(Maybe) I'm Not For You [ADAPTACIÓN] ➠ 'renmin'

Capítulo 5O : "A pocos pasos."

─ ¡Deja tus manos quietas! ─ lo retó Ren Jun.

─ Pero Jun... amor... no creo que sea... aún tenemos que hablar de muchas cosa y... y... y tu vuelo sale en... en... ─ Jae Min sabía que por la mirada de hambre que tenía su novio no iba a convencerlo, pero de todas maneras tenía que probar y hacer el mayor esfuerzo posible por no entregarse al dulce, tierno e inocente Ren Jun que cuando tenía a Jae Min desnudo enfrente, de alguna forma se transformaba en un idiota, engreído y dominador que realmente al empresario no le importaba que apareciera de vez en cuando, al contario, le gustaba.

─ Amor... por favor... ─ Intentó besarlo para calmarlo pero Ren Jun no quiso nada de eso, alejó la cara de Jae Min y apretó aún más sus agarres y dejó que sus manos toquetear todo lo que él quería abusar ─literalmente─ del cuerpo de Jae Min. Este no hizo más que cerrar sus ojos y tratar de recordar cómo carajo había llegado desde estar muerto de cansancio por culpa de un incómodo hospital a haber pasado lo que restaba de la noche teniendo sexo con el hombre de su vida. La arena que aún quedaba entre sus dedos se lo recordó. El momento crucial. La playa.

Había vuelto de la playa prácticamente entregado en los brazos de Ren Jun, no solo por la desesperación que tenían ambos de seguir tocándose y de no poder separarse, sino también porque hacía un año casi que no había tenido relaciones y tener de vuelta el gigante miembro del moreno dentro de él, sumado a la presión que el agua del mar había ejercido, había sido todo una hazaña. Hazaña que se duplicó cuando Jae Min quiso pararse y volver a su casa por su cuenta, sencillamente sus piernas se aflojaron.

El empresario no podía culpar al tatuador. Por más que Ren Jun fue tan gentil como su misma desesperación se lo permitió, Jae Min no pudo evitar haberse sentido virgen de nuevo. Después de la cuarta vez que le pudo seguir el ritmo a Ren Jun, Jae Min solo decidió entregarse a lo que su novio quisiera hacer con él dentro del agua. Su cuerpo, alma y mente ya estaban sobre la luna, no había nada por hacer más que gozar el placer que el tatuador le estaba regalando.

Lo que el ojinegro nunca se esperó es que aun después de las largas horas haciendo el amor dentro del mar, aun de la caminata que Ren Jun había tenido que hacer con Jae Min en sus brazos, al llegar al dormitorio el pene de Ren Jun siguiera tan vivo y coleando como lo sintió a penas su novio se ubicó en su espalda una vez que se adentró al mar. No había otra opción, a Jae Min no le había quedado otra que sacar sus habilidades empresarias y negociar con su novio un par de minutos de sueño a cambio de varias sesiones posteriores de sexo desenfrenado. Minutos en los cuales Jae Min aprovechó para dormir mientras que Ren Jun solo miraba los números del reloj cambiar y con sus dedos llevaba la cuenta de cuanto faltaba para volver a sentir la entrada de Jae Min apretando su pene.

Tantas eran las ganas de recuperar el tiempo perdido que tenía el tatuador que a penas la alarma de Jae Min anunció el fin de su descanso, las manos de Ren Jun ya estaban explorando el sexo del ojinegro en busca de la lubricación requerida. De más está decir que esa fue la única siesta que Jae Min pudo tomarse, y tampoco está de más recordar, que negociando enfrente de un "rarón" levantado y poderoso acompañado de una tierna cara torcida, no tiene los mismos resultados que detrás de su poderosa silla de oficina. Ren Jun ganó cada una, por no decir todas, de las batallas.

Jae Min sufría una clara derrota en su campo de experiencia que la tenía exactamente ahora, a las siete de la mañana, a una hora de que le vuelo de Ren Jun saliera de vuelta a New York para que pudiera rendir su examen, en la cama, acostado en el pecho de su novio, con sus piernas abiertas y atrapadas por las piernas del moreno, y luchando para que el mismo moreno dejara libre sus manos para cubrir su sexo expuesto y libre de las torturas de su novio.

─ ¡Que te quedes quieta digo! ─ Ren Jun atrapaba nuevamente con una de sus manos los brazos de Jae Min para llevarlos arriba de su cabeza. Sus piernas ya estaban ocupadas evitando que las del alto se cerraran y solo una mano libre y su boca, era lo que le quedaba para disfrutar de Jae Min a su antojo.