Dybbuk, La Caja Maldita

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Cuando la Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945, muchos supervivientes del holocausto judío se vieron obligados a emigrar fuera de Europa, pues el antisemitismo en algunos países estaba todavía latente. Uno de ellos, fue un hombre polaco que lo había perdido todo, excepto una misteriosa caja que se llevó consigo a España. Más tarde, se trasladó a los Estados Unidos, donde volvió a hacer su vida sin darle mayor importancia al objeto.

En el 2001, este hombre murió y su nieta, buscando rematar sus pertenencias, encontró la misteriosa caja y la puso en subasta. Quien la compró fue un restaurador de muebles, quien vio potencial en la caja. Pero no se marchó del remate hasta escuchar la escalofriante historia que aquella mujer tenía que contarle.

La caja Dybbuk, como la llamaba su abuelo, había sido hallada en el cuarto de costura de su esposa y nunca había sido abierta, ya que la familia creía que en su interior habitaba un demonio.

De acuerdo con el folclor judío, este espíritu podría causar grandes penurias si era liberado.

Al principio, el restaurador de muebles no creyó una sola palabras historia, hasta que comenzó a notar que cosas extrañas ocurrían en su hogar. Al abrirla, lo único que había encontrado dentro habían sido dos peniques de la época de los 20, dos mechones de cabello (el uno castaño y el otro rubio), y una pequeña figurilla que tenía escrito encima «Shalom», una palabra hebrea.

Poco después de llevar la caja a su casa, su madre sufrió un ataque al corazón y su negocio entró en una mala racha, que despertó su lado más supersticioso. La cosa empeoró cuando, al intentar devolverla a la nieta de aquel hombre judío, esta no la quiso de vuelta y sufrió una crisis de pánico que le hizo desistir.

El restaurador entonces colocó la caja en una subasta de Ebay, en donde también contó su peculiar historia y las ofertas llegaron solas.

La caja Dybbuk tuvo muchos compradores, pues tan pronto como era poseída por alguien, esa persona buscaba deshacerse de ella, alegando que les provocaba pesadillas con una espantosa anciana que era quien la sostenía en sueños, (presuntamente sería el demonio) y que no soportaban el inexplicable olor a amoníaco que provenía de ella. Iosif Neitzke, su último propietario, relató que había perdido todo el cabello y que también había visto extrañas luces en su casa, a raíz de llevar el objeto con él.

Esta historia se tiene por un hecho completamente real; tanto así que incluso ha inspirado una película, «La posesión» en el 2012. Actualmente, fue adquirida por el famoso investigador paranormal Zak Bagans, quien la mantiene expuesta en su museo personal, «Zak Bagans Haunted Museum». No obstante, él la mantiene cerrada, pues está convencido de que algo oscuro habita en su interior.

Todos los visitantes que deseen verla abierta deben ser mayores de edad, además de firmar un contrato que exonera al museo de cualquier responsabilidad y pasar a una habitación privada para observarla.

¿Te atreverías a abrirla?

¿Te atreverías a abrirla?

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