PRÓLOGO

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p.o.v JaeMin

BUSAN, territorio de los lobos rojos

Mis manos dolían, las heridas no paraban de sangrarme, mi ropa estaba rasguñada y hecha un desastre, yo era un desastre. Mi pelo rosa se había convertido en rojo por toda la sangre que había salpicado el último vampiro que maté. No tenía piedad, no me paraba a pensar, solo me encontré a mi mismo arrancando cabezas de esos una detrás de otra, sin mirar a ninguno, sin intentar que los aullidos de dolor de mis compañeros me distrajeran en mi intento de salvar a mi manada. 

Los vampiros habían interrumpido en el refugio justo hacía un cuarto de hora atrás, sé que fue un cuarto de hora, porque estaba en mi casa cuando ocurrió y el reloj ahora mismo marcaba las 16:15 cuando antes marcaba las 16:00. Había salido a pelear con todo el mundo y ahora volvía corriendo a mi casa después de haber escuchado el aullido de mi madre. 

Cuando entré en la casa me la encontré en el suelo tendida, el dolor en en pecho fue inmediato. Le habían rasgado la barriga y el cuello. El mordisco de un vampiro para nosotros era mortal, el veneno que desprendían al hacerlo a un humano lo podía convertir, en nosotros nos mataba. 

-Mamá - le dije dándole unas palmadas en la cara - mamá joder, despierta - le dije y noté como de mis ojos empezaban a rodar lágrimas saladas - mamá, por favor, no me dejes. 

Mi madre abrió lentamente los ojos, aquellos que ya no tenía sus negro habitual, ahora eran rojos, señal de que su lobo interior estaba muriendo y con él, se llevaría a su parte humana. 

-JaeMin - me dijo alzando el dedo ensangrentado - por el poder que se me otorga - dijo, su voz era débil y suave, un susurro que se estaba convirtiendo en el último suspiro de un moribundo - te nombro como el nuevo líder de la manada de Busan. 

-Mamá - dije con la voz entrecortada, me dolía la cabeza y el cuerpo me pesaba, quería morir en ese momento, e irme, por que cualquier sitio era mejor que estar sin ella. 

-Serás un gran líder, hijo - dijo sus ojos se comenzaron a cerrar - Te quiero, no lo olvides - su corazón dejó de sonar y su sangre dejó de correr por su cuerpo. 

p.o.v RenJun

Daegu, territorio de los lobos amarillos

Regresé a mi forma de humano en el momento en el que toqué el suelo a causa de tener el hombro dislocado. Me dolía, joder como me dolía. Grité del dolor porque me estaba matando, la fiebre ya me estaba empezando a subir, causa de mi hombro. Definitivamente no había sido buena idea seguir el consejo de mi padre y saltar por la ventana para salvarme y  que él acabara con el último vampiro que había atacado nuestra casa.

Rodé mi cuerpo y quedé estirado en la hierba. Mire al frente, y me encontré mi casa ardiendo. La grandes llamaradas llegaban hasta el cielo, y lo teñían de rojos, amarillos y naranjas. El humo negro empezó a extenderse por el aire y mis pulmones lo notaron. Un dolor aguado aún en mi hombro me lo agarré con la otra mano. Cogí primero una rama de el suelo y me la colé en la boca mordiéndola. 

De un solo golpe me volví a colocar el hombro derecho. Me sentía tremendamente cansado, y estaba casi seguro que me habría también hecho daño en la pierna. Porque no conseguía volverme a convertir el lobo. 

Y como si se tratara de un vídeo a cámara lenta vi el cuerpo de mi padre salir disparado por los aires y caer a mi lado. Sus ojos estaban abiertos al aterrizar, amarillos como las llamas de casa, pero estaba sin atisbo de vida alguna. 

-Papá - grité - papá - volví a gritarle, él no se movía, no hizo ningún tipo de amago por intentar reaccionar, ahí supe que lo había perdido - papá - grité con toda la fuerza de mis pulmones mirando sus ojos amarillos sin vida. 

La manada comenzó a venir y lo primero que hicieron fue ocuparse del cuerpo de mi padre, intentándolo reanimar, yo quise llorar de la impotencia cuando me vinieron a dar la noticia. 

-Larga vida al nuevo líder de Daegu - gritaron la multitud cuando me levanté del suelo con ayuda de algunos, un hombre anciano traía sus manos llenas de sangre y con un dedo me toco la frente, supuse que sería la sangre de mi padre - larga vida al nuevo líder, Huang RenJun. 

p.o.v Jeno

Seúl, territorio de los lobos azules

Sentí como mis garras se hundían en la cabeza del vampiro, atravesando las capas y capas de esos seres repugnantes. Su piel se rasgó y una sangre de color completamente negra empezó a correr por el cuerpo del ser. Cuando quité mis garras me llevé con ellas el corazón sin vida del hombre. El vampiro me retó con la mirada y yo acabé el trabajo agarrándolo del pelo y separando la cabeza del cuerpo. 

Sentí una satisfacción increíble recorrer mi cuerpo. Habíamos matado a todos lo vampiros que había aparecido en mi casa aquella noche mientras mis padres, mi hermana y yo comíamos. Mi padre murió en cuanto nos asaltaron, entraron por las ventanas y delante nuestro uno de ellos le clavó los dientes y le arrancó el último suspiro de vida que le quedaba. La imagen aún estaba reciente en mi mente, y por un segundo me picaron los ojos, pero había sido entrenado para la batalla, para pelear y no pensar en la muertes sino en las vidas. 

-Mamá - dije girándome y buscándola con la mirada - Joy - llamé a mi hermana, y al no recibir respuesta de ninguna de las dos empecé a correr por la casa - mierda, joder - recorrí mi casa hasta que las encontré en la cocina, mi madre estaba tendida en el suelo y con un charco de sangre rodeando su cuerpo. Un pinchanzo de dolor me recorrió de pies a cabeza y el simple pensamiento de saber que mis padres estaban muertos me desgarró el alma.

-Jeno - me llamo Joy en una esquina llorando, echa una bolita y con la voz entrecortada, se acercó a mi, tocando la sangre de mi madre antes, y yo me noté como mis lágrimas, esas que muy de vez en cuando sacada, brotaban de mis ojos por lo siguiente que iba a hacer mi hermana, ella me pintó la frente dando por finalizada la vida mi madre - Lee Jeno, nuevo líder de Seúl, y líder supremo de las manadas de Corea. 

The destiny of the wolf (Norenmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora