Después de aquella velada hermosa en el restaurante mágico, Bárbara y yo nos fuimos a mi departamento.
Apenas cruzamos la puerta, presentí su deseo. silencié su palabras y la abordé en un camino lleno de besos profundos, casi la dejé sin aire y ella parecía disfrutar de esa dulce asfixia, y es que éramos un complemento perfecto, parecíamos dos videntes que sabían lo que la otra necesitaba sentir...
-Me encantas-Me dijo susurrando en mi oído.
Me tenía prisionera contra la pared y mientras ella me afirmaba el brazo izquierdo con una mano, me desabrochaba el jeans con la otra, con un poco de desesperación, con ansias, como si yo fuese el agua que necesitaba beber en medio de un desierto.
Mi corazón se agitaba tanto como mi deseo de perpetuar todos sus cuerpos... atravesarlos con mi existencia completa sin importar el tiempo ni el espacio.
-Ven-Me dijo acercándome a mi propia cama. Una vez ahí nos abordamos con una pasión descontrolada, como si no nos hubiésemos visto en un largo tiempo, el calor nos tenía sofocadas y arrancamos nuestras prendas como si nos quemaran la piel.
-Mira como me pones-Le dije poniéndole su mano en mi entrepierna. Y creo que aquello le causó tanto placer, que me regaló un gemido que mordio mi cuello.
Su piel era tan suave, su aroma tan himnotizante que todos mis sentidos permanecían danzando en el espacio, lejos... pero tan cerca, que parecían tejer sus hilos con los de ella, creando una manta llena de colores y texturas exquisitas.
Luego de aquel húmedo viaje... ambas nos quedamos mirando a los ojos con tanta dedicación, que comenzamos a describir como eran estos.
-Tienen un sol, son como unos rayitos de sol...-Me dijo casi sin pestañear.
-¿De que color son esos rayos?
-Verde, verde claro... y un poco de amarillo...
-Tu tienes un puntito pequeño en tu ojo izquierdo... parece un planeta aparte.
Le acaricié la mejilla con mis dedos y luego su ceja perfecta.
-Me pregunto cuántas cosas han visto tus ojos...-Le dije pensativa.
-Muchas... tantas que sería imposible recordarlas todas...Es tan loco todo no? lo que podemos ver y sentir en una sola vida...-
-Uf... bienvenida a mi pensamiento habitual.
-A veces te miro y siento que vives en otro mundo...
-Me encanta compartir mi mundo contigo... con esos ojitos hermosos.
-Gracias por dejarme entrar.-Confesó con su voz ronca, casi ronroneando.
Ella no dejaba de mirarme, como si yo fuese todo en su mundo, como si no existiera nada más a nuestro alrededor. Me preguntaba si yo me merecía ese tipo de amor, era nuevo, era tan profundo, que me vibraba todo el cuerpo.
-¿y yo? ¿Estoy aquí?-Le dije apoyando mi mano en su pecho, justo en donde sus latidos cantaban lentamente.
-¿Aún te lo preguntas?-Se sonrió.
Yo le devolví la sonrisa y luego hice un puchero con mi boca.
-Eres tan regalona... tan tierna.-Me dijo- Hermosa, obvio que estás aquí... ya estás en todas mis partes, incluso las que no puedo ver...
-¿En todos tus cuerpos?
-Jajaja sí, en todos...
-¿Sabías que tenemos muchos cuerpos? No sólo el físico... otro día te hablaré de ello...
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Sí ...(BARBARENA)...
FanfictionFanfic Barbarena. Una historia vista desde el punto de vista de Maca, una actriz sensible que transita entre la amistad y el amor.