Capítulo 1

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Salí corriendo de casa con lágrimas en los ojos, azoté la puerta detrás de mí y corrí hacía el embarcadero. Era el tercer día de la semana que mi padre me hacía sentir inútil e insignificante. Todos los días en cualquier oportunidad que se presentara me comparaba con Junghyun, mi hermano mayor "el hijo perfecto", el atlético, el guapo, el inteligente.

Era tarde el sol se había ocultado y el embarcadero que solía estar repleto de gente estaba vacío, me senté como de costumbre a la orilla del puente de madera, me quité las botas y metí mis pies al agua. Permanecí ahí sollozando, mientras pensaba en lo miserable y desdichado que era. Me sentía solo en el mundo, estaba seguro de que ni mi padre ni mi hermano sentían cariño por mí y quizá yo tampoco lo sentía por ellos, solo que ellos se tenían el uno para el otro y yo... yo no tenía a nadie.

Escuché un chacualeo en el agua, levanté la vista al horizonte y vi algo meterse al mar, me pareció que era la aleta caudal de un delfín, me limpie las lágrimas para ver mejor, pero ya no había nada. Esperé atento a ver algún movimiento, me emocioné, pues era la primera vez que vería un delfín real. Finalmente, algo se movió debajo del agua, a dos metros de mí, sentí miedo y emoción al mismo tiempo. De pronto una mano me agarró el pie, di un respingo e inmediatamente saqué los pies del agua, en ese momento se asomó la cabeza de un ser extraño, el pánico me invadió y mi impulso fue salir corriendo de ahí.

-¡No te vayas! –dijo la cabeza flotante. Al oír la voz un escalofrío recorrió mi cuerpo. Era una voz masculina, pero muy dulce a la vez. Me paralice –Ven, siéntate-. sacó su brazo del agua y señaló el lugar donde había estado sentado. Me senté, ese ser extraño me había hipnotizado, instintivamente talle mis ojos para tratar de aclarar mi vista y confirmar que lo que veía era real.

-Tercer día de la semana, doceavo día del mes que vienes a llorar al embarcadero, ¿no tienes algo más divertido qué hacer? – dijo con una sonrisa, emergiendo todo el torso del mar. Era una combinación entre pez y humano, tenía un poco de escamas en el pecho, brazos, mejillas y unas cuantas en el hombro que subían por el cuello de color plateado-azuladas, sus ojos eran verdes con destellos cafés, tez blanca y cabello rojizo con luces doradas, orejas ligeramente puntiagudas y labios gruesos brillosos, pude ver de reojo que en la espalda tenía una aleta color naranja que se movía con las ondas del agua.

- Eh... -No pude articular ninguna palabra, me quedé en shock (jungshock).

- ¿Te quedaste mudo?, o es que ¿acaso te impactó tanta belleza? - dijo mientras pasaba su mano entre su cabello. En ese momento me di cuenta de que efectivamente tenía una belleza irreal, no sabía qué clase de criatura estaba frente a mí, pero sabía que era lo más increíble que había visto en este mundo.

- Yo... no... ¿q-quién eres tú? - pregunte muerto de nervios.

-Ah, claro una disculpa, soy Park, Jimin Park. El rey del mar-. dijo guiñandome un ojo y me estiro su mano para estrecharla –¿Y tú eres? -. estiré mi mano para alcanzar la de él, pero la retraje rápidamente antes de tocarlo.

- Yo... soy...

- Espera, yo sé quién eres: El inútil e insignificante Jungkook- dijo frunciendo el entrecejo. Me sentí ofendido y asombrado

- ¿Por qué dices eso? - pregunté molesto - ¿Y cómo sabes mi nombre?

- Leo la mente de las personas– sonrió irónicamente

- ¿En serio? - pregunté sorprendido, al mismo tiempo me cubrí la cabeza con las manos, como si eso pudiera evitar que leyera mis pensamientos.

- Ja, ja, ja. Claro que no, te he oído decirlo cada día mientras lloras. Hablas muy fuerte y no me queda otra más que escucharte- dijo girando los ojos.

Me sentí aún más molesto y apenado, no tenía por qué escucharme, había irrumpido mi privacidad.

- Pues no tienes que estar escuchando mis problemas, si vengo aquí es porque es un lugar tranquilo y relajante, donde nadie me juzga ni me molesta... o eso pensaba. –me levanté decidido a irme, empecé a desatar las botas para ponermelas.

- Espera, no te vayas –se acercó al puente y tomó mi brazo, su mano era fría y suave también ahí tenía unas cuantas escamas, sentí un poco de repulsión y quité mi brazo. –No quería ofenderte, yo... vivo aquí, mejor dicho, duermo aquí. Cuando las personas se van vengo a descansar y por la mañana me alejo, a mí también me parece un lugar tranquilo y relajante. No esperaba encontrarme a un muchachito llorón –dijo sonriendo.

- Hummm... yo... -no supe qué decir -Debo irme, ya es tarde –termine de ponerme las botas y me aleje. No quería seguir viéndolo, estaba asustado y desconcertado.

- ¡Nos vemos pronto Jungkook! –gritó

Llegué corriendo a mi casa, al entrar mi padre empezó a cuestionarme sobre dónde había estado, no le contesté. Me insultaba a gritos, pero lo ignoré por completo, subí rápidamente las escaleras hacia mi habitación y me encerré.

Me recosté y por un buen rato estuve pensando "Park, Jimin Park ¿quién eres?, mejor dicho ¿qué eres? ¿de dónde saliste?" 

El tritón [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora