por culpa de la sustancia que le habían inyectado, pero eso no le quitaba el cansancio que le generaba el desvelo que parecía por estar acumulándolo.

Papyrus le había estado vigilando a sus espaldas en la preparación de la cena con los brazos cruzados y ahora le observaba al otro lado de la mesa sin sentarse todavía, como si fuese sumamente descortés de su parte servirse primero sin esperar al resto de su familia que se estaban tardando. Y si bien no era asunto suyo... podía percatarse de la inquietud que mostraba el esqueleto con sus dedos moviéndose constantemente. No tenía que pensarle demasiado para saber que era su forma de mostrarse preocupado de la tardía del resto de integrantes de tan extraña casa, no era la primera vez que observaba algo así después de todo.

Su madre también se había mostrado inquieta la noche en que sus hermanos no regresaron jamás.

Le era incómodo recordarla en ese momento, pero no podía evitar sentir las similitudes de cómo habían terminado las cosas. ¿Acaso Sans pudiera estar en peligro de nuevo? ¿Estaría todo bien? No tenía ni idea de a dónde se había dirigido y sabía que no tendría caso preguntar al respecto, pero por la forma en la que la habían sedado suponía que era algo que de antemano requería tiempo y no querían dejarla desatendida por lo mismo. Deseaba preguntar hacia dónde se habían dirigido, pero era consciente de que aquella información no se la brindaría el esqueleto alto al tratarse de algo relacionado a "su trabajo". En verdad que no comprendía nada de lo tedioso que parecía ser una vida delictiva. ¿Por qué se empeñaban en seguir en esa calidad de vida que a simple vista parecía incomodarles?

El sonido de la puerta abriéndose y demás ajetreo proveniente de la sala, hicieron a Papyrus suspirar de alivio y se dirigió hacia el origen de tal escándalo sin decir nada al respecto. Curiosa del caso, Frisk se encaminó igualmente para toparse con más seres de los que esperaban. ¿Acaso debía de poner más platos en la mesa ahora? Identificando al felino de pelaje monocromático supuso que de nuevo no sería necesario, pero al ver que había una monstruo de varios ojos entrando con confianza al hogar avivó aún más su curiosidad al respecto en cuanto le devolvió la mirada con deje sorprendido.

-¡¿Una humana está aquí?! –Exclamó la chica de piel púrpura.

Si uno de los esqueletos le contestó, Frisk no escuchó respuesta al enfocarse en observar a Sans que se había puesto a la vista mientras ayudaba con una que otra caja que parecían no tener fin y que el felino recogía sin protestar para llevarlas a las escaleras con cuidado. Ya lo había observado agotado y maltratado en otras ocasiones nada gratas, pero esa era la primera vez que le sumaba una evidente tristeza en su mirada desviada. ¿Qué había pasado? Notaba que el Don se encontraba en el mismo estado deplorable pese a ser alguien que, en el poco tiempo que llevaba conociéndolo, le era importante la apariencia y código de etiqueta como para permitirse andar mostrando tales prendas en ese estado.

-¿QUÉ FUE LO QUE PASÓ? –Preguntó Papyrus alarmado.

-Muffet se quedará un tiempo viviendo con nosotros hasta nuevo aviso. –Contestó de inmediato e jefe de familia mientras se quitaba su sombrero chamuscado. Era evidente que esa prenda no tenía arreglo alguno. –Es... una larga historia.

-¡QUIERO SABERLA! ¿PUDIERON HABLAR CON EL GRAN DON?

-Hablar con él no fue el problema. –Contestó Sans por lo bajo mientras arrojaba la última caja sin cuidado, cosa que hizo gruñir a la multiojos que ahora le observaba con desacreditación. –Huir de sus puños sí.

Flapper Florist (Mafiatale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora