II. Pacto De Sangre

5.1K 511 345
                                    

Había pasado una semana desde que Grindelwald se marchó y Dumbledore no tenía más noticias de él. Por un lado empezaba a preocuparse, pero por otro seguía teniendo confianza en que él estaría bien, ya que siempre fue un mago muy fuerte y sabía defenderse.

Caminaba por una calle poco transitada del Valle de Godric, iba muy perdido en sus pensamientos mientras pateaba pequeñas piedras, hasta que sintió a alguien aproximarse detrás de él cubriéndole los ojos.

—Déjame adivinar. Eres Gellert.

—Qué rápido eres.

Dumbledore sintió su corazón dar un salto de alegría al sentir esas manos y escuchar de nuevo la voz de el rubio.

—¿Dónde te habías metido?

—Por ahí, pero hablemos de esto en un lugar más privado.

Ambos caminaron hasta llegar a un bosque cercano y se sentaron bajo un árbol.

—Dime, ¿sabes dónde está?

—No solo encontré el lugar, sino que la obtuve —Grindelwald sonrió y sacó la varita de saúco, que guardaba cuidadosamente en su abrigo.

—¿Cómo lo hiciste? —preguntó el castaño sorprendido.

—La encontré en una tienda de antigüedades, y ofrecí algunas joyas que mi madre ya no utilizó a cambio de la varita. Además creo que para el hombre no significaba gran cosa tenerla.

Por supuesto que Grindelwald estaba mintiendo, ya que en realidad terminó por matar al hombre que le pertenecía, era un famoso fabricante de varitas con el apellido Gregorovitch, pero no quería decirle la verdad a Dumbledore porque le había prometido hacer las cosas bien.

—Vaya suerte, ahora solo faltan la piedra de la resurrección y la capa de invisibilidad.

—Entonces tú y yo seremos los invencibles señores de la muerte y los muggles dejarán de tener el poder sobre los magos. Seremos los líderes del mundo, por el bien mayor —dijo el rubio con una gran sonrisa en el rostro mientras miraba a Albus y él sólo le observaba—. Pero sobre todo podremos amar con libertad.

Dumbledore por fin sonrió y vió a Grindelwald acercarse aún más a él, tomándolo de las manos.

—De verdad deseo que deje de ser un delito amar a alguien de tu mismo sexo. Es tan triste tener que ocultarse, por algo tan puro como el amor —expresó el de ojos verdes con un aire de tristeza en su mirada.

—Odio cuando te pones tan sentimental, pero es verdad.

Albus solo empezó a reír por la respuesta del rubio.

—Nunca cambias, Gellert.

—Para que no digas que soy señor hielo, tengo un obsequio para ti.

—¿Hablas en serio?

—Solo sígueme.

Gellert se levantó y Albus lo imitó. Se tomaron de la mano y el rubio lo adentró más en el bosque hasta llegar a una cabaña deshabitada, que aunque no lo pareciera por fuera, realmente era acogedora y lejos de que alguien pudiese molestar. Era uno de los lugares favoritos de Grindelwald, ya que ahí siempre podía encontrar la paz que necesitaba.

—¿Por qué me trajiste hasta acá?

—Porque quiero compartir contigo uno de mis lugares favoritos. Sé que no es el mejor lugar del mundo, pero al menos es tranquilo.

—Luce acogedor.

—Eso no es todo —el rubio sacó un objeto que parecía que se podía contener algo dentro de él—. Leí en un libro sobre un pacto de sangre, y quiero hacerlo contigo porque de verdad te amo y no quiero que nada nos haga ser rivales nunca.

—Después de todo Gellert Grindelwald sí es un estúpido sentimental —dijo el castaño sonriendo.

—Esto es algo que no haría ni en un millón de años, pero tú eres la excepción.

Miró a Albus haciendo levitar el objeto en medio de los dos y sacó una navaja para cortarse la palma de la mano; Dumbledore lo siguió.

—Promete que nunca pelearemos.

—Lo prometo.

Ambos juntaron sus manos con los dedos entrelazados, cerrando los ojos y así parte de su sangre quedó mezclada y fue guardada en el objeto que levitaba en medio de los dos. Una vez finalizado el pacto, Grindelwald lo tomó y lo entregó a Dumbledore pero este lo rechazó.

—Quiero que tú lo conserves.

︿ ︿ ︿ ((🍒)) ︿ ︿ ︿

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

︿ ︿ ︿ ((🍒)) ︿ ︿ ︿

Sé que en realidad Grindelwald solo robó la varita de saúco, y se ganó su lealtad aturdiendo a Gregorovitch, pero esto es un fanfic y creo que no todo debe ser tan al pie de la letra, ya que al menos para mí como escritora me permite echar a volar un poco la imaginación.

Espero que me sigan acompañado hasta el final de esta historia. No olviden que sus votos y comentarios me animan mucho.

~Lilí

The Promise «Grindeldore»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora