Capítulo 14

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El viaje a la casa de la Haruno estuvo invadido por un enorme silencio el cual sofocaba a los jóvenes dentro de aquel auto azul, dando como resultado el aumento de la velocidad para terminar cuanto antes, lo que Sasuke podría llamar el inicio de un desastre mensual, el cual no terminaría mientras estuviese bajo el mando de las adorables hermanas.
Sin embargo la peli rosa no podía evitar sentir cierto gramo de culpa por lo que hizo, durante los últimos dos días solo había vuelto la vida del peli negro un desastre, y hoy por sobre todas las cosas desde el momento en que abrió la puerta en la mañana, no paro de empujarlo hasta el punto de sacarlo de quicio, aun cuando no tuviera motivo real alguno, el siempre era así, no solo con ella al parecer; tampoco estaba segura de que este Sasuke, fuera exactamente el mismo ninja vengador que conoció en su anterior vida, de hecho, sabia muy poco sobre su vida actual e igual que en el pasado, donde con sus palabras mezquinas y egoístas olvidaba en el infierno que se encontraban sus amigos.
Amigos, esa era la palabra cual resonaba en este instante dentro de su cabeza, si ambos seguían de esta manera, no quedaría ninguna amistad que construir o salvar si continuaba con aquella pequeña venganza personal con la cual llevaba un tiempo castigando al muchacho.

—Es difícil creer que eramos amigos en la infancia — Murmuro Sakura con la mirada en perdida en las calles de la ciudad, realmente no tenia ni idea de como disipar aquel malestar pero aquellas fueron las únicas palabras que brotaron de su boca.

—hmp—mascullo un sonido en forma de quejido, sin siquiera responder a sus palabras.

—Tuve un accidente, y realmente no recuerdo muchas de las cosas, ni siquiera a Zuki, pero tiene sentido que halla sido así, cuando te miro, siento que ya te conozco— Sakura debía repetirse a si misma que no todo era mentira, que gran parte era verdad, para no sentirse peor por tener que ocultar le aun más cosas.

El azabache no dijo una sola palabra el resto del camino, aquello conmovió un poco aquel helado corazón que poseía, lo cierto era que si se acordaba de ella, de como sostuvo su mano cuando eran niños en el momento que fallecieron sus padres, y de las cartas que se mandaban cuando los Uchiha se mudaron de ciudad. De todos los lazos que corto, simplemente ella y Naruto habían sido los más difíciles, de hecho, no supo de la muerte de sus padres adoptivos hasta pocos meses antes de su llegada a la gran ciudad, para entonces su alma yacía apática a cualquier problema que no fuera aquel cual lo atormentaba a diario. Las pocas historias que le contaba la joven sobre su accidente solo lo llevaban a replantearse si, no valía la pena, ser un tanto gentil con ella.

—Bueno supongo que te veré esta noche — dijo resignada pues en todos sus intentos de sacar conversación con él, no habían rendido ningún fruto.

—ten cuidado con quien hablas en la fiesta, no todos son amables—finalizo Sasuke antes de que Sakura cerrara la puerta del auto. Esto fue quizás el único consejo gentil que podía ofrecerle por el momento a la joven antes de desaparecer a toda velocidad por la carretera.

***

Eran ya pasadas las ocho y cuarenta cuando el caballero de cabellos blancos rebotaba sobre la mesa los dedos con sus ojos grises clavados en las manecillas del reloj. ¿Donde rayos estaba? era la pregunta que se hacia al mirar el segundero pasar por cada uno de los números, según tenia entendido aquella fiesta empezaba a las ocho y al paso que iban no llegarían hasta que terminara, llevando todo esfuerzo de infiltrarse a la basura.
Por otro lado no parecía tan mala idea, la curiosidad que sentía por la chica y su misteriosa atracción lo estaban llevando a cometer actos infantiles, como un joven inmaduro, o incluso un acosador, para empeorar la situación no pudo evitar enredarse en los planes infantiles de su mejor amigo debido a estos impulsos. ¿porque simplemente no le mande un mensaje de texto como una persona normal? se pregunto listo para retractarse a su palabra, cuando el sonido del timbre lo detuvo.

—No te habrás creído que te librarías fácil—le dijo su amigo con una sonrisa ganadora al ver a Kakashi tras la puerta con una mirada llena de resignación ante la llegada de Obito. —No me mires así no pude escapar de Rin, no quería decirle que iba a la fiesta de mis padres—

El amigo comentaba un tema que antaño no habían mencionado, para el caballero de ojos grises ese era otro de los factores por los cuales consideraba esto una mala idea. Obito llevaba un par de años separado de su familia y aunque nunca compartió todos los detalles, sabia que se trataba de la tradiciones anticuadas de su familia, como los matrimonios arreglados o por conveniencia de la empresa, y claramente Rin no entraba entre las aptitudes para formar parte de la familia, ella fue siempre una joven sencilla, de pueblo, con el corazón más dulce y abnegado que aquellos dos hubieran conocido, definitivamente una mujer por la cual darlo todo, quizás esto fuese lo una de las tantas cosas que admiraba de su amigo. Tal vez fue eso lo que fallo con su antigua relación, el peli blanco se cuestionaba a menudo si el hubiera renunciado a todo por ella, tal como suponía que hizo Obito, tenia la certeza de haber tenido un profundo amor por su ex, lo suficiente para proponer le matrimonio, pero no estaba seguro si lo hubiera dado todo.
Estuvo tan sumido en sus pensamientos que no noto la conversación de su amigo durante todo el viaje a la gran mansión Uchiha, mucho menos que el mismo había acabado en lo que parecía segundos después de entrar en el auto; fue cuando se vio parado frente a las grandes escaleras de mármol blanco, donde se podía ver a un guardia de seguridad parado al final de ella, que otra duda atiborraba su mente ¿Porque estaba tan dispuesto a estas locuras, por saber más de Zuki?. Casi no tuvo tiempo a pensar en una respuesta cuando su amigo comenzó a jalar su brazo para ingresar rápidamente junto a la gente que entraba y salia de fumar, por poco tuvieron esa suerte de pasar desapercibido, de no ser por el segundo guardia que aparecía desde la puerta de entrada con una lista en la mano.

—Nombre por favor—pidió cortes mente sin retirar la vista de los ojos negros de Obito.

—Demonios—susurro por lo bajo al percatarse no solo del pequeño tras pie en el que se vio envuelto, sino que se había olvidado de uno de los nombres obtenidos para entrar sin ser descubierto como un Uchiha.

Kakashi por otro lado no necesitaba mucha información para darse cuenta de aquel dilema, conocía lo suficiente a su amigo para notar como su plan caía cuesta abajo sin siquiera una segunda o tercera opción. Mientras el joven Uchiha trataba de distraer fallidamente al guardia, el joven de pelo blanco veía en los alrededores las posibles maneras de adentrarse sin ser vistos, claro, si es que después no se montara un escándalo donde dos guardias sacaban a dos colados de una fiesta empresarial ¿acaso soy un adolescente? se pregunto, viendo que la mejor opción era irse y ser lo suficientemente maduro para hacer una simple llamada telefónica. No espero a que un gran y torpe portero lo empujara hacia abajo como lo estaban haciendo con su amigo, el solo se dispuso a bajar en el momento en que vio todo el plan hundirse en el instante que llegaron a la puerta, pero una voz de fondo detuvo a los tres caballeros.

—Déjalos pasar—se oyó la voz tras el guardia quien en seguida se giro para chocarse con el rostro de aquella persona que lo había detenido.

—Disculpe pero tengo ordenes estrictas de no dejar pasar a nadie que no este en la lista—expuso el guardia tratando de mantenerse firme ante aquella mirada desafiante que se clavaba en sus ojos.

—Ellos son invitados especiales de Rinnegan, yo respondo por ellos— estas ultimas palabras bastaron para que el guardia cediera el paso a Kakashi y Obito, quienes junto a su salvador se alejaron rápidamente de todo espectador rumbo a uno de los balcones de la mansión.

Ya lejos de las miradas del publico Obito le dio un fuerte abrazo para después de unos segundos separarse de el. —¿Con que Rinnegan?—

—Es una larga historia, ¿Que hacen aquí?— lo miro directamente a los ojos esperando una respuesta.

—No puedo volver a casa de vez en cuando pequeño Sasuke— evadió su pregunta con gracia mientras trataba de dar unos pasos atrás para escapar sin ninguna discreción del joven peli negro.

—Hermano por favor, la situación esta muy complicada aquí con el abuelo, Itachi, padre y la directiva de Rinnegan, lo que sea que vayas a hacer se discreto— apoyo su mano sobre el hombro de su hermano mayor mientras suspiraba pensando en todos los líos que podía llegar a causar esta decisión.

Obito por otro lado sintió cierto alivio al ver que no había perdido a su hermano después de todo, a lo cual solo sonrió con su típica sonrisa de oreja a oreja y se marcho rápidamente con su compañero. Una vez dentro se podían oír las delicadas notas del violín resonando en la sala mayor acompañados de un resonante piano y el profundo timbre de una viola, la gente vestía de forma fina sin llegar al punto de parecer una gala, Kakashi podía enumerar unos cuantos conocidos y personal importante de Sharingan, ademas de grandes científicos, empresarios, que salían a menudo en la prensa pero no podía identificar a que compañía pertenecían.
A pesar de aquella multitud de gente vio exactamente donde se encontraba la razón de su presencia, a unos cuantos metros cerca del piano podía ver su figura envuelta un vestido negro el cual le llegaba hasta los tobillos, no divisaba bien su rostro pero su cabello azul con hilos de plata envueltos en un moño trenzado era tan único como ella. Las joyas que colgaban de sus orejas no eran mas deslumbrante que el escote de su espalda, que con pliegues en forma de u dejaban caer sobre su cadera dejando a la imaginación todo el resto de su cuerpo.

—Te traigo una cubeta o piensas patinar en tu baba hasta ella—le susurro Obito a su oído mientras miraba divertido la escena con una copa de champagne en su mano.

En ese momento no supo realmente cual cosa lo impulsaba más, si apartar su vergüenza de su amigo, la sensualidad con la que era cautivado por la joven, o la necesidad de apartarse de las malas bromas de su amigo, pero sin importar la razón, ya no estaba en posición de huir. No tenia otro remedio mas que el abrirse paso entre la gente para llegar a ella; estaba tan perdido en su figura que casi no noto cuan acompañada estaba, por fin un chispazo de suerte pensó cuando al menos reconoció a dos viejos compañeros del instituto rodeándola.

—Kakashi, que sorpresa no sabia que ibas a estar en la fiesta— menciono la mujer de cabellos negros ondulantes y ojos de rubi la cual se encontraba justo en frente de Zuki. Dejando justo a su amigo detrás de ella.—¿Volviste a las fuerzas Sharinngan?—

—No exactamente— respondió el peli blanco asegurándose que su voz se filtrara a través de los oídos de la joven, con la esperanza de ver su rostro para confirmar sus anhelos.

Su nombre y su voz pusieron la piel de gallina a la joven de cabellos azules, incluso por poco y no terminaba escupiendo su bebida en sima de sus amigo, en su momento creyó haber pasado todo lo tedioso de hablar sobre negocios toda la noche, claro que ella había estado fantaseando con ese chico y su llamada durante todo el día, pero ademas de sentirse feliz de tenerlo cerca, una sensación de pesadez invadía su cuerpo. Todos los ojos estuvieron sobre ella durante la noche, incluso en ese momento de paz entre el piano y amigos sentía la mirada así como los oídos expectantes a cualquier fallo o palabra mal dicha por su parte.
Respiro hondo, tratando de recomponer el equilibrio perdido que su presencia provoco sobre su cuerpo, para girarse a un lado incluyendo al joven peli gris en el circulo de allegados.

—El es Kakashi Hatake, solíamos ir los tres juntos a la secundaria—lo presento el joven Azuma quien acompañaba del brazo a la mujer de cabellos negros. —Ella es Zuki Asakura, Socia fundadora de la empresa y organizaciones Rinnegan—

Aun cuando muchos no lo notaran, Kurenai podía presentir en esa mirada que ambos ya se habían visto antes, y aunque Zuki hiciera todo su esfuerzo para ocultar el leve sonrojo que le provoco la mirada gris clavada sobre sus ojos acaramelados, era claro que algo ocultaban bajo esos ojos.

—Supongo que sera un invitado especia señor Hatake—extendió su mano con cordialidad mientras le dedicaba una dulce sonrisa que ni su mejor cara de poker podría ocultar.

—Parece que no tan especial como usted—tomo su mano con delicadeza mientras se percataba de la mirada de unas cuantas personas sobre ellos. En ese momento pudo entender porque guardaba cierta distancia entre ellos en ese momento, su posición la llevaba hasta el punto de quien saludaba estaba bajo la mira de los invitados.

—Creo que iré a tomar aire afuera, Kurenai por favor si hay algún otro empresario pídele que espere— ignorando aquel ultimo comentario volteo a su amiga y asistente, para hablarle con la firmeza que solo entre empleados utilizaba con ella.

Con un asentir de cabeza, Zuki camino rumbo al balcón más cercano dejando a los tres antiguos compañeros observar su retirada.

—Ella ira al jardín trasero— dijo Kurenai casi en susurro aun lado de su viejo amigo quien la miraba sin terminar de comprender que era lo que decía.—digo porque claramente no estas aquí por las compañías— Sonrió dándole un pequeño golpesito en el hombro para luego verlo irse discretamente tras la joven.

Y si..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora