Tardó horas, quizá demasiadas, en tocar la puerta de nuevo. Jimin ya se había preocupado y había comenzado a pensar que quizá el niño se había perdido y le había pasado algo, aunque había aprovechado aquel tiempo para poder aliviarse un poco con las revistas tiradas en el piso, imaginando que eran chicas, para luego esconderlas en un lugar en el que no molestasen a Jungkook y a su problema.
También había hablado con Rain. O bueno, había intentado hacerlo, aunque la realidad era que nada más pronunciar una sola palabra la pelinegra le había colgado y apagado su teléfono. Tenían seriamente, algo de lo que hablar, porque conociendo a su amiga, la jodida estúpida haría que la estadía de su hermanito menor se volviera un martirio para el mayor.
Eran malditos polos opuestos, o al menos, eso había sido su primera impresión simplemente por el pequeño "Desacuerdo" entre ellos dos. Suspiró prolongadamente, llenando su pecho con aire y luego estirándose. Se levantó a abrir la puerta, y lo primero que recibió fue un golpe en la cara bastante doloroso, que hizo que su culo impactara con la mullida alfombra que agradece, hizo que el impacto fuera mucho menos doloroso.
─¡Tú, imbécil! ─Gritó Jungkook, cerrando los ojos y zapateando un poco. Sus regordetas mejillas se inflaron al hablar y Jimin no pudo evitar analizar sus ojos que podría decir fácilmente que lanzaban chispas por doquier.
─¡Tienes voz de pito! ─Se mofó.
Jungkook se mordió el labio, atrapándolo entre sus dientes con fuerza y rompiendo el cuero externo que impedía que éstos se expusieran. No quería soltar una grosería, le parecía algo asqueroso y al mismo tiempo, impropio de un señorito/caballero, como él. La primera impresión que había tenido con Jimin no había sido para nada buena, a decir verdad.
Creía que ellos dos serían como la noche y el día, como el sol y la luna, no podían convivir al mismo tiempo. "Existen los eclipses", se dijo internamente, pero también razonó que éstos ocurrían cada mucho tiempo, y él creía que para que ellos dos pudieran entenderse, tendría que pasar mucho tiempo. Inmerso en sus pensamientos, comenzó a balbucear incoherencia en voz baja, la atenta mirada de Jimin escrutándolo como si fuera lo más interesante que había en la habitación.
─¡Cállate y trae mis maletas! ─Jimin pareció pensarlo, quizá demasiado tiempo para su gusto.
El rubio lo miró como si se estuviera mofando de él, aunque a Jungkook no le hacía la más mínima gracia. Quería largarse de ese lugar repugnante y lleno de cosas libidinosas, a estados unidos, en donde todo era limpio, caro y estaba a su altura, y de eso se encargaría hablando con su hermana, pues ella la mayoría del tiempo cumplía sus caprichos de forma demasiado fácil.
─¡Hey, belleza! ─Jimin reaccionó y se levantó del lugar en el que se encontraba, confrontando a Jungkook y percatándose de que le llevaba cabeza y media al pequeño chico que desde su lugar, hacía que sus ojos brillasen por la rabia o quizá el desagrado.
─¡No me llames así! ─Jimin lo tomó del brazo, impidiendo que se alejara, y luego lo haló hacia la parte de adentro. Jungkook soltó su brazo como si el tacto quemara y comenzó a sacudirlo, limpiándose en su carísima chaqueta─ ¡Me has tocado! ¡¿Cómo te atreves?! ¡Estoy seguro que mientras no estaba has jugado con ese horrible pájaro!
─¿Pájaro? ─El niño asintió, dirigiéndose a la puerta para abrirla de nuevo, pero impidiéndole el paso con su complexión considerablemente más grande que la de él─ ¿Te refieres a mi pe...?
─¡Cállate! ¡No lo digas! ─Estiró sus brazos simplemente con la intención de alcanzar su boca con sus manos, para sellarla y que así las palabras se quedasen ahogadas en su garganta─ ¡Es repugnante!
─Todo te parece repugnante, ¿Al menos sabes qué es lo que tienes entre las piernas, niño? ¿Cómo diablos te bañas si todo te parece asqueroso? ─Inquirió, con verdadera curiosidad, desviándose del tema principal.
─¡Me baño cada cuatro horas!
─¡Bien, pero deja de gritar, que los vecinos pueden molestarse! ─Jungkook pareció relajar su semblante tan solo por unos cuantos segundos en los cuales sus cejas dieron paso al pequeño camino entre ellas, el cual iba hasta la punta de su fina naríz.
─Llamaré a mi hermana, no puedo soportar ni un minuto más en este repugnante lugar ─Alegó con voz gangosa, a punto de llorar. Jimin se preguntó como diablos él había logrado sobrevivir en el mundo con ese asqueroso temperamento, y lo siguió hasta la parte de arriba.
El pequeño, antes de que Jimin pudiera entrar en la habitación, cerró de un portazo en la cara de Jimin, quien tuvo que sobar el puente de su nariz para no perder la compostura. "Es hermano de tu mejor amiga, es hermano de tu mejor amiga, es hermano de tu..."
─¡Ahg! ─Escuchó el sonido de un teléfono marcar apresuradamente y Jimin se jaló el cabello, pateando la frágil puerta de madera y haciendo que el cerrojo de esta cayera al piso─. Por favor, contesta, contesta... ─Al parecer, había cedido demasiado fácil, o el moreno simplemente había pasado ese hecho por alto y prefirió seguir intentando.
Jimin quiso reírse, desde su lugar podía escuchar perfectamente el "El número marcado se encuentra apagado", que emitía el celular. Jungkook sobó su sien lentamente en movimientos circulares y precisos. Él nunca había sido alguien precisamente circunspecto en lo que se refería a su carácter, era una persona demasiado impaciente y quizá también muy irascible.
Se exacerbaba con facilidad y eso daba pie a miles de críticas y al mismo tiempo, burlas por parte de las demás personas. Jimin se sentó a su lado, ignorando como la puerta se iba cerrando lentamente. No hubo necesidad de prender la luz, la poca que se colaba por las ventanas y otros orificios en la habitación eran suficientes. Pronto anochecería.
─Aléjate, no quiero verte, eres alguien repugnante ─Se apresuró a decir cuando Jimin se sentó a su lado en la cama. El rubio negó, sin ceder, pero procuró sentarse un poco lejos de él.
─Mira, realmente necesito de tu ayuda, ¿Vale? No sabía que ibas a venir... ─Jungkook enarcó una ceja y lo miró inquisitivo─ ¡Bueno, no justo en ese momento! A demás, aunque hubieras llegado, tu hermana no me había dicho que tenías las llaves de mi casa.
─¡Y ese es el perfecto motivo para... hacer eso en la casa en la que se va a quedar el hermano menor de tu amiga! ─Sonó realmente enojado. La barbilla de Jimin temblaba por decirle que estaba exagerando, y que su actitud era considerablemente pueril, pero prefirió simplemente omitirlo.
─Mira, guarda el teléfono... ─Miró el celular, seguido de Jungkook, quien al notarlo lo escondió tras su espalda─, y podremos llegar a un acuerdo ─Jungkook pareció dudarlo por unos segundos, pero finalmente exhalo derrotado y bajó la cabeza.
Sus facciones se relajaron.
─T-Te escucho...
─Tú empiezas la universidad mañana, ¿Verdad? ─Jungkook asintió, sin saber a qué venía eso, pero Jimin continuó─, aprovechemos éste tiempo para conocernos un poco, yo sabré qué es lo que te molesta y mañana cuando regreses, nada que te moleste demasiado estará aquí. O al menos, no a tu vista.
─¿Y qué gano yo con eso?
─Hacerle un puto favor a tu hermana después de que convenciera a tus padres por años de ceder a tus caprichos y luego cumplirlos ella. ¡Y evolucionar como persona, a demás de forjar tu carácter mejor! ¡Tienes un carácter como el culo, niño!
─Omitiré que me insultaste, y aceptaré eso. ¡Solamente por mi hermana, y ten seguro que seré más exigente conforme pase el tiempo! ─Jimim asintió de arriba hacia abajo frenéticamente, feliz de que había conseguido convencer al enano del demonio.
─Bien, ¡Gracias por aceptar!Jimin quiso abrazarlo, pero el menor saltó de la cama cual saltamontes y se alejó de él.
─¡Nada de contacto físico! ─Impuso, limpiando sus brazos aunque nada había sido palpadopor el rubio.
—Bien.
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¡El sexo no lo es todo...!¿O si? (JiKook)[Adap.]
Roman d'amourJimin era un adicto al sexo. Y Jungkook... Jungkook era la cosita más adorable que él pudo conocer alguna vez... • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ◉Adaptación de la historia del mismo nombre. ◉Todos los derechos reservados a la autora original:...