Capítulo Siete: Traición

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—No se separen —les pedía Peter subiendo por el bosque—, conozco una entrada no muy lejos de aquí. 

—¿Por qué no simplemente se suben a mi lomo y volamos por encima? —preguntó Meum. 

—Porque nos derribarían, lo cual me recuerda, ¡¿qué haces aquí?! —cuestionó Peter girándose para ver al dragón.

—Debo protegerte —respondió Meum. 

—¡Puedes hacerlo regresando a la playa! —le gritó Peter cuando escuchó el crujido de una rama—. ¡Todos conmigo! 

Pronto, los cuatro elementos salieron de los arboles: agua, aire, fuego y tierra. De estos salieron cuatro hombre con túnicas tipo monje. Los elementos salían despedidos de sus palmas. 

—¡Esto no es magia! —gritó Wendy viéndose cada vez más acorralada. 

—¡Meum no hagas nada! —le gritó Peter al dragón que estaba a punto de escupir su fuego. 

Cuando estos monjes los rodearon por completo, apagaron sus elementos, metiendo sus manos entre las mangas de sus túnicas. 

—¿Qué hacen en el territorio prohibido del bosque viajeros? —preguntó el que tenía de logo en el pecho, una llama de fuego. 

—Tranquilos —les susurró Peter a sus sobrinos—, son solo Elementales —les dijo para así responderles—: ¡Soy el Caballero Negro! ¡Luche a su lado! 

—Después nos abandonaste como el restó de los Guardianes de Merlín —dijo el de logotipo de agua. 

—Fueron dominados por el poder de la Bruja. No están actuando con razón. 

—¿Cómo sabemos qué tú sí? 

—Traigo el libro conmigo —aseguró Peter—. El último libro de Merlín. 

Los Elementales se empezaron a mirar en silencio, como si discutieran sin voz. Finalmente el de aire dijo: 

—Solo podrán entrar dos. 

El Caballero Negro asintió para después girarse hacia Meum. 

—Lleva a los niños de vuelta a la playa. Espéranos ahí. Por favor. 

—Tía Wendy —exclamó Sara tomando del vestido a su tía. 

—Estaremos bien linda. Ve con el dragón —le respondió Wendy de manera cariñosa; quitándole la bolsa que contenía el libro. 

Así momentos después, los Elementales guiaban al caballero y a la bruja. 

—¿Son de confianza? —le susurró Wendy a Peter. 

—Solo no les digas que eres bruja. 

De pronto, los Elementales pararon; el de tierra abrió un pasaje secreto en el suelo, que daba a unas escaleras subterráneas. Esto los llevó a un pasadizo secreto que daba para abajo de la ciudad. Ahí Wendy le susurro:

—¿Así que sientes algo por mí? 

—El dragón tiene algún tipo de retraso. No me fiaría de lo que dice —respondió Peter indiferente. 

—No lo escuche de los labios de Meum Peter. Lo escuche de los tuyos. 

—Eso no tiene sentido —respondió el Caballero aún ignorando la situación. 

—¿Así qué te gusta mi risa? 

Esto logro que Peter la viera, ¿sería posible?..

—¿Cómo sabes eso? 

El Caballero Negro y el último libro de MerlínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora