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Tenia 6 años, era una tarde hermosa de primavera, mis padres trabajaban y era costumbre quedarme solo. Pero esa tarde era diferente. Incluso en el aire, hacia 25 grados pero de repente un frió terrible invadió mi habitación.
Salí al living de mi casa y también asía un frió helado. Escuchaba una niñas que jugaban en la vereda, saltaban la soga, y repetían la frase "nunca lo mires". Fue ahí cuando lo vi pasar, era alto e iba vestido de invierno a pesar del calor. Tenia la cara deformada y un extraño sombrero negro. Pasó por al lado de las niñas y me miró. Jamas había sentido tanto miedo, de hecho me oriné encima. Desde ese día, varias noches se aparecía en mi habitación.
Una noche, me despierto con mucho calor. Las altas temperaturas habían provocado un corte en el suministro de corriente eléctrica. La ventana de mi habitación se abría y cerraba. En esa época, acostumbraba dormir con mi gato. En un momento, sentí el piso de madera crujiendo. Pensé que era Tomas, mi gato. Sin embargo se escuchaba un chillido extraño, como de una rata. Pensé que quizás mi gato habría cazado alguna. Pero no era mi gato. Al borde de la cama comenzó a asomarse una sombra negra, era él.
Agarre una linterna, alumbre y pude verlo. En su mano pude ver que tenia unas tijeras, su cara destrozada y de la boca, una rata se asomaba. El hombre se comió media rata salpicando todo el piso de sangre y dejando caer la mitad de su cuerpo.
Mis padres llegaron y no había nadie, solo la rata, y ellos culparon al gato. A la semana, el gato apareció muerto en el baño. Se detuvo su corazón, dijeron.Escribí lo que había sucedido en mi diario.
