Desperté en una habitación estilo oriental, el cuerpo me duele y sigo teniendo ese sabor agrio en la boca.
Me incorporé un poco y alguien me abrazó con fuerza, se sentía cálido.
- ¿Chat? - pregunté, mi vista estaba borrosa y solo distinguía una cabellera rubia -
- si soy yo - dijo entre sollozos-
- me lastimas...
- ¡Lo siento mucho! - dijo separándose un poco-
Por fin mi vista comenzó a aclararse y pude ver su rostro.
Quién lo diría la última persona en la que yo sospecharía estaba frente a mi.
- ¿Adrien?
Sus ojos se abrieron como platos, paseó su mirada por todo la habitación hasta que vió a una criaturita negra junto a otra roja.
Luego volvió a centrar su mirada en mi, esperaba que dijera algo más mientras intentaba controlar su llanto.