Mi primer robo en Australia

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Tras un tiempo, después de no haber dormido absolutamente nada tras todo lo ocurrido, tomé un largo y merecido descanso, en unas cuantas maletas blandas que encontré por ahí.

El avión, después de bastantes horas de trayecto aterrizó en el aeropuerto de Sydney. El movimiento brusco hizo que me despertara y cuando noté que se iban a abrir las compuertas me oculté tras un montón de maletas y de lo que parecían unas jaulas de animales, en el momento en el que se abrió la compuerta, dos personas entraron, un hombre cincuentón con bastantes canas y con una barriga cervecera que aunque lo intentara no podía ocultar, a su lado una chica bastante más joven, pelirroja aunque por su expresión y por la conversación que estaban teniendo los dos, esta última parecía estar en prácticas.

Los dos iban vestidos igual, con chalecos y con unos pantalones oscuros. Mientras el hombre le iba dando indicaciones a la chica, este iba sacando más y más maletas, y así poco a poco me iba quedando sin espacio para esconderme, hasta que no tuve alternativa, esperé a que el hombre se fuera a dejar las maletas fuera y abrí las jaulas de los animales. Los siguiente fue ver a la chica corriendo despavorida, huyendo de un caniche que no paraba de ladrar y de dos gatos, que aunque los dejé fuera no creas que se movieran demasiado. Cuando la chica comenzó a hablar con el hombre, en ese momento me fijé en que mi bici estaba ahí.

Por o visto si me "teletransporto" puedo mover cosas conmigo, pero... ahora que me fijo mi pendiente estaba como más caliente, como si de un móvil se tratara. Por una corazonada, intenté transportarme al lugar donde había aparecido en el avión, y aunque solo eran un para de metros, no funcionó, como era de esperar todo tiene una limitación.

comencé a intentar desplazarme, llegué a la salida de los pasajeros del avión y me camuflé con ellos, y aunque algunos me miraron raro por ir con una bici seguí hasta la salida de la pista, a una pareja con un niño pequeño, de forma que quien me viera pensara que voy con ellos. El único problema era que... ¡hace demasiado frío!

Muy bonito eso de viajar a otro país, sí, sí, pero no me acordé de que estamos en otro, puto hemisferio.

A la salida del aeropuerto me quedé solo, mientras la familia con el crio ruidoso se fue en un taxi, yo no sabía que hacer ahora, cosa que mi estomago si, en ese momento sentí un hambre terrible, así que volví dentro, no sin antes atar a una farola la bici. Con algo de dinero que tenía guardado en la funda del móvil me compré un bocadillo de lomo y tras saciar mi hambre, cogí prestada una chaqueta gruesa de una silla mientras el dueño estaba pagando.

Salí donde había atado mi bici, y me fui al centro de la ciudad, como ya tenía experiencia en Nueva York, ir por la ciudad no fue ningún problema, aunque ahora mismo lo que necesitaba era información. Así que al llegar al centro vi la típica tienda de basura de llaveros, recuerdos...

Entré y después de unos minutos disimulando, viendo bolas de nieve con cosas turísticas de Sydney, pregunté a la cajera sobre algún lugar destacable de la ciudad que visitar. Disimulando mi acento estadounidense intenté explicarle que era un trabajo del instituto, sobre cuanto saben los ciudadanos de su ciudad, y tras preguntarle cosas como: "¿qué te gusta más?" O "¿Qué lugar recomendarías?" Por fin le pregunté "y algún lugar que no visitarías nunca"

- Esos son los suburbio, chico, no vayas ahí si no quieres problemas.

- Vale, gracias, ahora sí que aprobaré el trabajo.

La última pregunta era obvia, ya que cuando pienso en mi y en mi tía, siempre pienso en problemas, por lo tanto hay una gran probabilidad de que sea genético por lo tanto tenía que ir ahí al lugar más peligroso para conseguir por lo menos una pista de mi familia.

Antes de aventurarme en un barrio peligroso debía reunir más información, cosa que aunque me llevó horas, y ya estaba oscureciendo, gracias a la técnica de estudiante, y a medida que me iba aproximando al barrio. Gracias a la gente, que por cierto actuaba con bastante miedo de dar un paso en falso, descubrí que en ese barrio suelen ocurrir desastres como: agresiones, batallas campales, derrumbamientos...

También que incluso la policía a desistido y ni si quiera se aproxima a ese barrio dirigidos por distintos clanes.

Mientras preguntaba a la gente, me di cuenta de que en la chaqueta del tipo al que se la tomé prestada había dinero en efectivo, lo suficiente para ir a comprar unas cuantas cosas. Como mi pendiente seguía inactivo tenía que arreglármelas por mi cuenta, de modo que en un callejón que había en la siguiente calle tiré la chaqueta del tío, por si llegaban a reconocerme por ella, no sin antes rebuscar en sus bolsillos y encontrar un paquete de pañuelos y un mechero junto a un paquete de cigarros, los cuales no me servían de nada pero el mechero me lo guardé en el bolsillo. Al salir del callejón entré en una tienda de ropa, donde con el dinero de la chaqueta del tipo del aeropuerto, me dio para una chaqueta gruesa y un pasamontañas negros.

Más tarde fui a una tienda de herramientas apunto de cerrar donde con una señora fornida con cara de pocos amigos me miraba desde el pasillo 3, cogí una linterna y un cuchillo, no sin antes comprar unas cuantas barritas energéticas de una máquina expendedora continua a la salida. Ya anocheciendo me dirigí hacía aquel terrorífico barrio, no sin antes poner mi bici en un lugar seguro.

Nada más adentrarme, me vi envuelto en una maraña de casas y edificios destruidos, viejos, mal hechos y ruinosos, y de fábricas abandonadas llenas de grafitis, e incluso llegué ha observar alguna que otra jeringuilla, cosa la cual me dio la señal de ponerme el pasamontañas. Después de un rato caminando pegado a la pared, sin hacer demasiado ruido, dos calles en adelante observé un grupo de sombras moviéndose muy rápidamente.

Fui lo más veloz que pude y me quedé en la esquina del edificio más próximo, y poniendo la cámara del móvil, la asomé y vi que solo eran un grupo de hombres y mujeres luchando, puñetazos, patadas lo común, eso me despreocupó, pero en ese momento, alguien muy fuerte me agarró de la chaqueta y lanzó hacia ese grupo que estaba peleando.

Todos se detuvieron al instante, me levanté lo más rápido que pude y vi que eran un grupo de unas 7 personas, y detrás mía la que me había lanzado era la mujer musculosa que me miraba raro en la tienda de herramientas.

- ¡Este mocoso os estaba espiando! (Gritó la Hulk mujer)

El grupo de personas reaccionó de distinta forma, algo que me sorprendió, ya que con la cara de tontos que tienen todos, es increíble que no compartan una sola neurona. Cuando pude retroceder y colocarme en una posición dónde podía ver a todos, pensé en escapar pero la Hulk mujer tenía pinta de rápida, y si se cumplen mis sospechas también podrá volar. De modo que hice lo que mejor se me da... provocarles:

- ¡Hey mujer Hulk y vosotros grupo de monos sin cerebro a ver si podéis tocarme!

Con suerte se entorpecerían entre ellos y me daría algo de ventaja, pero como ya he dicho, no tengo suerte. Tras decir eso la Hulk mujer les dijo al grupo de monos que ella se encargaría, y tras eso me gritó:

- Por tu olor, eres uno de ellos, y como hablas debes de ser el mocoso que tantos problemas ha causado

- Así es estúpido demonio,  me puedes llamar The Hunter.

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