26. Nubes

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    La mañana es fresca, las ventanas están empañetadas y mojadas, ha estado lloviendo en la madrugada, Sana ansiaba porque la lluvia no se detuviera, apreciaba el frío y aprovechaba la única forma en la que podía estar lo más cercano a la lluvia,...

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    La mañana es fresca, las ventanas están empañetadas y mojadas, ha estado lloviendo en la madrugada, Sana ansiaba porque la lluvia no se detuviera, apreciaba el frío y aprovechaba la única forma en la que podía estar lo más cercano a la lluvia, tras ese cristal.

La luz que entra a la habitación ocasiona que Jihyo se despierte, la coreana rasca sus ojos y luego dirige su vista a su chica de jengibre, sonríe al ver lo feliz que es ella viendo las gotas de lluvia caer. Se levanta de su cama y se dirige hacia Sana, una vez cerca, la abraza y le da un beso en su cuello.

—¿Dormiste bien, amor?—le pregunta Sana.

—Excelente.—responde Jihyo.—Lindo día ¿no?

—¡Es hermoso!—exclama ella.

—Que tal si salimos a divertirnos.—sugiere Jihyo, Sana se da la vuelta y la mira sorprendida.

—¿A dónde?

—A bailar bajo la lluvia.

—¿En serio? ¿Me dejarás hacerlo?

—Por supuesto, pero debes y debo protegerte bien.—Jihyo se dirige a su armario para buscar unas botas y una chaqueta de plástico que la protegerían de la lluvia.—¡Solo ponte esto!—coloca el set sobre su cama.

Sana se coloca rápidamente las prendas, mientras Jihyo se arreglaba en el baño. El timbre de su apartamento suena, y ella va a abrir, topándose con la japonesa, quien sacudía su paraguas, y luego lo dejó tirado a un lado.

—¡Hola linda chica de jengibre!—Mina la abraza y ella le responde felizmente.—¿Por qué tanto plástico? ¿A dónde irás hoy?

Mina la observa de arriba hacia abajo.

—Me opongo a que salgas a fuera.—le dice Mina a Jihyo y a Sana.

—Minari no me pasará nada.—Sana la mira tiernamente.

—Sana el agua está helada, y no quiero que te pase nada.—responde ella.

—No la sobre protejas, yo soy su creadora. Es mi chica de jengibre, no la tuya.—dice Jihyo celosa.

—¿Acaso olvidas que una de las debilidades de Sana es el agua?—Mina se acerca a la coreana, y la observa molesta.

—¿Acaso se te olvida que es mi chica de jengibre? Yo sé lo que debo hacer.—le contesta Jihyo más molesta.

Sana se coloca entre medio de ambas y las separa.

—Es mi decisión, Mina. ¡Quiero jugar bajo la lluvia!—le explica Sana.

—Si tantos anhelas jugar bajo la lluvia, asegúrame de que bebiste la porción que Jihyo y yo preparamos.

—Pensé que la habías preparado sola.–Sana le dice a su creadora.

—Lo hice, Mina solo leía la receta y me pasaba los ingredientes.

—Pero igual, es un trabajo en equipo, yo hice mi parte, así que cuenta como un "lo hicimos"—responde la japonesa entre comillas.

—Bebí esa porción hace rato.—Sana le miente con una sonrisa.

Mina entrecierra sus ojos y analiza que la chica de jengibre le haya dicho la verdad. Luego le sonríe y sostiene su mano.

—Bueno, ¿qué estamos esperando?—le dice y comienza a caminar junto a ella.

Jihyo corre detrás de ellas y las detiene.

—Ella irá conmigo, tú debes encargarte de la tienda.—le recuerda su jefa a Mina.

—Voy a renunciar, así que nada de eso importa.

—¿Cómo que renunciarás?—Jihyo se impacta ante la noticia.

—Nayeon decidió reabrir su repostería, y nos las dejará a cargo a mí y a Yeri.

—¿Abandonarás a Jihyo?—le pregunta Sana en un tono triste.

—Claro que no.—responde riendo—Solo que no trabajaré más con ella, tú serás una excelente repostera, Sana.—aprieta suavemente sus mejillas.

—Ah, si, yo lo seré.—Sana se acaricia sus cachetes.—ahora estaré a cargo de tu puesto Mina.—Sana suelta una carcajada nerviosa y rasca su cabeza, para luego observar a Jihyo.—¡Oh, está lloviendo un poco más! ¡Debemos ir!—Sana sostiene la mano de Jihyo y se van corriendo.

Mina se suelta del agarre de Sana, la chica de jengibre se detiene y se da la vuelta.

—¿No vendrás con nosotras?—le pregunta Sana.

—Las alcanzaré en un momento.—contesta la japonesa, y ellas prosiguieron su camino.

Mina apreciaba a la hermosa pareja, a pesar de que estuviera celosa de Jihyo, se dio cuenta de que ella merece ser feliz. Comenzaba aceptar el hecho de que Sana sólo tendría ojos para una sola mujer, y la afortunada es... su mejor amiga, Jihyo.

Su celular suena, observa la pantalla y es una llamada de Nayeon y Yeri, ya que las dos chicas de jengibre compartían su celular.

—Hoy pintaremos el lugar, ¿puedes venir?—habla Nayeon a través de la llamada.

—Sí.—afirma Mina.

—Perfecto, te esperamos, Mina.—termina la llamada y camina lentamente hacia a fuera, topándose con la escena de Jihyo protegiendo a Sana de la lluvia, mientras la chica de jengibre daba vueltas y vueltas, con su paraguas.

—Me alejaré, para poder olvidar todo lo que siento por ti. Lo lamento mucho, Sana.—dice en voz baja.—Esta será la última vez que te veré sonreír, no olvides cuanto te quiero, mi adorable chica de jengibre.

Fueron las últimas palabras de Mina, se dio la vuelta para tomar otra salida, y se fue.

—¿Por qué no le dijiste la verdad?—le cuestiona su creadora a Sana.

—Porque estamos viviendo bajo una mentira, Jihyo.—contesta ella distraída.

—¡Cuidado!—Jihyo intenta detenerla...

Pero ya es demasiado tarde, al siguiente parpadeo de Jihyo, observa a Sana tirada sobre el charco de agua.

𝐆𝐢𝐧𝐠𝐞𝐫𝐛𝐫𝐞𝐚𝐝 𝐆𝐢𝐫𝐥 • 𝐒𝐚𝐇𝐲𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora