El grito me despertó. Me había quedado dormido después de haber llorado por quién sabe cuánto tiempo.
Me limpie la cara, aunque sabía que era inútil porque mis ojos estaban hinchados y Jimin se daría cuenta.
-¡Kookie! –Jimin llegó por detrás y me abrazo por la espalda- ¿Qué haces aquí? Te estuve buscando por horas, me preocupé mucho –Me giro para que quedara de frente a él –¡Jungkook! ¿qué te paso? ¿por qué tienes esa cara? Estuviste llorando –me miro preocupado y me acarició el rostro.
-No... me quede dormido... estaba un poco cansado –trate de mentir.
-Mi bonito, no tienes por qué mentirme, sé que estuviste llorando –me hablaba con mucha ternura- Dime por favor, ¿qué te pasó? –me dio un beso en la frente.
-Es que... -el nudo en la garganta apareció de nuevo, quería volver a llorar- Jimin, perdóname –lo abrace y me eché a llorar, él correspondió mi abrazo con mucha fuerza.
-Kookie... no tengo nada que perdonarte, ¿por qué te disculpas? Hace unas horas estabas feliz, con esa sonrisa perfecta –me acariciaba el cabello mientras hablaba –con tus ojitos brillantes y encantadores... No entiendo qué pudo haberte pasado, ¿te mordió algún pececito? ¿te asustó alguna criatura fea?, cuéntame ¿sí?
Pude controlar un poco el llanto, su presencia me daba mucha tranquilidad.
-Jimin... creo que es mejor que me vaya... no quiero causarte más problemas. Nunca debí haber venido.
Jimin se separó de mí y me miro confundido.
-A ver, a ver señorito Jeon creo que te electrocuto una medusa y se te desconectaron los cables –río- Nunca me has causado problemas, no tienes por qué irte, además adónde irías ¿eh? –seguía hablándome con mucha ternura- ¿acaso extrañas a tu padre y quieres volver con él? –me miró con los ojos entrecerrados- Vamos bonito, dime de donde sacaste esa idea... ¿piensas dejarme vestido y alborotado el día de nuestra boda? –hizo un puchero.
-Mientes... te he causado problemas –me sentía muy triste y mi voz lo reflejaba- Te puse en peligro y... sé... sé que te castigaron el día en que te llame con la perla y las personas te vieron –baje la mirada, pero alcance a ver que Jimin se sorprendió.
-¿Quién te dijo eso? –su voz mostraba sorpresa y enojo.
-Eso no importa... ¿por qué no me lo dijiste?
-Porque no es importante, Jungkook y no quería que te sintieras culpable.
-Soy culpable y sí es importante... Ahora saben de tu existencia, alguien puede venir y capturarte... o peor aún capturarlos a todos.
-Kookie... nadie, ninguna persona humana podría llegar hasta aquí. Yo estoy bien y todos lo estaremos, ese día fue un descuido, pero no volverá a pasar, no te preocupes por eso, por favor ¿sí? –agarró mi mano y le dio un beso.
-Jimin, yo siendo humano y pésimo nadador llegue hasta aquí... cualquiera puede venir.
-Ay mi Kookie... llegaste hasta aquí gracias a mí –dijo sonriendo- yo te traje, nadie podría encontrarnos.
-Pero... mi hermano, es un buen nadador, ya una vez te alcanzó –pensar en eso me ponía muy nervioso- Además me fui sin decir adiós, quizá me están buscando... en algún momento llegarán aquí, y toda tu familia podría ser capturada- empecé a llorar nuevamente- No debí venir Jimin, discúlpame, en verdad fui muy egoísta al pedirte que me trajeras.
-Calma Kookie, no pienses en eso, realmente es muy difícil que algún humano nos encuentre, hemos vivido aquí por siglos y nunca ha pasado nada –decía mientras me limpiaba las lágrimas- la única forma de que alguien nos encuentre es si alguno de los nuestros lo guía hasta aquí.
-Hmmm...
-Además, ni cien hombres podrían contra todos nosotros, somos muy fuertes y poderosos –dijo sonriendo mostrando sus músculos.
-Algunos tritones no piensan igual que tú... -dije recordando lo asustado que estaba Yoongi.
-¿Algunos? –me miro confundido- Dime con quién estuviste hablando... ¿quién te metió esas ideas en la cabeza? –dijo molesto.
-Nadie... solo lo supongo –no quería que Jimin se enojara con Yoongi por haberme dicho esas cosas.
-Eres pésimo mintiendo –dijo negando con la cabeza.
-No importa, mejor dime ¿cómo fue el castigo que te dieron? ¿te lastimaron? –me entristecía mucho pensar en eso.
-¿Cuál castigo? –preguntó sonriendo- Olvidemos eso Kookie... yo estoy bien, soy fuerte y aguanto todo –dijo guiñandome el ojo, con un poco de arrogancia –Seamos felices bonito, disfrutemos el presente el pasado ya no importa –sonrió y me apretó las mejillas.
Sonreí y lo abracé –Gracias Jimin... perdóname. Te quiero mucho –me acerque a besarlo con dulzura y me correspondió de la misma forma.
-Así que... ¿me quieres mucho? –dijo sonriendo coqueto. Era la primera vez que le decía algo parecido. Había sentido la necesidad de hacerlo, estaba sintiendo algo muy fuerte y bonito por él dentro de mí, no podía ser otra cosa más que cariño y muy posiblemente amor.
Sentí cosquillas en el estómago. –Lo hago –le quité un mechón de cabello que le caía en la frente –Me encantas.
Jimin me abrazo por la cintura y me jalo hasta que nuestros cuerpos quedaron pegados completamente.
-También me encantas –me dio un beso con una ligera mordida en los labios- Y sin duda alguna, yo también te quiero demasiado –me volvió a besar.
Unos cuantos besos y jugueteos después...
-¡Oye! –gritó entusiasmado- Te estaba buscando porque tenía que decirte que mañana, tendremos un ensayo de bodas –dijo sonriendo.
-¡Qué! ¿qué es eso? –a pesar de la emoción y alegría que me causaba pensar en casarme con Jimin, moría de nervios al pensar en que todo mundo estaría viéndonos, temía no cumplir con las expectativas de su familia y demás conocidos. - ¿Qué debo hacer yo?
-Básicamente es ir al salón a comer reunidos con todos los que asistirán a nuestra boda. No debes hacer nada más que permanecer a mi lado, saludar a los invitados y luego comer todo lo que quieras –tenía una sonrisa de oreja a oreja- ¡Será divertido!
-Bueno, no suena tan mal –sonreí- Por cierto, ¿cuándo será el día oficial de la boda? No me he enterado –reí y él también.
-Andas en la luna, baby noscasaremos en un par de días –lanzó un gritito de emoción- en tan solo dos días serás mío para siempre –me agarró de la cintura y empezó a girar a un ritmo de baile de vals.
Y así permanecimos, bailando entre risas, al ritmo de una canción escuchada únicamente en nuestra imaginación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.