20; Los Kang

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Jihoon amaba esa rosa roja que crecía cada día en la puerta de la casa, Seungcheol le regaló la pequeña maceta en su aniversario de novios el año pasado, ahora estaba mucho más grande. Solía salir temprano por las mañanas para regarla, hablarle un poco y cuidarla mientras la veía crecer cada día.

La vecina de al lado regresó a su casa después de correr como cada mañana y saludó al de peludas orejas, Jihoon contestó de la misma manera y sonrió feliz con la nueva vida que tenían. Aún no podía creer que ya habían pasado cinco años desde que huyeron de la mansión y su vida cambió, vivía feliz en esa pequeña casa junto a Seungcheol, no era la gran cosa, pero mientras estuviesen al lado del otro lo demás no importaba. SoonYoung y Chan también tuvieron la oportunidad de hacer su vida juntos, en un departamento no muy lejano de la casa de Jihoon y SeungCheol.

Los cuatro lograron llegar a la frontera del país para cruzar al vecino, tenían planeado salir desde Corea del Norte a Estados Unidos, con el apellido Choi, todos ayudaban complaciente a SeungCheol, aunque el mayor temía que tarde o temprano su padre se enterara de todos los contactos a los que había acudido. No fue fácil tener que salir de Corea del Norte, les pusieron muchas trabas aunque las personas que los ayudaron eran importantes allá.

Finalmente, después de un largo año, los cuatro salieron del país directo a Estados Unidos, donde Jihoon ya no tenía que ocultar sus orejas bajo un gorro, ni aplastar su cola dentro de su ropa, sintiéndose incómodo por eso. La gente era demasiado amable, y podían verse más hombres lobos caminar con tranquilidad por la ciudad, así como algunos híbridos libres, sin tener una correa y sin vivir atados a sus dueños; era la ciudad ideal para ellos. Como Vernon había dicho, se escuchaban más robos a mano armada que homicidios por odio a esas criaturas.

Seungcheol salió de casa para ir a trabajar, se despidió de Jihoon con un suave beso en su mejilla y bajó los escalones para llegar a su auto, pero como si en cámara lenta hubiese pasado todo, vio pasar un auto negro bastante peculiar y dentro de él habían dos sujetos que lo miraron seriamente de forma amenazante. El auto siguió de largo y Seungcheol sintió que su corazón iba a salir de su pecho.

—Jihoon, entra a la casa, busca mi arma y ve con la vecina por la parte trasera— susurró acercándose al menor.

—¿P-por qué?

—Sólo hazlo. Llamaré a Chan y a Soonyoung para asegurarme de que todo esté bien con ellos, si es así vendré a buscarte, no vayas con nadie que diga que yo mandé a buscarte.

Jihoon asintió y entró a la casa, haciendo al pie de la letra lo que Seungcheol le pidió. El mayor decidió irse caminando al trabajo en lugar de llevar su bicicleta, tomaría el bus en la siguiente esquina y bajaría en alguna otra parada para despistar a quien los estaba vigilando; temía que llevaran semanas haciéndolo y que apenas hoy se diera cuenta. En el camino llamó a Chan, enterándose de que algo similar le pasó hace un par días. Los sujetos estaban estacionados frente al edificio departamental y en cuanto se dieron cuenta de que Chan los vio, se fueron del lugar, no volvió a verlos, pero si ahora se asomaba por la ventana del departamento, en la otra esquina podía ver un auto igual al de aquel día.

Supo que realmente lo estaban siguiendo cuando en una parada bajó junto a un montón de personas y se perdió entre ellos, ahí vio al auto seguir de cerca al autobús cuando continuó su camino. Suspiró aliviado de que no lo hayan visto y regresó a la casa antes de que se dieran cuenta de que le habían perdido la pista. Al llegar a casa pudo ver a otros dos sujetos en su auto, muy parecido al anterior, suspiró antes de pensar en un plan para sacar a Jihoon de esa casa. Se sentó en uno de los escalones de la casa de la esquina, lejos de la vista de los sujetos.

El chico de veinte años que vivía en esa casa se asomó por la esquina, sorprendido de ver a su vecino ahí —¿qué haces? ¿No deberías estar en el trabajo?

The Little Wolf  [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora