🆂🅾- 🅲🆁🅰🆉🆈 × 𝘊𝘢𝘻𝘻𝘦𝘳𝘰𝘴 × [En Edición]

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Al día siguiente me desperté con las fuertes y frias brisas que entraban desde mi ventana dándome pequeños escalofríos, mientras que me sentaba a realizar estiramientos con la intención de sentirme cómoda. A mi derecha se llegaba a escuchar los quejidos de Cazz por el frío que le causaba el viento, tapándose con la manta que tenía a su lado.

Siempre me levanta media hora antes que toque la alarma ya que de esa manera tenía más tiempo para ducharme y prepararme el desayuno con tiempo de sobra.

Con mi mejor esfuerzo, sin quedarme dormida me levanté para ir a alistarme con el típico cansancio de todas las mañanas, al entrar en el baño me aproximé cerca del lavabo y noté que seguía teniendo el suéter de Cazz con su olor a perfume tan único, me lo quité y lo dejé a un lado para comenzar a ducharme y luego alistarme.

Mi mente no dejaba de pensar de que hoy era el día en que Cazz, y yo empezaríamos con esa famosa apuesta, realmente me causaba nervios e impaciencia.

...

Mis pasos se acercaban a mi cama en donde se encontraba Cazz en medio de todas las mantas como un niño pequeño.

_¡Ey Cazz!, ¡Ya son las ocho AM se nos hace tarde!- decía mientras secaba mi cabello con una toalla y mi cara demostraba falsa preocupación -

Apenas abrió los ojos con susto corrió hacia la ducha de manera super torpe cerrando la puerta con fuerza acompañado de un grito diciendo "Estoy en cinco minutos". No podía aguantar la risa que me causaba verlo de esa manera.

Bajé por las escaleras y fui en camino a la cocina. Coloqué pan fresco en la tostadora y luego comencé a preparar en dos tazas yogurt con cereales.
Me senté en la mesa y dejé las tazas con cuidado.

Pensé y pensé en que clases de cosas pasarían hoy, que clases de cosas se le ocurrirán a Cazz y hasta que debería hacer yo al respecto. Tantas ideas se me venían a la cabeza al igual como los malos presentimientos de que alguno de los dos lo estropee.

El sonido de la tostadora que indicaba que estaba lista me despertó de mis pensamientos y me levanté a ver. Tomé un pequeño plato y coloqué las tostadas rápidamente pero a la vez con precaución porque se encontraban muy calientes.

En el camino hacia la mesa llegé ver a Cazz bajando por las escaleras con una cara de mal humor, me detuve prácticamente al frente suyo y lo miré extrañada y tan sólo me contestó con un "¡Son las seis y media mujer!", al comprender lo que sucedía no pude aguantarme y me reí a grandes carcajadas.

_No puedo creer que me hayas despertado tan temprano - dijo con un tono de niño caprichoso y tomo unas tostadas del plato que sostenía mientras se sentaba -.

Yo sólo me sacaba las lágrimas que había soltado de la risa.

_Y bueno, iremos temprano - le dediqué una sonrisa sentándome a su lado -.

_¿Sabes que día es hoy? - preguntó dirigiéndome la mirada y yo tan sólo asentí - ¿No se te hace nada incómodo esto? Porque la verdad a mí un poco...realmente no quiero molestarte o ponerte en problemas sólo por esta estupidez.

_Claro que no Cazz, de todas maneras somos amigos y eso no lo arruinará nada en el mundo y sabes...siento que esto también por parte es lindo ya que me sentiré más protegida por ti, amo eso. - lo miré con ternura -.

_Oh, bueno - tomó un último mordisco a la tostada junto a su último trago de la taza -.

Cazz se levantó, tomó con sus manos el pequeño plato junto a su taza y los llevo al lavavajillas.

_igualmente...si se te hace difícil no dudes en decírmelo, tal vez se te sea raro ya que estamos yendo muy rápido. Pero en todo momento esto se tratará de un juego - dije mientras yo igualmente tomaba mi último sorbo al yogurt, me levanté y fui por el mismo camino que había tomado Cazz anteriormente -.

Me lo encontré en ese mismo lugar, lo miré sonriente mientras dejaba mi taza en el lavavajillas al igual que él.

Me levanté a su altura y lo miré extrañada, él tan sólo me miró con su rostro sin expresión alguna.

_Bueno...¿Nos vamos? - pregunté alejándome de su presencia para poder agarrar mi mochila que se encontraba arriba del sofá -.

_¡No quiero ir! - dijo mientras sostenía su mochila de manera exagerada -.

Sonreí mirándolo y luego me di la vuelta para poder abrir la puerta.

_¡Vamos!.

...

Luego de un rato de caminar nos encontrábamos allí, al frente de nuestra odiada escuela secundaria.

_A decir verdad me da un poco de miedo entrar - mi cuerpo se llenaba de escalofríos -.

_¿Te molesta que te agarre la mano? - le negué - Bien entonces ven.

Cazz como dijo, tomó mi mano y caminamos hacia la secundaria en donde nos íbamos a encontrar con nuestros antiguos compañeros.

_¡Ey chicos! - se escuchó un grito atrás de nosotros y nos dimos la vuelta al unísono -.

Era mi viejo amigo Jorge y digo mi porque ese chico no le agradaba para nada a Cazz.

_¡Por Dios eres tú nena! - tal chico vino corriendo hacia mí -.

La verdad que Jorge me parecía un súper amigo.

_Oh Dios...¡te extrañé tanto! - solté la mano de Cazz dejándolo inmóvil y fui directo a abrazarle -.

Nos separamos del abrazo y Jorge observó a Cazz con una mirada sería por unos segundos y luego volvió a su misma expresión de siempre saludándole estrechando sus manos.

_¿Y bien?. Al parecer, ¿Ya son pareja si no me equivoco? - preguntó con una sonrisa mirándonos -.

Cazz y yo nos miramos al mismo tiempo con la boca abierta sin que nos salga alguna palabra que pueda explicarle.

_¡Chicos!, ¡Los extrañé! - una voz angelical nos salvó de la incómoda situación -.

Una chica pelirroja con trenzas venía acercándose hacia el grupo que ya nos habíamos formado sin darnos cuenta. Esa chica era mi gran mejor amiga con la cual no la había visto de hace dos días, lo sé, muy poco tiempo, pero igualmente nos queríamos demasiado y nos lastimaba el no vernos.

_¡Erika! - corrí hacia su dirección mientras abría los brazos esperando el impacto del abrazo -.

Nos dimos un gran abrazo y ella se aproximó a los chicos para saludarlos. Caminabamos por los pasillos, cada uno contando su experiencia de el fin de semana.

Nuestra clase se encontraba a unos metros de nosotros así que tomé la mano de Cazz y lo apresuré caminando en reversa dando pequeños saltos.

Cazz me sonreía de una manera tan sincera que me hacía sentir tan única.

De un instante a otro me atrae hacia él provocando que esté a centímetros de su abdomen quedando a espaldas de lo que me había alejado.

_Oh, ¡Miren quien está aquí!, ¡La señorita perfecta volvió a clases!.

Escuché risas a mi espalda y noté que Cazz cada vez me tomaba con una mano la cintura con más y más fuerza, como si tuviera...¿Miedo?, ¿Quién es esa persona?.

_Cariño, ¿Qué hacés aquí?...¿Cazz? - escuché una voz femenina que se me hacía reconocida -.

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