Capítulo 5- La nota

25 4 15
                                    

En efecto, Kathy se encontraba cubierta de sangre de la cabeza a los pies.

—¿Qu...¿qué pedo? ¿qué pedo? —se expreso Montserrat.

Nos miramos entre si, intentando encontrar a alguien más empapado de sangre, tratando de buscar un herido, una explicación, pero no, Kathy era la única.

—Ozpin ¡¿qué hiciste?! —soltó Erendi hacia el Ozpin, quien permanecía atónito en la entrada.

—Solo pulse el interruptor —respondió Ozpin como signo de ¿defensa?

—Kathy ¿estas bien? —Se preocupo Dianna.

—Estoy bien, no es mi sangre, no estoy herida, solo...empapada, que asco.

—Buscare algo para ayudar a limpiarte —dijo Estefanía poniéndose de pie y corriendo hacia la puerta. Fue inútil, pues la puerta se cerró en su cara.

—Ozpin ¡¿qué hiciste?! —dijo, otra vez Erendi.

—¡No hice nada!

Estefanía intento abrir la puerta sin éxito.

—Creo que nos hemos quedado atrapados.

—¡No! ¡Mi puesto de tacos!

—¡Apártate! —grito Alejandro, yendo hacia la puerta para intentar derribarla.

—Es inútil, amor —Carolina fue hacia él—deja eso, vas a lastimarte.

Mientras Yuliana, Niji y Jenifer ayudaban a Kathy a quitarse la sangre. Vampi, que en ese momento se encontraba completamente consternada, se acerco lentamente a la silla de Kathy, en donde la sangre continuaba escurriéndose por hojas y carpetas. Fui hacia ella casi corriendo y me coloque a su lado para grabar lo que estaba mirando. Con nerviosismo tomo una hoja que tenia una caligrafía que me resulto familiar. Era un texto escrito, al parecer, con una mano temblorosa.

—Esta es mi letra —dijo hacia mi, casi como un susurro—, no recuerdo haber escrito esto.

—Léela Vampi.

Ella dudo, pero luego asintió y dijo hacia la cámara:

Hola, habla Vampi, se que esto sonara extraño y difícil de creer, tal vez no me quede tiempo para explicarlo todo. Quien reciba este escrito (espero que no sea el malo), quiero que sepa que la mayoría de los arrowers que han sido citados esta mañana, están muertos. De los dieciocho arrowers, solo quedamos cinco. A penas nos conocíamos. Y si eres el malo, te ruego que nos dejes tranquilos,

Cuando Vampi termino de leer, tenía una expresión de miedo reflejada en su rostro. Nos miramos. No teníamos ni la más mínima idea de lo que estaba pasando. 

MAXITRANSVERSALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora