Capítulo 5 "Festival" ✔

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" Fuiste la forma más triste y más bonita que tuvo la vida, de decirme que no se puede tenerlo todo. "
 
***
 
Luego de aquel maravilloso día en Súper Burger, María nos llamó y nos invitó a un Festival de Verano que se realizará en la playa, por dos días completos. Por supuesto Alan va, porque como me recordó la mejor amiga de mi prima, la música electrónica es su pasión.
 
Ya creo que todos andan confabulados para que Alan y yo nos conozcamos mejor, y aunque les dije que no debía ser así, insistieron en que este es el momento perfecto, dos días solos en la playa, conviviendo entre amigos y durmiendo en casas de campaña, que mejor que eso.
 
María me dijo que según Adrien, la novia de Al no iría porque no le dieron permiso o algo así. Y aunque no soy de las zorras que van al acecho y no pienso hacer nada mientras él tenga pareja, ¿podría de igual manera admirarlo en silencio no creen...? Además, las mejores cosas, comienzan por una amistad y podemos empezar formando eso... por ahora, una bonita amistad.
 
Justo, vamos de camino a la misma parada de autobús de aquella primera vez que fuimos a la playa, sólo que esta vez es con el triple de cosas. Sé que sólo serán dos días, pero no quiero arriesgarme a que me pase lo mismo de la otra vez, de hecho, aún estoy pensando en si se me pudo haber quedado algo, aunque sé que es en vano porque ya no puedo regresar. Igual estoy casi segura de que traje todo lo que necesitaré. Soy bastante meticulosa cuando se trata de cosas planeadas. Además, el ser bailarina, ayuda mucho. En la Academia llevo, desde hilo y aguja para coser las cintas de las zapatillas, hasta un mini botiquín de primeros auxilios para ampollas y lesiones. Y esta ocasión, no será la excepción.
 
—No te pongas nerviosa —me susurra mi prima al oído, sacándome de mis pensamientos. Sé que lo hace burlándose, por lo que suelto un bufido bastante sonoro y pongo los ojos en blanco.
 
—Bueno Alexa, es tu hora de triunfar, lúcete que para eso hemos estado trabajando todo este tiempo —me dice María dándole palmaditas en la espalda como si estuviera en un campeonato de boxeo. Bastante irónico, lo sé.
 
Sé que todos están atentos a mí porque ya estamos llegando. Los detallo a cada uno, y puedo notar la mirada de María con emoción, la de Paula con picardía y la de Adrien como transmitiéndome confianza. Al parecer, en serio él quiere que yo sea pareja de su primo.
 
Carla no pudo venir porque tenía que asistir a una boda para acompañar a su mamá, y al ser ellas dos solas contra el mundo, Carla nunca deja de hacer una actividad que tenga que ver con su madre.
 
A Stefania no la dejaron venir, sabíamos que era lo más probable. Sus padres no lo harían por la bendita religión, y aunque la mayoría de las veces logramos inventar algo para que pueda salir con nosotras, en esta ocasión era por dos días y una noche, así que fue imposible.
 
Tengo entendido que Sebastián, está con Alan y los demás amigos, ya esperando el ómnibus. Los únicos que faltamos, somos nosotros. Ya sólo falta doblar cuando lleguemos a la esquina y a mitad de cuadra se encontrarán todos.
 
—Vamos que tú puedes —dice María dándome ánimos fingidos, y haciéndome reír.
 
—Lo verás en 3...2...1...
 
Cuando doblamos, primero es toda una sorpresa ver la misma cantidad o más de personas que cuando vinimos la última vez. Y luego, alcanzamos a ver a nuestros amigos, pero nos quedamos en shock. Distinguimos a Sebastián entre la multitud. A su lado, hay dos chicos que recuerdo de aquella vez anterior en la playa y seguidos a ellos, está Alan, pero no está sólo. Al contrario, pienso que se encuentra muy bien acompañado: una chica que se encuentra rodeándole el cuello con sus brazos y aunque por supuesto, ya me imagino quien es, las exclamaciones a continuación sólo me lo confirman.
 
—Mierda —dice a mi lado María.
 
Después de unos segundos, salimos del incómodo momento y de nuestro estado de shock y comenzamos a saludar a todos. María me envía alguna que otra mirada escondida, cargada de pena, culpa y quizás hasta algo de lástima.
 
La verdad, no quiero para nada que lo vean de esa manera, porque primero ella no tiene la culpa de nada, sólo intentaba ayudarme y segundo el que Alan tuviera novia, nunca estuvo oculto. Ya sabía que tarde o temprano esto debía pasar. No es menos cierto que esto me desanima un poco, y que decaen mis expectativas, pero no dejaré que esto influya en el maravilloso fin de semana que pienso tener.
 
Luego de lograr saludar a todos, que, por cierto, son como treinta ya que Adrien es una persona bastante popular, tomamos el ómnibus que nos llevará hasta el Festival. Este se realizará en una playa llamada "Santamaría".
 
Cuando llegamos al lugar, siento que estoy en otra dimensión, todo está muy colorido, hay miles de personas y el doble de casas de campañas por todos lados, y mucha comida. Esto último me pone realmente feliz, siempre que haya comida, estaré muy feliz. El escenario, está montado en la arena, y la música resuena por todo el lugar. Es algo simplemente sensacional.
 
Los hombres que vienen en el grupo, se encargan de armar nuestras casas y nosotras las mujeres acomodamos las cosas momentáneamente en una manta sobre el césped. Escogemos un lugar bastante amplio, que queda a una distancia prudencial del escenario. Ni María ni Paula han tocado el tema de Alan y es algo que agradezco.
 
La novia de Alan es una chica promedio, y al parecer tiene bastante carácter. Por lo poco que he podido apreciar es bastante celosa y controladora, no ha dejado a Alan respirar, pero bueno, supongo que cada cual es dueño de sus problemas. No podría decir que es una mala chica porque no he convivido con ella, pero simplemente algunas veces las personas están destinadas a llevarse mal incluso antes de conocerse. Y tengo una corazonada de que este es uno de eso casos, aunque no quiero adelantarme.
 
Cuando están listas las casas, lo primero que hacemos es guardar todas nuestras cosas en la más pequeña de ellas. Se supone que es para sólo tres personas, pero nos sirve para tener nuestras cosas controladas, al menos las de las personas más próximas al grupo.
 
***
Cae la noche y luego de que estuvimos un tiempo en la Playa, nos cambiamos de ropa para luego acercarnos al escenario del Festival.
 
Entro en la casa de campaña en la que se encuentran las cosas y la cierro buscando así un poco de privacidad. Me coloco un vestido corto y sencillo azul marino ajustado al cuerpo junto a unas Vans blancas que traje.
 
《Sip, soy de ese tipo de chicas que le encanta ponerse vestidos y tenis》
 
Comienzo a mirarme en un pequeño espejo que traje e intento acomodar un poco mi cabello. Aunque al ver que este no cede, prefiero dejarlo suelto, de forma natural.
Siento una voz que me pide permiso para agarrar algo adentro de la casa de campaña, y como ya terminé lo que hacía, le permito pasar. A lo que seguidamente entra Alan agachado y se genera algo de tensión, estamos a oscuras, sólo él y yo, rodeados por un bulto de cosas que no nos dejan espacio ni para respirar.
 
—Hola —me dice con esa sonrisa tan característica.
 
—Hola —le respondo, automáticamente devolviéndole la sonrisa.
 
—Al parecer no hemos podido hablar nada, y hace rato no nos veíamos —me dice.
 
—Tienes razón ¿Cómo está todo? —le pregunto.
 
—De maravilla, estoy muy contento de que se haga este proyecto, hace tiempo quería venir —dice bastante animado.
 
—Que bien, para mí es algo completamente nuevo, pero me encanta —le digo.
 
—Me alegro mucho. Siento interrumpirte, pero necesito buscar un termo que traje para poder servir las bebidas —me dice.
 
—No, tranquilo, ya yo había terminado. Además, está casa de campaña no es mía —digo riéndome.
 
—¿Amor, por qué demoras tanto? —se asoma la novia de Alan, la cual creo se llama Laura.
 
Nos mira alternativamente a los dos y al parecer analiza la situación. Mira a Alan con una mirada cargada de amor y luego sin que el vea, me mira a mí y me taladra con la mirada. ¿Y ahora qué yo hice?
 
¿Había dicho que quizás, podría llevarme bien con ella? Pues al parecer no podrá ser.
 
—Estaba por salir, es que no encontraba el termo —dice Alan disipando la tensión del momento.
 
—Pues vamos —dice Laura tomándolo del brazo y sacándolo de la casa de campaña.
 
Ufff... Démosle comienzo a los dos días que estaremos acá, porque al parecer serán más que interesantes.
 
***
Nos encontramos justo en frente de la tarima, Adrien es el chico con más energía que he conocido en mi vida. Justo ahora entiendo porque es tan popular.
 
Estamos parados bailando, tomando, haciendo alguno que otro chiste y formando un círculo María, Adrien, Paula, Sebastián, Alan y yo. Los demás chicos que vinieron con nosotros se han ido dispersado. Esto es bastante grande y hay miles de personas, no me sorprende que cada cual pueda encontrar acá a alguien que conozca.
 
No tengo ni idea de donde está la novia de Alan, pero lo que sí es seguro es que en la casa de campaña no está, ya que a cada rato debemos hacer turnos para vigilar nuestras cosas, y ella no está allá. Así que no sé qué se traerá.
 
Luego de media hora en la que todavía no ha empezado a romper el proyecto, Adrien dice que necesitará buscar más alcohol en nuestra residencia momentánea o así le llamo yo. Sebastián se fue hace como unos diez minutos a relevar a quien sea que se quedó cuidando nuestras cosas. A mí se me hace que el esperaba que viniera Carla a este encuentro. María y Paula fueron a buscar un baño para hacer sus necesidades. Por lo que ahora, analizando bien los sucesos, me doy cuenta que... Alan y yo nos quedamos completamente solos nuevamente.
Y estoy casi segura de que esto fue planeado, por lo que comienzo a reír levemente por las ocurrencias de este grupo.
 
—Bueno... parece que estás disfrutando bastante del proyecto hasta ahora ¿verdad? —dice Alan sacándome de mis pensamientos.
 
—La verdad sí, me gusta mucho el evento —le digo de forma sincera.
 
—Ya lo estoy notando —me dice con un tono bastante divertido.
 
Por la forma en la que me mira, se expresa, se ríe y se mueve, estoy casi convencida de que Alan tiene en el cuerpo un poco más de alcohol del necesario. Igual es normal, yo también tengo un poco, aunque... no tanto como él.
 
—Creo que te debo unas canciones para tus ejercicios, no creas que se me olvida, pero aun ando trabajando en ello —me dice.
 
— ¡Perfecto! Muchas gracias, pensé que se te había olvidado —le digo e intento ocultar mi emoción, siendo en vano.
 
—Aunque quisiera, no podría— me responde muy convencido y no sé cómo tomarme esa respuesta—. ¿Sabes? —prosigue— Creo que todos están en complot para que nos quedemos solos, aunque ellos crean que no lo noto. Sólo espero que no sea sólo con el simple fin de molestar a Laura. Ya sé que a algunos no le agrada mucho pero no es mala chica, además, le debo muchas cosas.
 
¡Boom! Directo al corazón. Intento desechar los sentimientos que surcan ahora e intento encontrar mi voz para preguntarle...
 
—¿Por cierto donde está Laura que hace rato no la veo?
 
—Pues si te soy sincero, no lo sé. No estamos pasando un buen momento, más bien todo el tiempo estamos discutiendo y se ha vuelto muy obsesiva. Sé que no está acá ahora, y me siento mal por alegrarme un poco de que me dé un respiro —dice con algo de culpa—. De igual forma, sí me preocupa que pueda estar haciendo.
 
— ¡Oh! —susurro en un intento de decir algo más, creo que es demasiada información para procesar.
 
—¿Sabes qué?... Últimamente la mayoría de mis problemas han sido acrecentados por tu presencia —me dice con diversión y sencillez y aunque no lo dice con ningún tipo de maldad, no puedo evitar sentirme mal.
 
—Tranquila, ya nuestra relación tenía sus problemas, esto sólo lo agravó. Es una chica muy celosa... Algo la lleva a pensar que yo te gusto, ¿estúpido no…?—dice riéndose de algún chiste al que sólo él le encuentra la gracia.
 
Ya vamos por dos ataques en menos de cinco minutos...
 
—Al parecer —le respondo más sería de lo que pretendía.
 
—Creo que ya sé porque ella está celosa, ni siquiera yo mismo sé que me pasa desde que te conocí. Y cuando estás a mi alrededor, es aún peor —dice y me lanza una mirada que no logro descifrar —Sé que no está bien, pero necesito decirte varias cosas, y aunque sé que teniendo alcohol en el cuerpo no es la mejor manera de hacerlo, igual aprovecharé, porque de otra forma sé que no te lo diría.
 
Me preparo mentalmente para lo que él tenga que decir, porque parece que va en serio. Y como dicen por ahí, los borrachos y los niños siempre dicen la verdad.

Infinite Kisses #1 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora