El contrato

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18:45 PM

Sentada en la oscuridad de una tarde nublada, me quedé en el pequeño balcón tomando mate. Ahí me dediqué a observar los rincones de los edificios aledaños y a las personas que transitaban veloces, como desafiando al tiempo. Pensaba en cómo había cambiado el rumbo y los intereses de mi vida en tan poco tiempo, digamos que desde pequeña  tuve las cámaras en frente para realizar mi trabajo, aunque para ese entonces era un juego, un divertido pero agotador juego, en el que mis caprichos y deberes se peleaban a diario por ganar su lugar.

Habiendo tantos trabajos, tantos lugares, caminos y decisiones que pude haber tomado;  encontré éstas huellas pintaditas en la arena, que me trajeron a donde estoy ahora, en México hace más de 5 años y realizando lo que más me ha gustado hasta el momento "Actuar"  interpretar otras realidades me hacen cultivar la mía y es un regalo poder hacerlo.

Luego de tantos pensamientos meditativos, le di agua a mis plantas y volví a mi cuarto para cambiarme de ropa. Era una costumbre saber que detrás de ese armario, habían muchas nuevas y hermosas prendas de vestir y que más encima si me faltaba algo, sólo tenía que llamar a algunos auspiciadores que felizmente me darían sus últimos diseños con tal de subir una foto cualquiera con aquello en mis redes sociales.

Yo sabía que todo eso era parte de mi trabajo, pero por alguna razón, esas cosas jamás me dieron la felicidad y plenitud que todo el mundo pudiese esperar sentir con todo esto.

Pues mis emociones siempre han sido la prioridad, esa sensación en el vientre de que todo está bien, de que los que amas están sanos, de que puedes aportar con un abrazo para pegar con besos esos pedacitos de dolor que pudiesen sentir y eso era lo que realmente me movía en esta vida.

...Pero, ¿Quienes sabían eso de mí?
Esa Maca real, que no viste con ropa de marca que vale lo mismo que el sueldo de todo un año de cualquier trabajador que gana el sueldo mínimo, si no que viste piel, la misma piel que todos llevamos como abrigo, aquella piel que tiene genes únicos que nos hace ser especiales.

Pocos, pocos sabían que Maca era  piel, piel que cubría el inmenso mundo interior que me llevaba flotando cada día.

Había una persona que si pudo verme; Ella, ella era una de ellos, de los pocos que veían más allá de mis pupilas. Se sentaba frente a mi, con una sonrisa luminosa y permanecía concentrada a las muchas anécdotas que yo bombardeaba junto a un café o a una cerveza artesanal.

No era mi novio, no era mi mejor amiga, era Ella...

22:00

El uber ya había llegado a mi puerta y llegué puntual a la reunión con el gerente de marketing de una aclamada marca de maquillaje.
Carlos Vera, Alto, perfumado y un poco serio, me leyó el contrato como robot y a ratos me miraba a la cara para ver si estaba de acuerdo.

-Igual deberías leer el contrato físicamente -Interrumpió Álex, mi mánager (o representante comercial.) Él siempre estaba atento a mis caras de duda o incomodidad y justamente por eso lo contraté a él y no a otros.

-Dale, dale, si lo leeré, pero en mi casa, no creo que sea necesario firmar hoy. Además hay algunas cláusulas que no me parecen, por ejemplo dice textual " Cuando publiques las fotos con el maquillaje de Matsot, deberás escribir literalmente lo que en " diálogos de marketing"  diga que debes expresar"
Eso significa que no podré escribir lo que me de la gana y limitarme a lo que la empresa diga -Dije resongando y algo seria. Álex me miraba orgulloso.

-De eso se trata la publicidad cariño-Me respondió Carlos.

-Tengo seguidores inteligentes que van a descubrir cuales palabras son mías y cuáles son de fábrica, y para mi, ellos son mi prioridad.-Dije poniéndome de pié, quería marcharme.

Sí   ...(BARBARENA)...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora