Joe Kerry

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No era lo que quería, me sentía de mala gana, hace un mes que mis padres me obligaron a comprometerme con alguien que yo ni siquiera quería... Estaba en mi habitación llorando recordando al hombre que realmente quería, hace un mes que tampoco lo veo, le dije lo que iba a pasar, él no se a reportado desde ese mismo día.
Hoy era el día de mi boda, el que supuestamente sería el mejor de mi vida... Pero ahora es todo lo contrario me iba a casar con alguien que no amaba y al que realmente amaba estaba lejos de mi, no sabia en realidad donde se encontraba, no dormí en toda la noche pensando en como mi vida iba a ser completamente triste por que me iba acompañar alguien que yo odiaba con toda mi vida... Mire hacia el techo talle mis ojos con mis manos me senté en mi cama y luego baje por mi desayuno y ahí estaba el que me había vendido un hombre, junto a mi madre que estaba lado de el.

-Buenos días- baje con los ánimos por el suelo.

-Como amaneciste hija?

-Bueno además de que mi padre me va a obligar a casarme con alguien que en realidad no quiero, amanecí con un pequeño dolor en la espalda.

-Sabes que es por tu bien.

-Vaya que pedaso de mierda es ese bien.

-Ey _____ no le hables asi a tu padre cariño por favor.

-Madre pero mira lo que está haciendo.

-Hija lo sé y lo siento.

-Desayuna y vete a duchar que a las 10 llega tu maquillista

-Al menos ¿puedo desayunar agusto y sin ninguna prisa padre?

-Adelante desayuna, no te estoy agarrando las manos o ¿Si?

-Pues solo eso faltaba.- dije con un poco de enojo, me senté a de mala manera en la mesa y empecé a desayunar, me servi un poco de jugo de naranja y me senté a desayunar, el desayuno estaba muy incómodo y me sentía más disgusta de lo normal, así que me pare de un golpe de la mesa, apenas había empezado por mi primera cucharada pero es que así no se podía, así que camine hacia mi recámara y cerré con seguro después de que hiciera eso, camine hacia el baño, quite mis sandalias luego mi ropa, abrí la llave de la tina y regularice el agua, bueno en realidad el agua estaba muy caliente para el que la tocará pero bueno eso era normal para mí, metí un pie a la tina, luego el otro, después todo mi cuerpo. Estaba en la esquina de la tina pensando es todo lo que me iba a pasar con aquel hombre que no me llevaba nada bien pase ahí una hora y media para después levantarme. Ya eran las nueve con cincuenta faltaban diez minutos para que viniera la maquillista, así que me mire al espejo me puse mis cremas y lave mis dientes para ya después salir con ropa interior limpia, camine hacia el armario, me puse una blusa la cual nunca me ponía, cerré el armario me di la vuelta y ahí estaba mi vestido de bodas, era muy bonito pero no era el hombre indicado para ese vestido. Me senté en frente de mi tocador esperando a la maquillista. Mi madre toco la puerta luego entro.

-hola hija- se sentó lado mío

-Hola mamá... Por qué no lo paraste?

-¿A tu padre? Sabes que el muy terco y luche, luche por tu felicidad pero no pude hija te decepcione.

-Llegaron las maquillistas- dijo mi padre entrando después se retiró.

-Te dejo- mi madre beso mi frente luego salió.

-Hola cariño- dijo un chico y una chica entrando.

-Hola- dije sonriendo a duras penas.

-Reyna- dijo el chico -Se feliz que hoy es tu día

-Eso trato- lo mire

-¿Esto es contra de tu voluntad verdad ?- yo solo asenti -¿Padre o madre?

-Mi padre

-Ey Violet nos dejas a solas- le dijo a aquella chica la cual era su asistente y la chica dejo lo suyo y salio.- Mira cariño como puedes ver yo no soy la ideología que tiene en un hombre, cuando yo era pequeño mi padre era muy machista de primera, y pues bueno ya sabes la típica historia que mi padre no me aceptaba, me fui de mi casa a los 16 y mírame soy un maquillista de los más altos niveles ve hacer lo que te gusta no esperes que tú padre lo haga por ti.

-Pero ya es demasiado tarde

-Ey nunca okey corazón, nunca es demasiado tarde.

-Maquillame si? Para mí si lo es- aquel chico se quedó un poco triste por mi situación y me empezó a maquillar, cuando acabo de verdad me sentía hermosa, pero eso en realidad no me importaba por qué no me vería el, por el que tanto moría y suspiraba. Mi Madre me ayudó a ponerme mi vestido y mi padre ya estaba en la iglesia.

-Hija tenemos que irnos ya- dijo mientras me ponía los tacones.

-Si mamá ya voy- me puse aquellos zapatos y caminamos a el coche miraba por la ventana triste pero ví como el carro no iba para la dirección correcta, así que mira a mi madre y ella me miró a mi y sonrió. Nos paramos en una cabaña.

-Que hacemos aquí

-Te tengo que mostrar algo- Bajamos del auto y entramos a esa cabaña y ahí estaba el, Joe mi Joe Kerry

-Joe?

-Cariño- me abrazo y me beso

-Pero mamá?

-Vayanse vayanse en un lugar que no los encuentre tu padre.

-Y tu mamá?

-Yo estaré feliz si tu lo estás cariño.- dijo dandome un beso en la frente.

-Adios mamá

-adios hija- se fue se subió al auto y se marchó

-Vamonos princesa- dijo extendido su mano para irnos.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora