Has vuelto...

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Rune
Estaba siendo un día demasiado frío, las personas han venido hasta el gran salón buscando calor y refugio de la ventisca que había afuera. Mi madre junto a las sirvientas servían sopa caliente, mientras mi padre hablaba con algunos aldeanos, yo mientras hablaba con Tryggve sobre lo que podríamos hacer luego de que el invierno pasara.
Las puestas se abrieron dejando ver la silueta de Kåre  cubierta de nieve

—Alguien viene... Es un grupo no vi sus rostros, sus trajes son oscuros y sobre salen de la nieve —dice llamando nuestra atención.

—¿No has visto sus rostros? —Pregunta Tryggve acercándose

—¿Quien podrá ser? —Pregunta mi padre y todos comenzaron a entrar en un estado de alarma

—Yo iré a ver —dije tomando mi hacha para luego cubrirla con mi capa, Tryggve, Kåre y otros hombres me siguieron hasta afuera, nos detuvimos en la entrada siendo testigos de una escena inusual. Balder estaba llegando al pueblo por el lado derecho y se detuvo cuando su vista siguió la mía en dirección al grupo de individuos con capas a la izquierda del gran salón.

—Identifíquense forasteros, si es calor y refugio lo que buscan podemos recibirlos siempre y cuando sean buenas sus intenciones —dije fuerte esperando que pudieran oírme y uno de los individuos se quitó el gorro. —Revna —dije reconociéndola

—Hola Rune —dice ella sonriendo a pesar del frío

—Has cumplido tu promesa y has vuelto en la primera nevada —dije recordando sus últimas palabras

—Nunca miento Rune, te molestaría si pasamos hace algo de frío —dice Revna, Balder dio unos cuantos pasos quedando muy cerca de nosotros.

—¿Quienes son las personas que te acompañan? —Pregunte

—Vengo con unas amigas —dice mientras las mujeres dejaban al descubierto sus rostros, no veía a Valkiria en ningún lugar

—¿Donde está ella? —Pregunta Balder

—Esa es una muy buena pregunta, supongo que es algo que debo advertirles. Ella no es la misma mujer que han conocido, ella a cambiado...

—¿Ella está aquí? —Pregunta Balder dando otro paso justo en el momento que todas las mujeres sacaron sus escudos y abrieron paso para dejarnos ver una capa que se veía como las alas de un gran pájaro negro, levantó su rostro y supe que no era la misma chica.

—Espero no molestar pero mi casa está lejos de aquí ¿es posible que mis doncellas y yo podamos esperar hasta que la tormenta pase para llegar hasta mi hogar? —dice Valkiria.

—Siempre son Bienvenidos los Salvadores de Skagen —dije asintiendo y comenzó a caminar hasta nosotros, mi corazón se aceleró una vez estuvo a frente a mi.

—Te ves diferente Valkiria —dice Tryggve a mi lado y se acercó para darle un abrazo.

—Las personas cambian querido Tryggve, todos cambiamos por alguna razón, pero sigo siendo la misma chica que te enseño a caminar, hablar y pelear. —Valkiria posó sus ojos oscuros en mi y vi ese brillo especial que vi la ultima noche que pasamos juntos.

—Bienvenida a casa Valkiria —dije y extendí mis manos las cuales rodearon su cintura en segundos

—No sabes cuanto te he extrañado —dice en mi oído apenas audible para mi. —No tienes idea de cuanto —dice para luego depositar un beso me mi mejilla, sus labios estaban fríos y muy rojos por el frío casi color sangre, su piel se veía aún más blanca en ese traje negro ajustado.

—Veo que alguien estuvo fuera de casa y acaba de volver —dice viendo a Balder quien no había dicho otra palabra

—Algo me dijo que debía volver —dice Balder aun asimilando la situación.

Le llaman ValkiriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora