(Maybe) I'm Not For You [ADAPTACIÓN] ➠ 'renmin'

Capítulo 7 : "¿Tu cuarto o el mío?"

Mismo día a la noche - En el
departamento.

─ ¡Mierda! ─ era la única forma de expresarse que tenía Jae Min cada vez que miraba el reloj. Ya era la una de la noche y no había indicios de que Ren Jun pisara el departamento. A penas pasó la puerta del estudio de tatuajes, salió decidido a esperar a que el chico llegara a su departamento y hacerle las miles y miles de preguntas que tenía dándole vueltas en la cabeza desde que lo conoció. Pero esperar a Ren Jun no estaba siendo nada fácil.

La tarde entera había sido un suplicio. Primero fue Dong Hyuck quejándose por todo, desde la poca presión que Jae Min había puesto sobre Ren Jun acerca del tatuaje, hasta de como Je No le había dado el teléfono a ese «seguramente recientemente salido de la cárcel», según palabras del mismo castaño.
Por supuesto que esto desató una
pelea entre ambos chicos dejando
nuevamente a Sana, que aún seguía un poco agitada por el susto que le pegó Ren Jun, y el mismo Jae Min entre medio de ellos nuevamente. Y por supuesto que después de eso todo siguió con Je No yéndose a dormir al departamento de Sana y con Dong Hyuck yendo a algún bar de mala muere a buscar cualquier chica con la que pudiera pasar la noche. Objetivo que el castaño cumplió a la perfección, porque horas más tardes, cuando Jae Min estaba empezando a leer un libro que le ayudara a pasar más rápido el tiempo, su amigo cayó con una pelirroja ebria que fue a parar derecho a la habitación de su socio. La pelea de Je No y Hae Chan fue el único momento que Jae Min no quiso ver que Ren Jun aparecía por la puerta, si llegaba a ver la dramática forma en que Je No lloraba y la exagerada forma en que Dong Hyuck lo trataba, el empresario estaba seguro que se quedaba sin su socio. No conocía a Ren Jun, pero por la forma en que se había preocupado por el bailarín, Jae Min dedujo que el moreno tenía
un lado protector muy desarrollado.

Otra de las cosas que Jae Min optó por hacer ese día con vistas a que el tiempo fuera más rápido, fue llamar a sus padres. Él venía de una familia muy unida, donde el respeto, cariño y comunicación nunca habían faltado, por eso tanto sus padres, su hermana o él se
encargaban de hablar a diario y de decirse cuánto se extrañaban.

La conversación con su padre fue desde campeonatos de golf, a obligar a que Jae Min le prometiera que los iba a visitar, a cuanto extrañaban a Jae Min en Busan, a recordarle cuanto Seung detestaba al vago de su novio, hasta los negocios de Jae Min en Jilin. Por su parte Cho Hee, su madre, le contó acerca de cada preparativo que la pareja estaba llevando a cabo para el aniversario de sus bodas de plata, le chismeó acerca de su vecino y la manía del hombre de mirarla mientras esta tomaba sol en la pileta, despotricó también en contra de su novio y finalmente, para sorpresa de Jae Min, le preguntó por Ren Jun.

Ahora bien, estos dos últimos temas consultados por cada uno de sus padres, eran dos mundos distintos para Jae Min. Mientras en los negocios del rubio se movía como un pez en el agua, con Ren Jun parecía el padre de Nemo entre las anémonas, sabía que si hacía un paso en falso se podía quemar o algo parecido. Jae Min tenía un talento natural para los negocios, ya desde chico lograba que el estúpido vecinito de la casa donde creció, le cambiara el delicioso helado de dulce de leche cubierto en chocolate por su sana manzana, para él era simple y todo le resultaba a su favor. Con el moreno era distinto, con Ren Jun sentía que perdía cada vez que hacía un intento para acercarse a él. Con el tatuador Jae Min sentía que era el último en ser reconocido, Ren Jun no parecía tener la misma debilidad que él sentía por el moreno... en fin, todo el mundo Ren Jun le era desconocido y eso lo frustraba cada vez más. Por eso después de que se encargó de contarle a su madre la poca información que tenía, estuvo más decidido que nunca a quedarse hasta la hora que sea a enfrentar al moreno, su madre le había hecho ver cosas que quizás a él se le estaban pasando y por eso ahora estaba recostado en el sillón, con uno de sus libros preferidos y cada vez que miraba el reloj y volvía a insultarlo ─ ¿Cuándo llegarás Ren...?