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San entró al gran edificio al que había sido citado hace unos días atrás, camino directamente hacia la secretaria que se encontraba sentada un poco más allá de dónde él se encontraba, le dijo a la joven que había sido citado para hoy, dio su nombre, para corroborar de que había asistido y en unos minutos ya caminaba hacia la oficina con paso firme, a pesar de los nervios que sentía. Sus botines rechinaban sobre la impecable cerámica, con su mano tiro su cabello hacia atrás y tocó la puerta unas cuantas veces, se escucho un; "pase" desde el otro lado, San suspiro profundamente, para luego sin más abrirse paso a la lujosa oficina. Con un suave; "permiso" y una reverencia bastó para el hombre sonriera levemente.

— Choi, Buenos días — dijo el hombre de voz rasposa y alzada. San respondió el saludo formalmente, estaba siendo bastante cuidadoso. Y no era para menos, estaba parado frente a unos de los hombres con más dinero en toda la industria del modelaje, propetario de élite New York en Corea del Sur — Toma asiento por favor — dijo invitándolo con su mano, San se sentó de inmediato — Deberás saber el por qué te he citado el día de hoy ¿no? — una pequeña risa salió de sus labios, San asintió, formando una pequeña sonrisa en sus finos labios.

— Es por el trabajo que he solicitado. Muchas gracias por haber leído mi formato de expediente — dicho esto dio otra pequeña reverencia — estoy muy agradecido — mantenía su tono de voz neutro, ya que debía hacer notar que era seguro de si mismo, aunque fuera todo lo contrario y se encontrará tan nervioso, que sus manos temblaban ligeramente en su vientre.

— Estas en lo correcto — el hombre podría juzgarte con sólo una mirada, y dejarte completamente devastado, era tan poderosa, Choi San se sentía aterrorizado, pero se repetía que no debía desviar la mirada, debía mantenerse seguro — Déjame decirte joven, eres inexperto, esté es el primer empleo que solicitas recién de haberte graduado de la universidad, sinceramente, nosotros no contratamos a personas sin experiencia laboral — San sintió toda la sangre de su cuerpo congelarse, estaba a punto de abrir la boca cuando el hombre Europeo acomodó sus gafas y una sonrisa se formó en sus labios — Pero éstas contratado Choi.

San pensó que podría ser una broma, por que era increíble, la situación lo era, había conseguido el empleo de sus sueños, moría de ganas por correr a casa y decirle a sus padres de que el empleo era suyo, pero solo se mantuvo en silencio, estaba descolocado. El hombre tomó unos papeles e hizo unas cuantas llamadas, mientras Choi aguantaba la felicidad, las ganas de levantarse y gritarle a todos que se pudieran, por que el lo había conseguido.

— Bien — el hombre llamó su atención de inmediato en cuanto termino la llamada — Este es el contrato, pido que leas cada una de las condiciones de éste con detenimiento. — San asintió tomando el papel con cuidado — Debo comentarte — dijo una vez más, para que Choi le prestará atención  —Confiamos en qué realizarás un trabajo confiable. Te hemos contratado especialmente para uno de nuestros modelos varones estrella, el mantiene una agenda bastante agitada, necesitamos a un profecional a su lado todo el tiempo, es por lo que estas aquí, serás el estilista personal de uno de ellos — el hombre miraba atentamente a Choi San, el joven sentía que el hombre le entregaría su joya más preciada, y es que para el hombre Europeo sus modelos, eran una joya.

San mordió su labio inferior con un cosquilleo en su estómago, y levantó la mirada del papel impreso al hombre — Agradesco mucho esta oportunidad que me está brindando, yendo con el contrato, ¿los viajes al extranjero, debo realizarlos junto al modelo? — la incredulidad en su voz era palpable, el hombre asintió.

— Sí, ya que eres el estilista personal de uno de nuestros modelos, debe estar allí, desde que suba del avión, hasta que baje de este, en sesiones fotográficas, y pasarelas — San sintió un gran peso sobre su hombros, tenía una gran responsabilidad sobre la otra persona, eso comenzaba a ponerlo bastante nervioso. Asintió tragandose sus lloriqueos, volviendo al papel. Viendo las cifras que ganaría en dinero, casi se cae del cómodo sillón personal en el que se encontraba, ¡era demasiado dinero!, bastante dinero, mucho dinero.

— Cada viaje de trabajo lo paga la empresa, no debes preocuparte de eso — San asintió, recordando claramente el por qué había decidido querer trabajar para aquella empresa.

Luego de algunas preguntas, San firmó el contrato con apuro, sentía que si seguía con sus preguntas el hombre se arrepentiria de haberle dado la oportunidad. Se despidió con una reverencia, mientras este le decía que comenzaría desde la próxima semana.

Al salir de la oficina sacó rápidamente su teléfono, para marcarle a su madre, estaba tan ansioso por contarle de una vez que había conseguido el empleo.















Boyfriends             ❝woosan❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora