Una vez que se le fue posible salirse de aquel sitio invadido aún de guardias recorrió, en busca del Profesor, todo el camino que había tomado para llegar a la granja. Debía decirle que Lisboa seguía viva y la habían hecho prisionera, pero además sabía lo que el sonido de esos disparos habían provocado en él y temía que bajara la guardia y fuera descubierto. Registró meticulosamente todo el lugar tratando de no ser vista, pero fue en vano, pues no halló rastro ninguno. Esto era una suerte y una desgracia a la vez. Tenía que recuperar el contacto con él como fuera, así que decidió volver al banco. Se desplazó sigilosamente por uno de los conductos de aire que tenían previamente preparados para que ella interviniera cada vez que fuera necesario. Ya dentro, va hacia una de las oficinas aisladas en busca de su arma y su mono; pero algo más la recibió al abrir las puertas del salón.
- ¡Pero bueno!, ¿qué ha pasado aquí? - Preguntó desconcertada al ver la figura de su amiga morena descansando sobre un sofá mientras un paño de agua caliente adornaba su rostro.
- Nairobi, ha recibido un disparo, pero hemos podido retirar la bala a tiempo, por suerte - Dijo Helsinki con una voz dulce y acogedora a la vez. A su lado, también se encontraba Mónica, quien se encargaba de remojar el paño cada vez que lo sentía frío.
- Vaya, vaya ¡hasta qué por fin te dignas en aparecer!. ¿Se puede saber en dónde andabas bonita? - Gritó molesto Denver una vez irrumpió en la habitación haciendo tronar las puertas con las paredes al lateral.
- Hey, hey, no me hables así, ¡NO tienes NI IDEA de lo que ha pasado allá afuera! ¡El escondite se infestó de policías y fue una suerte que esté aquí ahora!
- ¿Dónde está el Profesor?, hace mucho que no se pone en contacto con nosotros.
- No lo sé, lo perdí en el bosque. -Dijo bajando un poco el tono de voz y tratando de calmarse para lo que venía.
- ¡JODER!, Me cago en la pu....- Tumbó su cabeza sobre la puerta y la golpeó fuertemente con sus puños exhalando un aire de furia. - Y Raquel, ¿Dónde está Raquel?, ella seguro que sabe donde él está.
- Raquel......, - Bajó levemente la mirada y tomó aire. -Raquel fue detenida.
- ¡NO ME JODAS! ¡Es una broma! ¡¿VERDAD?!
- Pero haber ¿y el Profesor lo sabe? - Se apresuró en preguntar Mónica levantándose de la esquina del sofá.
- No, el cree que la ejecutaron.
- ¡¿QUÉ?!
- ¡Denver! ¡Cariño cálmate por favor! - Le ordenó Mónica quien ahora sostenía su rostro con ambas manos.
- ¡FUE UNA TRAMPA!, ¡¿VALE?! Él estaba del otro lado del lugar y escuchó los disparos por el auricular, por eso es que piensa que la mataron. Todo estaba planeado. Luego de eso mi audífono se desconectó y no he vuelto a ver señal de él.
- La madre que me p....¡Lo que nos faltaba! ¡Una herida, la otra presa, allá afuera hay un PUTO MOTÍN a punto de rebelarse y para colmo no sabemos ni rastro del Profesor! ¡¿QUÉ VAMOS A HACER?!...
- Pueden hacer silencio por favor, qué es toda esta algarabía - Dijo con voz vacilante el argentino quien aún portaba un parche en su ojo, una vez que se unió a la reunión.
- Palermo, ¿Qué hacemos?
- Vamos haber, si no escuché mal, el Profesor sigue libre, ¿verdad?, solo que no sabemos donde está.
- Exacto
- Pues ya está, Mabel, sal de aquí y encárgate de buscarlo.
- De eso nada, he venido a ayudar, que estamos bastante mal.
- Y precisamente por eso necesitamos al líder, ...escúchame...tú eres la única a la que la policía no reconoce, por eso eres la que debe hacerlo.
- Ya, pero es que yo tampoco sé dónde está
- Piensa, a dónde iban a ir una vez que lograran burlar a la policía - Mabel se detuvo por un momento y recordó.
- Íbamos a buscar un escondite cerca de la carpa.
- Ahí lo tienes.
Inhaló con fuerzas y dedicó una mirada a todos los ahí presentes. Miró a Palermo una última vez y se desvaneció con el sonido de la puerta. A las afueras del banco todo parecía estar en guerra. La gente se gritaban y empujaban unos a otros, la policía continuaba resistiendo a las grandes masas que parecían querer quebrar las puertas del banco. Todo aquello le parecía la escena culminante de una película nazi. El aire era frío como hielo y golpeaba en su rostro humedeciendo sus mejillas. Se alejó de aquel lugar como se aleja la presa del depredador. Sabía que debía buscar cerca de la carpa, pero era tanta la presión que le ahogaba que se veía en la necesidad de tomar aire fresco, fuera de las máscaras, las placas y las pistolas. Caminó y caminó mucho, perdiéndose en las calles de la inmensa Madrid. Estaba tan enfocada en despejar la mente que no notó siquiera el lugar al que había llegado. Parecía un callejón, era desolado y deprimente, aunque no tanto como lo que desprendía el exterior de aquel banco. Su paso se tornó lento y su mirada curiosa. De pronto, posó sus ojos en algo que le llamó mucho la atención, quedaba al final de la calle y acaparando toda la esquina y mitad de la siguiente cuadra. Parecían los restos de un local, uno que parecía haber sido destruido probablemente hace décadas; aún así, conservaba sus paredes y una amplia puerta a la entrada. Se acercó un poco más, la calle estaba prácticamente desierta. Miró detalladamente aquella puerta, continuó acercándose y pasó sus dedos sobre el llavín. Parecía antiguo y por eso le resultó muy curioso. Pasó una señora por detrás suyo y automáticamente se incorporó alejándose del lugar. Continuó su camino y a no muchas calles encontró un pequeño bar de tapas en el que decidió entrar por un momento. Era un lugar pequeño pero agradable, se sentó en la barra y ordenó un café. Cerca suyo junto a dos botellas de licor, había una gaceta de periódico que parecía nueva. El cantinero del bar la tomó después de atender a los otros clientes y continuó leyéndola. En la portada que quedaba frente a ella se podía ver claramente una foto de algo que la sorprendió mucho.
- Disculpe, ¿puede prestarme un minuto el periódico?
- Claro, no hay problema, es de hoy por cierto.
- Gracias. - Tomó el papel en sus manos y lo volteó buscando la foto que por un momento la había hecho parpadear. Al pie de esta se estaba escrito con letras grandes: "HOY SE CUMPLEN 30 AÑOS DEL TRÁGICO INCENDIO AL HOTEL HANOI" y la imagen mostraba claramente la figura de aquel sitio que había admirado minutos atrás.
- Oiga, este hotel, el de la foto, ¿es ese local de ahí cerca?
- Sí, fue una pena, dicen que en sus tiempos fue un hotel muy prestigioso, que siempre tenía clientes. Pero un día se produjo un incendio, nadie sabe con exactitud qué pasó, pero las llamas arrasaron con el 90% del edificio dejando a salvo solamente una parte del primer piso de abajo; después de eso la calle estuvo cerrada por meses, y cuando se volvió abrir nadie se atrevía a transitar por esa zona, es una pena en verdad.
- Vaya - Tenía lagunas en su mente, nunca había oído nada de un incendio, pero además el nombre del lugar, era demasiada coincidencia que aquel sitio hecho cenizas tuviera el mismo nombre del bar en que inició todo. Se levantó de la silla con la respiración agitada y apresuró su paso. Tomó de nuevo la ruta al viejo hangar incinerado y empujó con fuerza la puerta, una y otra y otra vez, hasta que esta se abrió. Adentro colgaban a los laterales dos lonas de plástico, todo el lugar estaba oscuro. Caminó lentamente, cómo le hubiese gustado tener su arma a punta para no sentirse tan indefensa. Continuó moviéndose cesando cada vez más los pasos y agitando más su respiración. Vio una mesa, y sobre la mesa una pequeña paloma de origami plegada con papel rojo. Suspiró aliviada. Ya no cabía duda, su presencia ahí estaba confirmada. Miró a su alrededor y vio que no había más nada ahí que pareciera suyo. Volvió hacia la figura y la tomó entre sus manos. -¡¡Hum!!- Saltó de susto cuando sintió una figura en su espalda inmovilizándola y tapándole la boca para que no emitiera sonido.
- iiShhh!! ¿No te ha seguido nadie? - Le susurró
- Mmmm, - Respondió negando con la cabeza
- ¿Estás segura?
- Uhum - La soltó rápidamente rezando no haberle hecho daño.
- ¡Pero qué te pasa! ¿Qué ha sido eso, eh? - Dijo cuestionada mientras miraba a los ojos a aquel hombre serio de barba y gafas.
- Lo siento tenía que asegurarme de que nadie nos haya visto.
- Escucha, tito, me alegra mucho encontrarte de nuevo, te necesito, todos en el banco te necesitamos, pero, antes que nada debo decirte algo, sobre Raquel, verás no es lo que crees, ella... - Él la interrumpió quebrando sus palabras. Solo con escuchar su nombre y recordar todo lo que había sufrido en tan sólo minutos atrás, hacía que su alma quisiera abandonarlo, que su corazón pareciese dejar de latir por un momento y que los ojos se dilataran queriendo empapar sus mejillas. Había huído de aquel bosque para esconderse, pero no de la guardia, sino de Raquel, pues sabía que si se atrevían a posar el cuerpo sin alma de ella en frente de sus ojos hubiese muerto en ese mismo instante.
- Mabel vamos a concentrarnos en el banco que es lo esencial. - Dijo resignándose por completo y apretando los puños para no estallar en lágrimas
- Pero escúchame......
- NO, no quiero oírlo, sé que me vas a decir cosas como que lo voy a superar, que todo irá mejor - tito, no..... - Que todo esto es mi culpa por enamorarme, que nada hubiese pasado de no ser por mí - ¡tito!...- ¡Qué no puedo Mabel!, ¡qué no puedo! - ¡¡QUÉ RAQUEL ESTÁ VIVA, JODER!!***********
Salió de aquel rancio hangar con la certeza de que lo que iba a hacer era correcto. Había tenido sus dudas al principio pero ahora estaba segura. Ya tenía el plan para que los atracadores pudieran huir del banco con todo lo que habían robado sin ser descubiertos. Pasó cerca de una tienda y compró algo de ropa, lo que iba a hacer requería de una imagen un poco más arreglada para no levantar sospechas. Se arrimó a un taxi dirigiéndose a lo más cerca del banco que este la pudiera dejar, y una vez ahí paró frente a la multitud enardecida que continuaba portando carteles y gritando a bocajarro. Ese tipo de escenas siempre lograban conmoverla, le hubiese gustado tener a mano su encendedor y un cigarrillo, pero no los había llevado con ella en esa ocasión. Posó sus ojos en la policía, en los guardias que vigilaban el área, en los autos patrulla, en la cantidad de hombres uniformados que parecían temblar con una simple llamada, en tanta gente que estaba por el medio de esta situación. Las guerras nunca traen nada bueno, pero en su mayoría han de ser necesarias, porque a veces crear una revolución es lo único que hace que la gente te escuche, te escuche de verdad. Eran la voz y la palabra de muchos, y no podían defraudarlos, por eso ella debía hacer eso. Se dirigió lentamente hacia la carpa y una vez la tuvo delante tomó aire y exhaló.
- Disculpe, esta es área restringida, no puede pasar - Le dijo con voz severa uno de los guardias que custodiaba la entrada a la carpa.
- Necesito hablar con la inspectora al mando de este caso.
- Ella está ocupada ahora, y ya le dije, esta no es zona de civiles, así que por favor retroceda o tendré que tomar medidas.
- ¡ES IMPORTANTE! - Le dijo sobresaltada hartándose de parecer cordial. - Les aseguro que les será de mucha ayuda al caso, por favor llámemela.
- Lo siento pero eso a usted no le corresponde y no puedo dejar mi puesto a no ser por algo extremo.
- ¡¡Es extremo!! ¡¡¡TENGO INFORMACIÓN SOBRE EL PARADERO DEL PROFESOR!!!😄//ESTE FUE EL 2do CAPÍTULO//,😄 HUBO COSAS QUE QUEDARON INCONCLUSAS PERO SABRÁN EL POR QUÉ EN EL PRÓXIMO.
🙄LES INVITO A QUE CONTINÚEN LA HISTORIA Y ME DEJEN SABER SUS OPINIONES Y CRITERIOS EN
LOS COMENTARIOS.🙄💖❤GRACIAS POR LEERME❤💖
😘😘😘
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_La Estrategia Deseada_//Fanfic_👓La Casa de Papel👓_afterSeason3❣
Fanfiction¿Qué pasaría si La Casa de Papel tuviera un personaje adicional?. Mi historia parte de la "supuesta" muerte de Lisboa, quien posteriormente es detenida y llevada ante la justicia. Mabel, una de las integrantes más importantes de la banda, presenció...