Capitulo 3

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Las dos mujeres se encontraban perplejas intercambiando miradas, como era posible que conociera su nombre se preguntaban no dando crédito a lo que pasaba.
Los Haruno y los Asakura habían sido amigo desde la secundaria, una vez acabada la universidad decidieron emprender una serie de proyectos que los llevarían a la sima. Fueron conocidos como uno de los grupos mas prominentes del país, abocándose al comercio, asociaciones filantropícas, tecnología de punta en el área de la medicina, y últimamente llevaban a cabo trabajos de ingeniería en seguridad. Pero tras morir los padres de Sakura todo recayó en la familia Asakura, y por los últimos meses todo sopesaba sobre los hombros de Zuki.
Era un trabajo extenuante para ella sola, los primeros meses llenaba la habitación hospitalaria de su hermana con toneladas de papeleo, y reuniones imprevistas con los abogados.
Llevando a recluir a Sakura en el ala más lejana del hospital, evitando así molestias para todos. El primer mes muchos de los socios insistía en que contratara a una enfermera especial para que vigilara a su hermana por 24 horas, de no haber sido que necesitaba toda la ayuda posible de cada trabajador, los hubiese echado ni bien la idea cruzo por sus labios.
Jamas dejaría a su hermana sola, era todo lo que tenían ahora, eso y una cantidad considerable de dinero para vivir cómodamente (acompañada de su buen montón de papeleo), pero eso ultimo jamas importo, hubiera dado cada centavo, cada gramo de su ser con tal de que Sakura volviera en si misma. Durante los siguientes meses tuvo médicos, neuro-ingenieros e ingenieros trabajando en cuanto avance se les ocurriera para traerla de vuelta, aunque esta vez la joven peli rosa se les había adelantado, despertando mucho antes de lo que la ciencia pudo avanzar. En consiguiente Zuki trato de explicarle a grandes rasgos y con palabras simples, quien era Kurenai, era casi imposible para ella lograr estar en dos lados al mismo tiempo, ademas en ocasiones era imprescindible para ella tener que retirarse a la empresa para las negociaciones o tramites correspondientes a la muerte de sus padres; por eso contrato a la joven de ojos rojos.
Kurenai apenas le llevaba unos años por delante, aun así se entendían lo suficiente como para sentir que una leía la mente de la otra, ella se pasaba las horas en la oficina, resolviendo problemas de poca importancia, y todos los días sobre la misma hora se dirigía al hospital para entregarle a Zuki los resúmenes sobre el estado de la empresa, autorizaciones para firmar, investigación de mercado e investigaciones de los inversionistas.
Había llegado a ser una trabajadora excepcional y una excelente amiga para la joven, tanto así que en las pocas ocasiones que era forzada a dejar el hospital, podía irse en calma sabiendo que su mano derecha se encargaría de todo.

La joven de cabellos rosa escuchaba atentamente cada palabra que decía su hermana, pero todo aun así le resultaba muy extraño , conocía y no conocía a Kurenai. Era hasta casi hiriente para ella que no la recordara, a decir verdad según le iban contando, era difícil discernir la situación en si, se conocían desde los 12 años, aun mas luego de los exámenes chunin cuando los equipos comenzaron a trabajar más unidamente. Pero ahora, en esta realidad, solo era la hermana de alguien, con la que nunca cruzo una palabra hasta ahora.
No lograba descifrar los sentimientos que corrían por su cuerpo, demasiadas emociones navegaban a través de sus venas volviendo a sentir que su mundo volvía a girar 360º por tercera vez en el día, no fue hasta que la cálida mano de su hermana apretó la suya, y una gentil sonrisa se poso en sus ojos color jade.

— tranquila, no tienes porque entender todo de una sola vez — sujetó con fuerza su mano mientras entre ambas sentían un cálido sentimiento de alivio.

— Disculpe Asakura Sama pero en Reinnegan la están esperando — comento Kurenai con un dejo de pena en su voz, como si se sintiera incomoda de romper el momento.

— Kurenai frente a Sakura no es necesario que tengas esas formalidades conmigo, siempre te he dicho que tu puedes llamarme Zuki — la joven de cabellos azul marino soltó un pesado suspiro como si ya estuviera resignada a la actitud de Kurenai.

Por otro lado Sakura estaba expectante a la situación. aunque no se conocieran aun era la maestra que recordaba, formal, cálida y con un aire sensual en su manera de vestir, todo le resultaba realmente confuso puesto que su mente comenzaba a preguntarse si realmente todo era un sueño, y si lo fue que era real?.
Naruto, Sasuke, Kakashi, Tsunade, los conocía?, como pudo conocer a Kurenai sin realmente conocerla.
Si Reinnegan era en realidad una empresa, que serian los de mas Kekkei Genkai que sabía?.
Una fuerte angustia oprimió su pecho, no solo no sabia donde estaba, como ocurrió en el pasado, sino que esta vez ni siquiera sabia quien era realmente era ella, no sabia que era real ni que era mentira, su cuerpo estaba comenzando a desmoronarse, el temblor de sus brazos y piernas se sentían tan intensos que supo en un instante que estaba a punto de colapsaren un ataque de pánico, trataba de mantener su mente estable pero las dudas comenzaron a llover asfixiando la casi por completo,¿y si no existían ninguno de ellos? o ¿si existían pero no la conocían?. Su mente divagaba y como un demonio que hubiese poseído su mente este no dejaba de decirle Nadie sabe quien eres, tu no sabes quien eres, los has perdido a todos.

Al ver los síntomas tanto Zuki como Kurenai, no tardaron en reaccionar, casi sin siquiera pensarlo cada una tomo un rol, la joven de cabellos ondulantes y negros sostuvo a la pequeña Sakura entre sus brazos, tratando de que su cuerpo no se dejara caer en la cama, mientras que Zuki busco entre los cajones de la habitación una bolsa puesto que reconocía cual seria la siguiente catástrofe a suceder. Hubiera deseado tener mas suerte y encontrar una bolsa de plástico o de papel, pero eso ya era pedir demasiado, lo único que logro encontrar fue una gorra de operaciones, no era demasiado útil pero debía bastar. Corrió hasta su pequeña hermana y justo antes de que la hiperventilación comenzara colocó la misma en su boca.

Observar a la joven de largos cabellos rosa abrazarse con todas sus fuerzas a Kurenai le provoco un pequeño espasmo en su cuerpo, no dejaba de cuestionarse si todo esto lo provoco ella, quizás era demasiado para un solo día, y debió contener todo impulso que sintió de contarle todo lo que sucedió. En el pasado fueron tan unidas y cercanas como hermanas de verdad, las pocas veces en las que Zuki no le contó la verdad a su hermana fueron mas que nada por privacidad o por protección. Protección pensó por un segundo, y se recrimino el hecho de que no estaba protegiendo del todo bien a su hermana, pero el daño ya estaba hecho solo le bastaba cuidar mejor sus palabras de ahora en adelante.

Luego de que la joven lograse volver a la normalidad, la sala quedo en completo silencio por un momento, ella quería contarles pero temía quedar por loca, y su hermana quería preguntar pero tenia miedo de provocar otro ataque. Sin embargo el incomodo vació de palabras que se genero en la habitación parecía no estar ayudando a nadie, Zuki iba a abrir la boca para negarse a ir a trabajar pero su hermana como si leyera sus pensamientos la detuvo.

— No te preocupes, ve yo estaré bien aquí con Kurenai y las enfermeras— si fuese a estar peor tampoco estaba segura de llegar a estarlo.

— ve yo me encargo — añadió su mano derecha, enviándole una mirada que llevaba un mensaje claro "no puedes faltar".

A sabiendas que si largaba cualquier tipo de reproche Kurenai terminaría por explicar la serie de problemas por los que era imperioso que fuera a la cede de la ciudad a hablar con los de la junta directiva y seguramente con unos cuantos científicos y empleados que buscaban como siempre la oportunidad de exclamar sus problemas o planes a la cabeza de mando. Todo ese tramite podría provocar más preguntas en Sakura y desencadenar mas problemas, así sin mas solo con un fuerte suspiro de resignación asintió con la cabeza aceptando las ordenes de ellas.

—Bien, volveré en cuanto me desocupe de todo y ya sabes cualquier cosa que pase aquí es mi prioridad ¿ok? — en eso si que no había negociación, la poca familia que le quedaba iba a ser siempre su máxima prioridad y Kurenai lo sabia.

Tanto Sakura como Kurenai se sintieron enternecidas por la arraigada protección que le proporcionaba a su pequeña hermana, la joven de ojos rojos solo asintió con su cabeza, y la pequeña (que no era tan pequeña) despidió con la mano a su hermana. dejándolas solas finalmente.

Y si..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora