Mundo en cuarentena.

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Un año de vida cumplieron los mellizos Bakugo y estaban inmensos.

''La leche materna hace cosas maravillosas'', comentaba orgulloso Katsuki, aunque Uraraka insistía que se debía a los genes.

Ambos poseían el cabello rubio, pero si observabas con atención, podías notar que Aidan tenía reflejos castaños, los cuales eran más visibles al sol. Sus melenas eran abundantes y disparatadas como las de su padre, pero al tocarlas eran suaves como las de su madre.

Un fenómeno extraño había ocurrido con Katsuro, quien a los seis meses desarrolló una mancha roja en uno de sus ojos, la cual terminó por dejarle una vista heterocromática, pero sin mayor riesgo. Aidan contaba con los ojos castaños, por lo que su hermano, solo por la mancha, se asemejaba a la vista de su padre. Shoto no dejó de molestar a Katsuki en cuanto a esto, aprovechando todo lo que él se burló en UA por el rasgo de sus ojos.

''¿Qué sigue ahora? ¿un hijo sin kosei?'', susurraba hastiado Katsuki cerca de Kirishima cuando se reunían todos y surgía el tema.

Katsuro era quien más se parecía a su padre en cuanto a modales y personalidad, siendo explosivo y demandante. Por más extraño que pareciera, su abuela Mitsuki lo adoraba y Katsuki se preguntaba cómo podía ser aquello posible si practicamente era él en versión pequeña y no se sentía adorado por su madre. Cada vez que lo manifestaba en voz alta, recibía su merecido por parte de su madre si estaba cerca.

Aidan poseía el carácter de Uraraka, siendo amable y paciente, por lo que fácilmente lograba ganarse el afecto de quienes lo rodearan. Ya intuían sus padres que él sería el encargado de introducir a su hermano a los grupos sociales.

Apenas lograron aprender a sentarse, Katsuki comenzó a enseñarles todo lo que conocía, aunque los bebés no lo entendieran ni hablaran. Amaba utilizar su kosei para deslumbrarlos, y Ochako adoraba aquella postal. Ella también comenzó a enseñarles cosas a los chicos, siendo la que más pasaba tiempo con ellos, pero al principio fue extraño, ya que estaba poco familiarizada a tratar con varones todo el tiempo. Su familia de origen estaba compuesto por mayoría femenina.

La recuperación de Uraraka tomó todo ese año, con apoyo profesional, de su pareja, amigos y familiares. Nadie quiso tratarla como 'enferma' y ella tampoco lo pidió, solo era Ochako con un diagnóstico pasajero cada vez que entraba a la consulta médica. No fue sencillo, de hecho, ella recuerda sentir la recuperación a partir del momento en que sus hijos la llamaron 'mamá' por primera vez. Se sintió tan motivada como para volver a entrenar, teniendo en cuenta que una vez sus hijos cumplieran su primer año, ella podría postular a agencias para retomar su profesión. Los más encantados con esto eran los abuelos, quienes se habían ofrecido a cuidar de sus nietos para evitar que fueran escolarizados a tan temprana edad. Con ayuda de buena alimentación, recuperó su cuerpo de antes, bueno, casi, puesto que no se puede volver al cuerpo previo a parir mellizos. El más contento era Katsuki, quien tenía de donde agarrar y también podían volver a sus atracones de pareja con hamburguesas dobles y refrescos extra grandes. Hasta la libido había mejorado en ellos, teniendo siempre los cuidados necesarios para no volver a engendrar mellizos.

Una manera de celebrar el año de sus bebés fue bautizándolos, aunque decidieron que no sería tradicional. Más que involucrarlos en alguna religión, lo que les importaba era escoger padrinos que pudieran guiarlos y cuidarlos cuando ellos no estuvieran, sobretodo si llegasen a faltar antes que sus hijos se hicieran mayores. Con la depresión de Ochako habían sopesado lo frágil que puede ser la vida, puesto que si jamás hubiera acudido a un especialista o se hubiera negado a tratarse, quien sabe donde y cómo estarían ahora.

Los padrinos elegidos fueron Aizawa y Deku, para Katsuro y Aidan respectivamente, aunque estarían al pendiente de ambos. El profesor, cuando fue consultado, se sorprendió, pero los demás no, puesto que desde que supo del embarazo siempre se mantuvo al pendiente, primero de Ochako y luego de los bebés; se mostró muy preocupado cuando su ex alumna fue diagnosticada, llevándose a los mellizos a pasear cuando estaba libre para así contribuir al bienestar de los jóvenes padres. De hecho, Katsuro y Aidan eran los únicos que conocían el hogar del maestro, dado que hasta ese punto llegó el nivel de involucramiento, entonces era una opción obvia y acertada.

Con Deku tomó un poco más de tiempo. Katsuki apretó varias veces sus puños antes de aceptar. Su mujer terminó por convencerlo argumentando que, lo aceptara o no, era su amigo desde la infancia, por lo que tenía más que ganado el título de padrino. Cuando se lo propusieron, Izuku lloró alrededor de una hora por la emoción, haciendo que Katsuki tiritara. Para no torturarlo más, la opción más pacífica era Aidan, pero Deku siempre estaba feliz de compartir con ambos niños, relatándoles todas las aventuras que tuvo con su padre de pequeños, por lo que los hermanos querían imitarlos. Con este gesto y otros, Bakugo supo que había hecho la elección correcta.

Uraraka alzó su copa para solicitar la atención de todos los invitados en el brindis que estaba por hacer.

''Quiero comenzar por agradecer a todos quienes se encuentran presentes con nosotros para celebrar la vida de nuestros hijos'', los observaba con aquella mirada tan cálida que solo ella poseía, haciéndolos sentir amados y considerados a cada uno, ''agradecer a los padrinos por haber aceptado, sabiendo que no es una misión sencilla la que les hemos encomendado con Katsu'', tomó la mano del mencionado y luego de mirar a sus hijos, dirigió la mirada hacia él, ''y finalmente agradecer a este hombre, porque sí, aunque apenas tengas diecinueve años ya eres todo un hombre y me lo demuestras día a día. Gracias por estar conmigo, por ser y existir con mi persona. Te amo inmensamente, a nuestra no tan pequeña familia''. Todos suspiraron, incluido el rubio y sellaron con un beso discreto frente a todos. Ya habría más tiempo para pasión en la noche.

''Anuncio aquí y ahora que yo seré el padrino de las bakunenas...cuando nazcan'', atraía la atención Kirishima. Él también era una opción obvia de padrino, pero antes de siquiera ser consultado, dejó en claro que prefería esperar a que tuvieran una niña o mellizas. Por alguna razón se había metido en su cabeza que tendrían más hijos y serían niñas, entonces él esperaría, pese a que aún ni estaba en conversación de la pareja.

''Si no tenemos más hijos, te lo habras perdido'', le decía Katsuki.

''Tranquilo, hombre. Aizawa es viejo, morirá primero y ahí yo tomaré su lugar'', todos reían, menos el mencionado. ''De igual manera tú serás padrino de uno de mis hijos, así que compadres seremos igual'', finalizaba.

Y así, se cerraba un capítulo, pero pronto vendría otro, quizás cuando los mellizos desarrollaran sus quirks o comenzaran su escolaridad. Todos estaban emocionados de vivir con ellos cada paso, y ver quien comenzaba a gruñir primero o imponer respeto: si Ochako o Katsuki.

X

Les dije y les cumplí: actualizaciones antes del fin de marzo :D y el título le vino de maravillas xD

Creo que me salió un poquito más largo que los anteriores y me alegra, así tienen para leer en esta cuarentena. Se me cuidan, que esto aún no acaba ;) 

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2020 ⏰

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