Una, dos, cuatro, ocho, Sakura contaba para sus adentros la cantidad de horas que pudo haberse dormido, instantáneamente el momento en el que ella cruzo el umbral Aiko (la enfermera) se abrió paso en la habitación para proporcionarle a la joven un calmante que la sumió en un sueño profundo. En ese momento no pudo soñar nada, su mente era un completo vació negro muy similar al que estuvo antes de llegar aquí, o bueno despertar en su actual realidad.
En el fondo deseaba que una ves abriera los ojos hallarse nuevamente en Konoha, con sus padres, con sus amigos, y que todo lo que estaba pasando no fuera mas que el producto de un trauma, un jutsu, incluso un veneno poderoso. Pero no fue así, en el momento que volvió a si misma noto que todo seguía igual, su cuerpo levemente desnutrido pesaba, la habitación del hospital era la misma, la única cosa diferente es que en este momento en vez de hallar a su hermana en el sillón, podía ver perfectamente a su antigua maestra sentada leyendo unos documentos.
¿Sera la misma de siempre? pensó la joven mientras volteaba su rostro hacia aquella mujer. Su apariencia no cambio en absoluto, su maquillaje suave pero llamativo, su largo cabello ondulado suelto enmarcando su rostro, sus ropas aunque diferentes a su atuendo ninja, de notaban la misma sensualidad que en el pasado, una falda recta por debajo de los muslos color blanca, una blusa roja con un escote en v que caía ligeramente a los costados metiéndose suavemente por debajo de la ropa, a la hora de hablar con sus superiores se mostraba tan formal como lo había sido con los Hokages. Pero la duda le carcomía tanto que decidió aventurarse a averiguarlo.
— ¿Cuanto tiempo dormí? — abrió la conversación con suavidad mientras fijaba sus ojos color jade sobre Kurenai. No era un tema particularmente amplio pero fue lo único que se le ocurrió para empezar.
— No tanto como deberías — su tono era suave y un poco burlón, era claro que trataba de amenizar el ambiente y que la joven se sintiera cómoda con ella, a pesar de no saber como la conocía, Kurenai creía que le podría dar una ventaja a la hora de cuidar de ella — solo unas cuantas horas, se que es tarde pero tu hermana volverá pronto —
— Esta bien...—dijo la joven con un dejo de pena en su voz, no es que la ausencia de su hermana fuese un trago amargo, pero cuando la miraba sentía un poco de pena por ella, quizás tanto como para si misma puesto que ella también perdió a sus padres y la única familia que tiene, no lograba reconocerla.
La joven de cabellos negros no pudo evitar notar, en esas simples palabras, el pequeño sentimiento que invadía el cuerpo de Sakura, cerro la carpeta de archivos que tenia en su mano colocando la con delicadeza sobre la mesa auxiliar, para observar los directo a los ojos jade de la muchacha, con una mirada seria y comprensiva.
— ¿Que sucede?— su voz era amable pero realmente era difícil dejar lugar a alguna escapatoria cuando ella se ponía seria.
Hay cosas que no cambiaron se dijo para sus adentros perdiéndose en la mirada de rubí que tenia Kurenai, pero como explicarle las cosas, ya ni ella sabia si lo que vivió todos esos años, fue real, no tenia seguridad alguna tan siquiera que no fueron 12 años, sino 9 meses. Pensar demasiado en eso la llevaba en un ir y venir de confusión que no lograba entender.
— Zuki, también perdió a sus padres, y yo no los recuerdo... ni a ella— decidió empezar por lo simple, si la mujer seguía siendo tan hábil como recordaba era una de las personas mas indicadas para ayudarla a desenredar esta madeja de problemas, y encontrar una manera de sobrevivir.
Y si, Sakura no se equivocaba, Kurenai era en ese momento la persona mas indicada para echar un poco de luz sobre este asunto, puesto que ella entendía exactamente lo que quería decir la joven sin mencionarlo por completo.
— sin importar si la conozcas o no, al menos se tienen la una a la otra — dijo dándole una pequeña sonrisa mientras se acercaba a la cama para estar un poco mas cerca de la joven —Es difícil confiar en un desconocido, incluso si nunca logras recordarla, lo que sabes de ella hasta ahora podría ser que te de la seguridad necesaria para darle la un voto de confianza—
Como ella lograba entender todo tan bien, con tan pocas palabras, eso era algo que la joven peli rosa no podía evitar preguntarse, sus palabras eran tan certeras que la llevo a reflexionar profundamente lo que sabia hasta ahora. Quiera o no, ya no estaba en el mundo que ella conocía, y ciertamente debía dejar de cuestiona que era real o que no, o terminaría por volverse loca. Muy a su pesar y a regañadientes con su yo interior terminaron por aceptar que esta era su realidad, que todo lo vivido era producto de algún sueño sicodelico producto de un coma, quizás incluso vivió alguna vida pasada ya que esta época seguramente era mas moderna de la que había estado los años anteriores.
No podía negar que ella y Zuki tenían un lazo intangible que se podía sentir familiar en ella, se notaba cuan reticente se sentía a abandonar la habitación, tanto como para dejar lo único que le quedaba de sus padres en manos de un tercero durante todo este tiempo.
—No tienes que tener una decisión ahora, y ciertamente no tienes porque decirle a nadie si confías o no en ella— Concluyo Kurenai mientras observaba con cierta mirada divertida como la peli rosa se debatía entre lo que debía o no hacer.
Poco después de eso, solo siguieron conversaciones banales, como el clima, libros, aparentemente el pasatiempo de Zuki todo este tiempo había sido leer le a la inerte de su hermana libros de historia y leyendas japonesas. No era de extrañar para Sakura que todo lo soñado fuera producto de la tonelada de libros que le leía día tras día su hermana. Así mismo Kurenai le contaba algunas cosas sin importancia de la empresa, como anécdotas de los empleados y como muchas veces tenia que poner una vídeo conferencia con Zuki para que ellos se comportara.
La tarde transcurrió tranquila y justo antes del crepúsculo cruzo por la puerta la joven de cabellos azules. A pesar de que daba la sensación de cargar una montaña en sus hombros al punto de querer arrastrarse hasta el sillón mas cercano, mantenía un apariencia impecable, el pelo bien arreglado junto a su maquillaje, y su ropa ni un solo pliegue a la vista.
— Bienvenida — Dijo Sakura con una flamante sonrisa la cual provocaba que cualquier pesar se aliviara al instante.
No cabía duda, para Zuki que volver al hospital y encontrarse a su hermana despierta era el mayor de los alivios, nada era suficientemente pesado ahora que podía tener de regreso una parte de su familia, aun si no la recordaba, tenia fe de que su hermana seguía ahí dentro.
— ¿Que tal nos fue? — pregunto Kurenai, mientras dirigía sus orbes rojos a los flamantes ojos color miel de la joven.
— Juro que si escucho otra pelea entre Sarutobi y Orochimaru prendere fuego el laboratorio y dejare los tratos con Hiruzen — soltó un pesado suspiro mientras sostenía su cabeza con una mano, mientras veía como la joven de cabellos negros se divertía picaramente de la situación — juro que hay días que no se como no los matas, bueno si se, no es legal, pero si lo fuera tienes mi completa autorización
La sala comenzó a estallar en risas, incluso para Sakura, quien no paraba de imaginar a Kurenia y Zuki, tratando de matar a un ser inmortal y uno de los grandes Kages de la hoja, claro aun cuando no fuera real, era una imagen divertida de imaginar.
— Sakura se que es pronto para decirte esto... pero los accionistas no me han dejado salida, y tampoco mis padres... a partir de mañana deberás comenzar a rehabilitarte — dijo frustrada, odiaba no poder hallar salida cuando se trataba de su familia, y tampoco quería apresurar el proceso de Sakura pero no tenia mucha opción. — Necesitamos mudarnos a la capital, es la única manera en la que pueda trabajar y cuidar de ti, pero en este estado es muy riesgoso hacer un cambio drástico.—
Aunque la noticia era un poco repentina no es como si fuera un gran golpe para ella, solo tedioso, sabia de sobra que subir de peso y la fisioterapia iban a resultar un poco extenuante pero tampoco deseaba ser una carga para su hermana, la cual notaba a leguas como se esforzaba en mantener su vida, su trabajo y su familia en equilibrio sin importar cuan extenuante fuese.
— sabes.. creo que este coma te dio poderes psíquicos—dijo en tono de broma Zuki mientras se acercaba a Sakura con un folleto en la mano — debo inscribirte en un colegio el próximo año y este es el mejor de la ciudad — sonriendo dulcemente le entrego el folleto en las manos.
Sakura dudo una fracción de segundo pensando en que era lo que trataba de decirle, sin embargo cuando leyó aquella hoja plegada en tres, sus ojos se abrieron como platos.
El nombre de la secundaria era KonohaUna, dos, cuatro, ocho, Sakura contaba para sus adentros la cantidad de horas que pudo haberse dormido, instantáneamente el momento en el que ella cruzo el umbral Aiko (la enfermera) se abrió paso en la habitación para proporcionarle a la joven un calmante que la sumió en un sueño profundo. En ese momento no pudo soñar nada, su mente era un completo vació negro muy similar al que estuvo antes de llegar aquí, o bueno despertar en su actual realidad.
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Y si..
FanfictionY si todo lo que conoces fuera un sueño...Sasuke...Konoha...Kaguya...los Hokages. Nada es real, ni siquiera estas seguro de que tu seas la misma persona tras abrir los ojos. Los chakras, los justsus, todo lo perdiste, y te preguntas si realmente los...