The destiny of the wolf (Norenmin)

CAPÍTULO 1

"La verdad que conocerte no entraba en mis planes" 

 p.o.v Jeno

Miraba consumirse mi cigarro, lentamente, se quemaba, ardía en una llamarada tan pequeña que a los ojos de cualquier simple humano ni se inmutaría del incendio que se estaba creando entre sus labios.

Pero no yo, yo no soy como ellos. Mi vista se enfoca y veo la pequeña llamarada que esta destruyendo el objecto cilíndrico. Y como todo ellos, me lo llevo a la boca. El humo me inunda arrebatándome el aire puro que hay en mis pulmones.

Matando todo a su paso. Ya me daba igual, ya de que servía. Todo se había ido a la mierda. Absolutamente nada había en este mundo que me hiciera querer seguir vivo.

-Jeno, va, llegaremos tarde.

Y si lo hacía solo era por ella. Aquel pequeño rayo de luz destinado a iluminar cada rincón de mi habitación fría y desolada.

-Deja de fumar, idiota - dijo quitándome de los labios el cigarro y tirándolo al suelo - va a ser el nuevo líder, tienes que dar ejemplo a los lobos pequeños - dijo frunciendo el ceño - ¿Y la corbata?

-No quiero corbata, Joy.

-¿Y a mi que me importa lo que quieras o no? - dijo entrando en mi vestidor y yendo al estante de las corbatas, esas que solo me ponía cuando tenia asambleas con otros pueblos y manadas - ¿negra o azul? - me dijo enseñándomelas.

-Ninguna - dije sacando otro cigarro de mi cajetilla. Ella resopló y las miró detenidamente.

-Esta - dijo cogiendo finalmente la negra - esta es perfecta - me dijo con una gran sonrisa. Su sonrisa era preciosa. Ató la corbata y después se puso de puntillas para darme un beso en la mejilla - estás muy guapo.

-Tú sí que estás guapa - le dije cogiéndole el brazo antes de que me quitara el cigarro.

-¿Me estás chantajeando?

-¿Yo? - dije señalándome - jamás, hermanita - ella suspiró y se fue a mirar en el espejo, porque ella era así, tan insegura que a veces me daba miedo que con tocarla mas fuerte de lo normal se rompiera.

Y es que no había visto a mujer mas guapa que mi hermana.

Joy era preciosa de pies a cabeza. Su pelo era largo y negro, sus ojos negros como el carbón y sus labios rojos como la sangre. A parte era fuerte, valiente y defendía lo suyo como nadie.

Ella sería mejor líder que yo, no tenía ni la menor duda. Pero mi madre siempre me decía que un líder tenia que ser seguro y creer en el mismo. Ella no lo hacía. Y yo tenía tan alta la autoestima que a veces creo que rozaba lo cretino. No tenía sentimientos. Tenía una roca donde tendría que estar un corazón que moviera sentimientos y emociones. Era frio, despiadado y sin nigun tipo de cariño a algo o alguien. 

La unica excepción conmigo era mi familia y algun amigo. Y ahora despues de la muerte de mis padres, mi hermana, era la única que tenía el privilegio de conocer esa parte de mi. 

-Vamos - dijo poniéndose firme y arreglando una vez mas su falda entubada de negro.

Salí de la mansión y nos fuimos directamente al centro de la ciudad donde ya casi todo el mundo estaba, todos los miembros de los clanes de Corea estaban reunidos y con sus mejores galas esperando la llegada de los nuevos líderes.

Corea estaba dividida en tres clanes, todos diferenciados por la genética.

Los lobos amarillos, los de Daegu, se diferenciaban por su astucia e inteligencia, y eran unos claros anfitriones para armar la estrategia de batalla.