VII. El Recuerdo Más Feliz

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¿Eres tú quien cambió?
¿O soy yo?
Odio este momento,
este tiempo fluyendo.
Supongo que cambiamos,
justo como todo el mundo que conoces.

Sí, te odio.
Desde que te fuiste,
pero ni un solo día
nunca dejé de pensar en ti.

Honestamente te extraño,
pero te borraré ahora,
porque eso duele menos que odiarte.

29 años después.

Albus Dumbledore se encontraba caminando por los jardines del castillo, y a pesar de que llevaba muchos años viendo la misma imagen a través de sus ojos, le seguía pareciendo maravilloso aquel lugar, verdaderamente sentía que Hogwarts era su hogar. Conocía de pies a cabeza el castillo, primero desde la perspectiva de alumno y ahora siendo profesor.

Por supuesto que al convertirse en un mago con tantas habilidades, después de haberse graduado del colegio le ofrecieron puestos de trabajo muy importantes, como lo fue el cargo de ministro de magia, pero lo rechazó prefiriendo convertirse en maestro, ya que siempre disfrutó de enseñar a los demás de lo que él sabía hacer.

Entró a su despacho, sirvió una sutil cantidad de vino en una copa para degustar en la cómoda silla detrás de su escritorio. Al sentarse tomó el periódico que diariamente le era entregado y fue de su sorpresa la noticia que encontró en la portada de este.

Diario El Profeta

«Gellert Grindelwald escapa de prisión.»

Debajo de las grandes letras que formaban el encabezado se encontraba una fotografía de un hombre maduro, cabellos cortos, rubios casi blancos, bigote y de ojos heterocromos con la misma mirada penetrante que en el pasado solía observar.

Soltó un suspiro guardando el periódico en uno de los cajones en su escritorio, bebió el vino en su copa y lo único que pasó por su mente fue: Y pensar lo que a Newt le costó capturarlo. Miró el reloj en la pared del despacho que marcaba las 2:50 de la tarde, justamente a esa hora le tocaba impartir una clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Él solo era maestro suplente de aquella materia, ya que su especialidad era Transformaciones pero igual era excelente enseñando las Artes Oscuras.

—Buenas tardes, chicos —se escuchó al profesor Dumbledore al entrar por el aula.

—Buenas tardes, profesor —dijeron los alumnos al unísono.

—Bien. Hoy les enseñaré cómo invocar un patronus, un hechizo muy poderoso que les servirá para alejar a uno o más dementores. No desesperen si no les sale con los primeros intentos, ya que esto les llevará tiempo para lograrlo con éxito.

Todos los alumnos le miraban con admiración y emoción, ya que les gustaba la manera en que ese profesor en particular les enseñaba.

—Aquí les daré una breve demostración. No olviden que el paso más importante es pensar en el recuerdo más feliz que hayan tenido en la vida.

En seguida Dumbledore pronunció las palabras Expecto Patronum y de su varita salió una luz brillante, de un color entre blanco y azul de la cual se formó un hermoso e impresionante ave Fénix. Todos quedaron maravillados al ver tal escena, que también querían intentar.

—¿En qué pensó al invocar el Patronus? —preguntó uno de los estudiantes.

—En la primera vez que monté un hipogrifo —respondió el profesor.

Aquello era verdad, solamente que evitó decir que iba con alguien más. Ese recuerdo era imposible de olvidar, ya que el momento fue bastante emocionante y aún más porque su acompañante en esa ocasión se sostenía de su cintura con fuerza para no caer. El mismo que había amado con todas sus fuerzas, como a nadie, y el mismo al que odiaba y deseaba olvidar.

—¿Algún día lo haremos también nosotros? —cuestionó otro estudiante.

—Por supuesto. He invitado a un gran amigo mío que es experto en las criaturas mágicas, para la próxima semana. Tal vez les deje montar uno.

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The Promise «Grindeldore»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora