Todos quieren comerse el mundo.

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Fue un escándalo.

Todos sus amigos, toda la escuela impactados por la noticia de que ella y Bakugo serían padres de mellizos.

Comenzaron los susurros, las miradas indiscretas -específicamente hacia su vientre-, pero todo eso se aplacaba ante la emoción de sus amigos y compañeros.

''¡Kyaaaaaa!'' gritaba Mina ''entonces por eso comías tanto''.

''Más bien era por un plan de Katsuki'' respondía apenas Uraraka.

''Entonces tienes que seguir comiendo igual o más...es crucial para el desarrollo de dos bebés sanos y fuertes'' agregaba Tsuyu con su característica forma de pensar.

''Y si esos bebés son mitad-genes-de-Bakugo entonces con mayor razón'' se movía el uniforme de Hagakure.

''Ummh Uraraka-san, realmente me gustaría ser el padrino de uno de tus bebés'' se atrevía rojo de vergüenza a sugerir Deku.

''NI EN TUS MEJORES SUEÑOS NERD INEPTO'' interrumpía el rubio explosivo.

''Yo pido al otro bebé. Qué bueno que son dos'' se sumaba Kirishima mientras Bakugo no dejaba de gruñir y temblar.

Contrario a lo que todos esperaban o creían que sucedería, el director Nezu no realizó ningún tipo de sanción en contra de la joven pareja. Y es que les quedaba tan poco tiempo como estudiantes que castigarlos por su imprudencia hubiera sido más que innecesario.

Y más contrario aún era el hecho de que todas las miradas se dirigían a un vientre que apenas crecía, no así como sus senos y trasero que se acentuaban cada vez más. De seguro estaban haciendo efecto todas las cantidades de pollo, cerdo, pasta, arroz, helado, pan, etc., que la joven madre no dejaba de recibir por parte de su círculo más cercano. Aunque ahora ya no estaba sola en su travesía, puesto que todos se habían colocado en plan de comer, engordar, disfrutar o llamesele como fuera. Si degustaba una ensalada, era una fuente grande para toda la familia; si era una pizza, debían ser cinco repartidas entre el Bakusquad y Dekusquad, y así con cada alimento que comía frente a todos.

Uno de los más satisfechos con los nuevos atributos de la castaña era sin duda el padre de sus bebés. Las veces que mantenían intimidad no dejaba de repetirle lo deliciosa que estaba y que nunca se podría cansar de ella.

Otro que también aprovechaba los cambios corporales en Ochako era su suegro, quien se autoproclamó como el encargado de rediseñar todo su vestuario a medida que el vientre fuera creciendo. También se tomó algunas libertades como diseñar ropa para quienes serían sus nietos, de todos los colores y tamaños, comenzando de hecho a experimentar tanto en color y diseño, a modo de que vistieran solo originalidades. Esto y las atenciones de Aizawa, era lo que más agradecía Uraraka. El maestro se mostraba al pendiente de la pareja, pero manteniendo cierta distancia para no ser uno más de todos aquellos que los acosaban con preguntas y propuestas. La chica notaba esto y esperaba que Katsuki también, aunque quizás no tocaran el tema.

El tiempo pasaba y el vientre por fin salió. Uraraka nunca había sentido tantas manos sobre sí. Y tantos estímulos provenientes de sus hijos. El sentir patadas o cómo se movían para acomodarse, fue algo alucinante, aunque agotador.

Llegó la tan esperada fiesta de celebración al bebé, o baby shower, como preferían nombrarlo algunos. Allí, el kacchako, como fueron apodados por sus amigos, reveló el sexo de cada bebé, encontrándose con un humo de color amarillo y otro violeta, señal de que se trataba de un niño y una niña. Uraraka había tenido razón luego de su sueño.

Ya no podían más de tanto amor y regalos, aunque siempre se podía más y lo demostraban Mitsuki junto a la madre de la chica. Se turnaban para llevarla a cursos pre parto, darle consejos, alimentarla, etc. Se notaba que ambas eran debutantes en su nuevo rol. Y es que al final, todos querían comerse el mundo en compañía de Bakugo y Uraraka.

''Ya estoy cansada'' le mencionaba Ochako a Katsuki mientras reposaban en una habitación.

''Han sido meses agitados'' afirmaba él.

''Demasiado. Y aún nos falta toda una vida''. Ambos rieron.

''De verdad que estoy cansada. Ya quiero que nazcan, así al menos me los podré repartir contigo''

''Serán repartidos entre todos, de eso puedes estar segura. Creo que apenas podrás ver a nuestros hijos''. Katsuki tenía un punto. Quizás, al final, sería realmente bueno y conveniente tener a tantas personas cerca y al pendiente. 

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