Capítulo 5

0 0 0
                                        

El sonido de que mi llamado ha sido escuchado suena en el micrófono, lo que me saca de mis pensamientos.

–Hola, Recibe Bomba el llamado– le oigo decir.

–Bomba, ataques–digo rápidamente en voz baja mirando hacia la calle.
Unos de los hombres voltea a ver frunciendo el ceño al interior del callejón antes de dar la espalda.

– ¿Dices que empezaron los ataques?–me contesta Bomba preocupado.

– Si, por poco atacan a Daniel , pero no pude evitarlo con Sara–contesto rápidamente agitada mientras mantengo en mis brazos su cuerpo inconciente.

– Avisaré–me dice determinado.

– Por favor envien refuerzos– rechino los dientes apoyandome en la pared del callejón.
Si no hubiera descubierto el arma que le apuntaba, la hubieran matado, pero por evitar eso, no pude detener el hecho de que le dejaran inconciente.
Salir del establecimiento hasta acá, corriendo con todas mis fuerzas, no fue fácil.
Sé que la situación me está sobrepasando. Los pulmones me duelen por el sobreesfuerzo y al tener que respirar rápidamente para recuperar el aliento.
Estoy que caigo , pero no me puedo mover.
Uno de los hombres vigila la zona afuera con un puro en la boca.
Presiono el micrófono sacando una pelotita que activo, y la lanzo hacia arriba.
Esto me advierte de la situación afuera y para mi pesar tienen la calle bloqueada con los pocos traseuntes atrapados, mi única salida es escalar, y pasar arriba de los edificios, si estuviera sola sería fácil, pero ahora debo cuidar a alguien.
Entonces, lo que temo pasa.
El hombre que se dio vuelta a mirar, entra al callejón con cautela, cuidando cada paso que va dando, atento.
La pelota en miniatura regresa a mi mano volviendola a unir al micrófono , preparando defensas en caso de que tenga que revelar mi identidad. Sostengo con mi otra mano la espalda de Sara con mediana fuerza, sin lastimarla, ralentizando mi propia respiración.
La tensión aumenta, cuando saca una linterna para alumbrar alderedor sostiendo con la otra una guadaña sin abandonar el puro en la boca.
Un ruido estruendoso se oye afuera,  haciendose que se voltee a mirar, escuchando como la gente exclama aliviada.
Creo que han llegado los míos.

– ¿Que chispas estás haciendo ahí pendejo?– viene otro de afuera–nos están atacando y tú de malnacido jugando a las escondidas.

–Creí oír algo por aquí–dijo él.

– El chico se escapó con la niña, joder, ahora lo importante es salir con vida, llegó la organización esa–dice fustrado el otro.

– Creí que todo estaba bajo control–responde él.

– Nos equivocamos al creer que pudo haber estado en esta calle, y más aun al bloquerla, nos expusimos de la manera mas directa y tonta posible, ¡Vamonos!–ruge saliendo, a lo que él otro le sigue de igual manera.
Se van ,pero no descanso.

– Yima– oigo en el micrófono a Bomba–debes irte de allí.

– Afirmativo– respondo.
La vuelvo a tomar en brazos dirigiendome a la salida.
Chino junto a Samira los mantienen a raya, espantandolos con las armas que poseen.
La gente aprovecha el lugar libre para correr, con la cual me camuflo saliendo del callejón , yendo a dirección contraria de los matones.
Corro con ella en brazos, el sudor comienza a aparecer con intensidad , mis piernas comienzan a temblar.
Sara no es pesada, pero al tener que correr con su peso igual es díficil.
Una bocina suena al lado de la calle donde estoy corriendo, lo que me obliga a ver hacia allí tensa.
Bomba me hace señas desde el asiento del chofer, abriendo la puerta trasera en automático.

–¡Sube!–me grita mientras estaciona un momento.
Subo a Sara primero antes de subirme yo, cerrando la puerta tras mío.
Bomba arranca , obligandome a aferrarme al asiento , sosteniendo a Sara.
Las personas con las que venía corriendo se van quedando atrás , pero sin correr algún peligro.
Respiro agitadamente recuperando el aire que he perdido durante la carrera. Me echo hacia atrás cerrando los ojos mientras me recupero.
No los abro por un buen rato, pero sé que hemos recorrido un buen tramo.

Bi- AjuarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora