Capítulo 3

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LAUREN



En la noche siguiente, me habia consumido la incertidumbre, sembrada a partir del suceso anterior, me inquietaba tanto escucharla y no poder siquiera tocarla para consolarla, no iba a interrumpir mis obligaciones, tenia muy presente que era su enfermera, pero la muchacha también era un ser humano aparentemente carente de cariño.
Solo que a mi no me permitíria acercarme para saber más haya de una hoja con frases formales escritas y quedarme con eso, la curiosidad si que me mataba pero el miedo que también sentía, me hacía retroceder en mi búsqueda, encontrar algo doloroso, también era hiriente para mi.
Al empezar el nuevo día, me había jurado a mi misma que tendría paciencia, que no sería preguntona y le haría pasar un amargo trago apenas saliera el sol.
Me limité a obedecer, como siempre, su indicación en usar ropa cómoda, y de ella no supe nada en la mañana. Toqué la puerta dos veces en el día, ella ya estaba vestida de nuevo en ropas cómodas y que cubrían todo su cuerpo, de nuevo en la oscuridad su aire malencolico se filtraba por todas partes, aún así, no dejo que encendiera la luz, le hice tomar el medicamento, me marché sin mucho que hacer, tenía dos días más para que la señorita Dinah Jane pisara este suelo y viera el progreso.
No era un problema sus pesadillas, sabía de personas que, efectivamente las tenían, pero con ella eran constantes.
Nadie en esa enorme casa, indagó sobre su pasado otra vez, todo permanecía en absoluto silencio, las chicas del servicio no tenían mucho que hacer, era como cuidar de una muñeca sin vida.

Como había dicho anteriormente, el lugar más pintoresco y con agradable compañía por Ally se convirtió en el favorito de todos en solo dos días. El televisor encendido era el único ruido en toda esa casa. Por medio de este nos enterábamos de algunas notas comunicativas, y nombraron el apellido Cabello.
- El hombre que ves allí es su padre - el monitor mostraba la fotografía de un hombre de unos cuarenta y tantos años y cincuenta y pocos. Mencionaban un nombre, de unas industrias, y el cargo tan importante que ocupaba aquel hombre.
Solo eso supe, nadie decía nada más y yo me conformaba. Al medio día me atreví a llevarle la comida y la acepto, junto con su medicina.
- No cenaré, puedes dejar el medicamento aquí, vete.
Sus modos, eran sin duda deplorables conmigo pero eso lo podía entender, debido a que era una muchacha atormentada, confiaba en que, con la paciencia debida, que yo le daría, se recuperaría, y de hecho, más me valía, este trabajo me sacaría de la miseria y terminarían mis deudas.

Por la noche, me quedaba despierta una hora o dos, la señorita Cabello se despertará en sudor y peligro por sus propios sueños, me quedaba incontables minutos en vela, hasta que se estableciera y después, en estado de furia, me hacía abandonar la habitación.
¿Qué era lo que le daba tanto pesar?
¿Qué le atormenta por la mente?
Nunca se volteaba a verme, siempre me despertaba y me echaba cuando tenía intenciones de encender la luz.

Incluso entonces, la simpatía inmediata que senti se había mezclado con otras cosas sobre ella que si me desagradaban
Pero al tercer día. Todo fue un poco diferente, me sentía desplazada de mis obligaciones, esto porque ella no me permitió otra cosa más que darle el medicamento, eso solo.
Me pareció un peligro inminente dejarle sola, la primera advertencia que había escuchado de Jane, era no dejarla sola, podría intentar suicidarse.
- No entres, no deseo ver a nadie - Eso fue lo último.
Le repetí que era mi trabajo y no me dejó pasar, por el contrario, maté mi tiempo volviendo a recorrer pasadizos que no había tenido la oportunidad de admirar.
No había ni un trozo de color, todo era tan negro, no venía nadie, no hablaba nadie.
Al menos, mi humor se estaba volviendo triste.

Los dos días se habían terminado, nada de interacción de su parte más que entrar y salir, todas contadas, el fin de Dinah Jane estaba de nuevo en esta casa, miro el cambio drástico de las cortinas y saltó hasta mis manos.
- ¿Cómo está Camila?
- Esta todo en orden, estoy tratando de que coma más que solo lo que le doy pero es difícil
Ella suspiró con pesar y lo entendió.
- Me imagino, subire a verla y después me iré, sigue así Lauren, confío en ti.

DEATH AESTHETIC camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora