Capítulo 16.

12.2K 1.1K 393
                                    

Vuelta a Casa.

El Goliat Negro había sido derrotado, la cuidad de Rivira había sido "salvada", las bajas fueron mínimas y el responsable de este milagro actualmente estaba entre la vida y la muerte.

Los aventureros de Rivira podían ser estafadores, mal hablados, algo estúpidos y borrachos, pero mal agradecidos no eran, o bueno la mayoría no lo era.

Mocoso cuántas pociones necesitas para despertar-- gruñó Boris mientras entraba a la tienda donde se encontraba Bell, consigo traía una pequeña caja llena de Pociones.

Boris apenas entrar a la tienda pudo apreciar a el nuevo héroe de esta cuidad tumbado en un saco de dormir como si fuese un cadáver  sin mostrar signos de poder levantarse.

A su alrededor se podía apreciar un gran número de personas preocupadas.

Boris suspiro antes de darle la pequeña caja a la diosa del chico.

Pocas veces había visto a los integrantes de su cuidad tan comprometidos a ayudar a alguien, todos tomaron aunque sea una poción de sus suministros personales y se la cedieron al peliblanco. Todos habían visto ese heroico despliegue de poder, hasta el, el cual había visto pelear a aventureros de primera clase había quedado fascinado.

Definitivamente un aventurero que sólo nacía una vez cada siglo. Sería un desperdicio verlo morir en una situación como esta.

Tal vez el era el destinado a dejar completamente ciego a ese viejo dragón, igual al héroe Albert, el cual lideraba un ejército de mercenarios, borrachos y mal hablados, el que se decía que por su gran poder y carisma unió a todos los mercenarios bajo su estandarte. Definitivamente sería una desgracia verlo morir antes de lograr algo como eso. Con eso en mente Boris abandono la tienda y se fue a seguir viendo el progreso de la reconstrucción.

****

El mundo suele ser muy cruel, alguna vez le habían dicho que la muerte era un vacío.

Un vacío sin nada, no había olor, sonido, luz.. Nada,

Todos alguna vez irían a parar a ese fatídico lugar. A esperar a que tus recuerdos sean borrados, tu alma sea blanqueada y regrese al siclo de reencarnación.

Este era su fin, iba a morir.

Quieres ser un Héroe, déjame decir que un Héroe---

Bell conocía esa voz, esas palabras, ese eco los recordaba.

Genial ya empecé a recordar mi infancia, de verdad voy a morir-- pensó Bell con un sentimiento amargo.

No es alguien capaz de desenvainar una espada, o alguien dispuesto a levantar un escudo, o alguien que cura a los demás--

Esa voz era una voz que había escuchado hace mucho tiempo. Antes, cuando era muy joven. Palabras que dieron forma en quien se convertiría.

Sólo alguien que está dispuesto a arriesgarlo todo puede ser llamado Héroe--

Acaso su abuelo era el que lo iba a recibir en el más haya.

Protege a tus aliados. Rescata a las damas. Arriésgate. Está bien romperse, descorazonarse, gritar de dolor. Aquel que clama la victoria al final siempre surge de los vencidos--

Extrañaba esos momentos, esos días de su infancia cuando su abuelo le leía esas historias sobre Héroes.

Él recordó. Se acordó de todo.

El Rey Mercenario (Albert), El Héroe David, El Legendario Rey Arturo, La Diosa Hobit (Fianna). El había leído sus historias, todas y cada una de ellas.

Bell. The Gamer [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora