Será nuestro secreto

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Aquella noche Bárbara se quedó dormida en mi cama, yo la miraba con sus ojos cerrados y el rímel corrido, quizás lloró, quizás sudó en alguna fiesta, no sabía de donde venía , sólo sabía que estaba algo ebria y sentimental.

En la mañana desperté con el sonido de una cuchara caída en el suelo, me giré para ver con un ojo y el otro aún cerrado, (mi departamento era de un ambiente, así que mi cama, la cocina y el living estaban  relativamente juntos)

Bárbara estaba ahí parada mirándome, se agachó rápido a recoger la cuchara y me dijo ;
-Lo siento, te desperté?

Yo asentí con la cabeza, pero le sonreí tiernamente. Me estiré en la cama mientras Bárbara preparaba el desayuno.

-Estas preparando café?-Le dije sentándome.

Ella me sonrió algo tímida con el cabello tomado, me daba la espalda mientras tostaba el pan.

Me sentía feliz, pero algo nerviosa. Tenerla ahí cerca me ponía los pelos de punta, pues ya la atracción se hacía eléctrica, como si un imán nos estuviese rondando todo el tiempo.

-Te gustan los huevos en el desayuno?-Me preguntó girándose levemente. El sol le iluminaba el rostro.

-Me encantan, tienen mucha proteína, la necesito para hoy que tengo gimnasio.-Le dije coloquial.

-Bueno, entonces te encantarán estos que preparé, tienen un toque de orégano, ya verás-Me dijo sonriente.

Entonces puso las dos tazas en una bandeja, el pan, los huevos revueltos y una manzana picada. Se sentó en la cama con las cosas y me sonrió tiernamente.

Yo la observé hipnotizada , me quedé algo pegada en eso y ella bajo la vista, sus mejillas se volvieron Rojas y luego volvió a mirarme con esos ojos adormecidos que solo siento que me queman... Y me quitan el aliento.

-Gracias bebé-Le dije

-Gracias a ti por soportarme anoche, disculpa por venir así tan tarde... Y más encima toda alcoholizada... Que vergüenza la verdad.

-Siempre eres bienvenida-Le dije mientras probaba el café.-Mmm está delicioso-Agregue.

-Esta claro que estoy arrepentida de todas las cosas que te dije la otra noche, de que no soy lesbiana y esas estupideces.

La vi arrepentida, pero a la vez con una barrera de protección, como queriendo evitar toparse con mis ojos, como si fuese un gran pecado caer en aquella cascada que había entre nosotras.

-Bueno, tranqui... Te entiendo, no comparto tu pensamiento, pero te entiendo... Está claro que nunca habías sentido esto por una chica y bueno yo tampoco eh! Tampoco es fácil para mí, es más, soy yo la que tiene novio...-Le dije mientras me peinaba el pelo con los dedos.

Ella suspiró, se puso de pié y dejó su taza en la mesa. Caminó hacia la ventana y se quedó ahí dándome la espalda.

-Estas bien?-Le pregunté.

-Si, estoy bien... Sólo necesito pensar en todo esto.

-Ándale, mientras tú piensas yo esperaré por un besito de Buenos días...-Le dije desafiante, pero también lo dije para romper el hielo, un hielo de miedo que nos tenía entumecidas.

Vi  por el reflejo de la ventana que suspiró y sonrió, se mordió el labio para luego girarse y mirarme resignada.

-Que voy a hacer contigo Maca?-Me dijo alzándose de hombros.

-Darme un beso, eso harás...-Le dije seriamente. Luego comencé a levantarme de la cama, tenía puesto una camisa larga. Di pequeños pasos hacia ella que pestañeaba muchas veces mirando hacia todos lados menos a mí.

Cuando llegué a ella, le tomé el mentón para centrar su mirada en la mía.

-Tranquila, todo está bien dale?-Le dije en un susurro. Quería darle seguridad. Entonces ella me comió con sus ojos, nos conectamos tan profundamente que yo sentía que en cualquier momento me derretía como una vela. En consecuencia, nos acercamos mutuamente para besarnos, constante y suavemente, como queriendo sentir cada milímetro de nuestros labios y nuestra lengua. Se humedecían nuestras ganas, nuestros deseos, nuestros besos, ambas cruzábamos el río que tanto temíamos cruzar, pero que a la vez nos tenía sedientas de su agua.

Le tomé el rostro tiernamente, acaricie sus pómulos, después deslicé mis manos en su cabeza, bajé por sus oídos y me detuve en su cuello. Ella me sostenía la espalda con pertenencia, después me abrazó tan fuerte que suspiré entremedio, resignada al temor que sentía de no querer que esos brazos me soltaran nunca más.

Luego nos separamos unos centímetros y continuamos mirándonos a los ojos.

-Te quiero mucho-Me dijo. Con tanta verdad que le respondí de inmediato.

-Yo también te quiero mucho, demasiado, me encantas todo el tiempo... Me encantan tus besos, tus abrazos, quiero tener muchos más de esos.

Ella me sonrió y justo después sonó mi celular, estaba en la mesita alado del sofá, era Rifo, Bárbara lo vio e instantáneamente se separó de mi y esquivó mi mirada.

-No le contestaré-Le dije

-Deberías contestarle Maca, anoche no se que cosas le dije, debe estar preocupado...

-Se que debo contestarle, pero también se que debo terminar con él. Ya está... No quiero cagarla más...

Ella se sorprendió.

-Terminaras con él? Por... Por...

-Por tí, sí, pero también por mí, ya no lo amo... No quiero que el gaste su tiempo conmigo ni yo gastar el mío con él.

Yo estaba decidida a terminar con él, y mientras antes lo hacía era mejor. Así que le escribí un mensaje citándolo a un café esa misma tarde para decírselo.

Luego Bárbara se arregló para salir, tenía una sesión de fotografías más tarde.

-Ya te vas?-Le dije mirando como se terminaba de vestir.

-Pues sí. Estoy atrasadisima, contigo se me pasa volando el tiempo, no se cómo le haces...

-Pense que podíamos pasar más tiempo juntas ahora... -Le dije coqueta y acercándome.

-Sabes que no puedo... Aunque me muero de ganas sabes?

-Ah si? Pues yo también...

-Nos vemos más tarde entonces?

-Eso espero, estaré donde mismo estoy ahora-le dije lanzando una carcajada.

Ella me guiñó el ojo, luego se despidió con un abrazo y me dijo al oído:

-Creo que deberíamos mantenerlo en secreto.

-Será lo que tú quieras mientras sea nuestro...

Sí   ...(BARBARENA)...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora