La inesperada llamada de Mabel había asombrado a más de uno en la carpa. Dejando perplejos especialmente a Sierra y Tamayo, quienes ahora se perdían en una acalorada discusión.
- Pero bueno, ¿Quién coño es esa tía ahora?, ¿eh? - Dijo terriblemente frustrado dirigiéndose a la pelirroja intimidante.
- A lo mejor esto es bueno. - Se dijo ella para sí misma en voz alta tratando de analizar la situación.
- ¡¡¿BUENO?!!
- Sí, claro. ¡Quizás es que están tan perdidos que él ha tenido que interferir en el banco a ayudar!. - Propuso ella intentando convencerse de sus palabras.
- ¡O que está en Andorra cavando un túnel a 100 metros bajo tierra, uno nunca sabe!. - Respondió sarcástico y dominado por el pánico.
- Tenemos que entrar como sea. ¡SUÁREZ!
- Espera, qué dices mujer, ¿no la has oído? ¡Están tramando algo!
- ¿Por qué crees que incluso estando ausente el Profesor han decidido llamar y asegurarse de que no entremos?¡¡Porque es lógico que algo allá dentro está pasando!! - Dijo aturdida mientras se movía con rapidez hacia la salida, seguida por Tamayo. - Y no voy a quedarme aquí esperando y dejar pasar la oportunidad de atrapar al mayor hijo de puta de la historia. ¡¡¡SUÁREZ!!! ¡AQUÍ!
- ¡Dígame!
- Reúne a tus hombres. ¡Hay que entrar!
- ¿Está segura, inspectora?
- ¡ES UNA ÓRDEN!
- Entendido. ¡EQUIPO 1 y 2, CONMIGO! - Dijo haciendo señas por todo el lugar mientras se cargaba de armas.
- Entonces ¿preparamos ya el vehículo? - Preguntó aturdido Tamayo a Sierra.
- No, eso todavía no, hay que asegurarnos primero de qué está sucediendo. Que utilicen lo blindados.-
- ¡La madre que los parió! que van a entrar, que van a entrar con dos blindados, ¡hombre! - Dijo Palermo observando por la ventana y dirigiéndose rápidamente hacia los otros.
- Palermo, llama al Profesor, - Dijo Denver, vociferante.
- No hay tiempo ¡Joder!
- ¡Que lo llames! ¡AHORA!, ¡que si hacemos algo mal esto se va a la mierda!
- Muy bien, muy bien, vayan poniéndose en posición.
(........)
- ¿Si?
- ¡PROFESOR!
- Es Mabel, Palermo ¿qué ocurre?
- Que ¡¡¿¿QUÉ OCURRE??!! ¡¡Que nos van a atacar!!. ¿Dónde está el Profesor?
- ¡¡Escúchame!!, me van a atender a mí ahora. ¡No abran fuego! ¿Me has oído?
- ¿Pero qué dices?
- ¡No hagan Nada! ¡No desperdicien municiones! Yo me encargaré.
- Joder, ¡¡Por Dios!!... Más te vale que sepas lo que haces... Confío en ti. - Colgó el teléfono y volteó apresurado dirigiéndose a sus compañeros.
- ¡Atención!, ¡No dispararemos! Mabel nos ha dado la órden de no abrir fuego.
- Cómo que Mabel, ¿de qué hablas?- Replicó Nairobi estupefacta. - Hay que combatir fuego con fuego es la única forma de defendernos.
- Al parecer es quien está a cargo ahora y se hará lo que ella diga ya que no nos queda otra opción. Además recuerden que tenemos poco armamento.
- ¿Y el Profesor, dónde está? - Se apresuró en cuestionar Tokio.
- Estos no son momentos de preguntas señores, todo el mundo a sus puestos, y armas al suelo. ¡YA!-
"Confío en ti". Esas palabras ya le habían volcado más de una vez la mente. Es increíble como una simple frase puede causar tanto en una persona. Las cosas se complicaban cada vez más y aunque seguía insegura, poco a poco se iba dando cuenta de que no habría otra opción que hacerlo explotar. Se desplazó rápido hacia el monitor y con la velocidad de un chasquido contactó a la carpa.
(.........)
- ¿Diga?
- ¡Inspectora!, exijo una explicación, qué están haciendo, se supone que teníamos un trato.
- Ahora estás nerviosa Mabel. Digamos...que...he cambiado de opinión. Verás, como podrás entender, soy una persona muy curiosa y cuando tengo una duda necesito aclarármela. - Sonrió sintiéndose victoriosa por las palabras que acababan de articular sus labios.
- ¡Inspectora!, ¡Estamos en posición!, ¡Solo de la órden! - Exclamó Suárez gritando a bocajarro dirigiéndose a Sierra, quien atendía la llamada desde la entrada de la carpa.
- Muy bien inspectora, entonces supongo que yo también tendré que cambiar de opinión. Tendré que cambiar de opinión acerca de desactivar la bomba que hay colocada en alguna parte de la carpa. La cual está protegida por un código extremadamente complicado, y estoy segura que no dará tiempo de desifrarlo o desactivarlo antes que explote. - Todos los que estaban escuchando desde el interior se quedaron meramente asombrados. Incluso la flamante pelirroja que parecía no tener miedo a nada, había tenido que admitir que escuchar aquello la había asustado mucho.
- Estás de broma ¿no?
- ¡INSPECTORA! ¡DE LA ÓRDEN!
- Yo nunca bromeo inspectora.
- ¡¡Pero eso no puede ser!!, ¡¡¿cuando coño han hecho eso?!!
- ¡¡INSPECTORA!!
- Dígame una cosa, ¿no ha recibido visitas extrañas últimamente en la carpa? Y si no me cree entonces continúe y compruebe lo que estoy diciendo.
- ¡¡Hijos de Puta!! ¡¡¡No tengo idea de lo que hablas, pero te aseguro que esto no se va a quedar así!!!. ¡¡TAMAYO!! ¡Diles que aborten misión!
- Abortad misión, repito, abortad misión. - Dijo refiriéndose al auricular en su oído.
Las armas se bajaron y la multitud arroyodora comenzó a obacionar. Ambos inspectores se deshicieron de los micros arrojándolos con furia. Habían perdido otra batalla y tenían que aceptarlo. Ahora además del banco tenían que preocuparse por no estallar en pedazos. Esos desgraciados siempre estaban un paso por delante, pensaron. No obstante habría que tomar pronto una decisión. Mabel tomó rápido el móvil viejo que habían quedado en usar en caso de necesitar realizar llamadas y contactó el número telefónico que le había dejado el Profesor. Aún después de todo él seguía siendo el cerebro del equipo y quien daba la órden final. Pero cuando fue descolgado el móvil no sintió su voz sino la de Marsella. Al parecer él y el Profesor se habían embarcado en el mismo viaje. Le comentó que necesitaba contactar con él pero se le cortó la voz cuando escuchó la horrible respuesta de que lo habían perdido. No estaba segura a qué magnitud llegaba esa frase, pero de que era debastadora no cabía duda. Habían llegado juntos a Murcia, pero a la hora de dividirse y ejecutar el plan hubo un fallo, y algo no salió como lo planeado. "El miedo arrebatador de perder a alguien que amas a veces es tan fuerte que acaba dominándote". Fueron las palabras que le dedicó Marsella antes de entrar en un silencio incómodo. ¿Qué cojones significaba eso?. ¿Que se había entregado? ¿Qué había desparecido?... ¿Qué había muerto? Nadie lo sabía. El último rastro que le quedaba a Marsella de él era la nota que le había dejado para Mabel. ¿Y Raquel? - Preguntó ella como última interrogante, pero no obtuvo respuesta. La señal era tan débil que la llamada se cortó.
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_La Estrategia Deseada_//Fanfic_👓La Casa de Papel👓_afterSeason3❣
Fanfiction¿Qué pasaría si La Casa de Papel tuviera un personaje adicional?. Mi historia parte de la "supuesta" muerte de Lisboa, quien posteriormente es detenida y llevada ante la justicia. Mabel, una de las integrantes más importantes de la banda, presenció...