Capítulo 17

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Entré en mi frío apartamento y fui directamente a mi habitación a empacar mis cosas. —Puedes usar la cocina, no hay mucho, pero si puedes encontrar algo, es tuyo —grité. Agarré las ropas que necesitaba del closet y las doblé prolijamente en mi maleta. Alcé la vista y vi a Niall parado en la puerta, con un brazo apoyado en la jamba.

—¿Por qué le mentiste a ese doctor y le dijiste que habías tropezado con algo en el pasillo?

Oh mierda, no lo iba a dejar pasar. Miré hacia abajo y continué empacando. —No lo sé, no le iba a decir que me desmayé, luego haría un gran problema de eso y querría hacerme un montón de exámenes, eso es

lo que hacen los doctores.

—Dijiste que tomaste un baño demasiado caliente.

Me detuve y lo miré, ahora estaba irritada seriamente. —Lo hice Niall. Ahora déjame en paz de una jodida vez. Hablas de mí haciendo un montón de preguntas, es diferente cuando se trata de ti ¿cierto? —Mi

voz se alzó.

Caminó hacia mí y puso sus manos en mis hombros. —Lo siento, no quería enojarte.

Mi primer error fue mirar sus hermosos ojos verdes, porque antes de darme cuenta, estaba acunando su rostro en mi mano y quería besarlo desesperadamente, probarlo y sentirlo. Estaba vulnerable en ese momento, y por un segundo, no me importó; todo lo que sabía era que lo necesitaba en todos los sentidos en que una mujer necesita a un hombre.

Entonces la realidad me golpeó. —Siento haber alzado la voz, estoy cansada.

Dejé su rostro y giré para cerrar el maletín. Atrapó mi brazo, me volteó hacia él y me envolvió en sus brazos, en un cálido abrazo. Era el primer abrazo real que compartíamos. Sus brazos eran fuertes y me hacía sentir a salvo. Cerré los ojos mientras inspiraba su esencia que me debilitaba y excitaba. No dijo una palabra, y se sintió como una eternidad

el estar el uno en brazos del otro. Él rompió el abrazo y se dio media vuelta como si hubiera hecho algo mal. —Debemos irnos.

De pronto me di cuenta de algo; nunca llegué a mi trabajo para avisar. Sacudí la cabeza y suspiré.

—¿Qué pasa? —preguntó Niall.

—Estaba de camino a la disquera para avisar y me di cuenta de que nunca llegué.

—Avisa, ¿por qué estás renunciando? —Niall tomó la maleta y salimos a la sala. Mi rostro se encendió cuando estuve a punto de darle las buenas noticias.

—Olvidé decírtelo por completo, mis pinturas se vendieron, las tres — dije excitada—. Ahora el dueño quiere contratarme a mí y a mis pinturas y eso es un trabajo de tiempo completo.

Me sonrió. —Eso es genial __________, felicidades.

Mientras agarraba las últimas cosas, mi teléfono sonó; era mi prima Debbie. Le pedí a Niall que tomara algo en qué apuntar de mi escritorio para poder anotar la dirección y el nombre de la funeraria. Tomé la información y colgué. Volteé justo cuando Connor miraba la lista de cosas que guardaba en el escritorio.

—¿Qué es esto? —preguntó casualmente.

Caminé hacia él y la tomé. —Sólo una lista de cosas que me gustaría hacer en mi vida. La escribí después de que Kyle se mudara, algo así como un nuevo comienzo en la vida.

Me miró del modo en que sólo él podía hacerlo y dijo—: De acuerdo, ¿lista para irte?

Cerré el apartamento y me dirigí a la limosina. Llamé a mi jefe en la compañía disquera y le expliqué lo que había sucedido y cómo estaba en camino de dar la noticia. Le expliqué lo mucho que me gustaba trabajar ahí, pero mis pinturas se convertirían ahora en mi trabajo a tiempo

Forever Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora